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Nacionales E.Herria, Nacionales PP.Catalans :: 01/10/2014

Ahora es la hora de los y las segadoras

Borroka Garaia
Existen momentos en que un pueblo tiene que tomar decisiones que no se pueden postergar.Catalunya por primera vez en muchas décadas se dirige a una de esas horas de la verdad

 

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Irlandeses e irlandesas: En el nombre de Dios y de las generaciones muertas de las cuales recibió su vieja tradición y nacionalidad, Irlanda, a través de nosotros, convoca a sus hijos bajo su bandera y se rebela por su libertad.

Habiendo organizado y entrenado sus hombres a través de su organización revolucionaria secreta, la Hermandad Republicana Irlandesa, de sus organizaciones militares públicas, los Voluntarios Irlandeses y el Ejército Ciudadano Irlandés, habiendo perfeccionado pacientemente su disciplina, habiendo resueltamente esperado el momento para rebelarse, asume este momento, y, sostenida por sus hijos exiliados en Norte América, por valientes aliados en Europa, mas confiando en principio en su propia fuerza, se levanta con plena confianza en la victoria.

Declaramos que el derecho del pueblo irlandés a la posesión de Irlanda, al control sin condiciones de los destinos Irlandeses, es soberano e irrevocable…

Ese era el inicio de la declaración de pascua de 1916, comenzando la revuelta armada que daría paso al surgimiento de la república independiente de Irlanda. Pese a que casi nadie lo recuerde, es por esta fecha y no por ningún motivo religioso ni partidista, por lo que a partir de 1932 se celebra el Aberri eguna en Euskal Herria. Y si aún hoy, alguien tiene alguna duda, no tiene más que leer a Luis Arana Goiri: “Siguiendo el ejemplo de los irlandeses, el Domingo de Pascua de Resurrección, día en que Irlanda se levantó contra los ingleses, gesto que caló muy hondo entre los vascos y se consideró como una buena fecha para celebrar nosotros la Fiesta Nacional”.

Se suele decir que Euskal Herria vive ensimismada en sí misma. Sin embargo, no deja de ser un mito. Un mito construido precisamente por el imperialismo.  El mismo que se ha encargado de aislar y poner muros entre los propios territorios vascos y de cara al exterior. Ha sido muy destacada a lo largo de casi todo la historia la solidaridad vasca y compromiso con todos los pueblos oprimidos del mundo. Es lo que tiene ser un pueblo oprimido, que la empatía es mas fácil.

La hora de la verdad

Existen ciertos momentos en que un pueblo tiene que tomar decisiones que no se pueden postergar. Euskal Herria ha tenido momentos de esos. Por poner algunos ejemplos; el surgimiento del Eusko Gudarostea, la estructuración de la resistencia nacional en el franquismo, o la apuesta por la ruptura en la reforma franquista. Ninguno de ellos triunfó hasta hoy y el motivo principal no ha sido el enemigo sino el colaboracionismo y los intereses de clase alta. Que son la misma cosa.

Catalunya por primera vez en muchas décadas se dirige a una de esas horas de la verdad. En Euskal Herria hemos conocido las consecuencias del choque con los estados. Ninguna generación viva las conoce en toda su extensión en Catalunya salvo la izquierda independentista catalana. Las clases populares catalanas deberían escuchar atentamente sus consejos.

La suspensión de la ley de consultas y del decreto del 9N es solo el principio de lo que está por venir. Hace unos meses escribí lo que en mi opinión iba a pasar en Catalunya. Lo cierto es que no he cambiado mucho de opinión. Sin embargo, la historia nunca está escrita. La escriben los pueblos si en esa hora de la verdad dan el paso adelante.

El pueblo vasco tiene el deber moral e histórico de alinearse con la clase trabajadora catalana y en la medida de nuestras posibilidades hacer fuerza para que la libre voluntad nacional de ese pueblo hermano sea expresada y llevada a cabo. Aportando absolutamente todo lo que sea necesario en ese proceso.

Catalunya tiene muchísimas cosas en contra. Pero la principal no es el estado español. Sino que está dentro del pueblo catalán, posiblemente también de entre algunos de los que hasta hoy han dado apoyo al proceso soberanista. Son precisamente esos que quieren postergar la consulta.

Lo que ocurre es que las horas de la verdad no se pueden postergar porque más tarde, el paso a dar será el mismo y las dificultades incluso pueden ser superiores. La legalidad española no va a cambiar en relación al respeto de las naciones que somete. Se habla de desobediencia pero en verdad no es tal. Es obediencia a la voluntad catalana. Si un proceso soberanista desobedece la voluntad catalana, ya ha puesto la primera piedra del camino de la no-soberanía. Reiniciando el bucle de la sumisión. Y quién sabe cuando se puede volver a intentar quebrar. Quizás nunca.

Retomar la ofensiva popular que ha sido en gran parte neutralizada por la generalitat y haciendo que la clase trabajadora se ponga en cabeza será posiblemente la única opción de salvar el proceso. Va a ser vital y fundamental la reacción de la clase trabajadora catalana desde ya, ya que el institucionalismo neto ahogará las posibilidades de realizar la consulta.

Desde Euskal Herria deberíamos hacer todo lo posible por facilitar una ruptura catalana dando un apoyo total a la consulta y sobre todo a su aplicación y a todas las medidas de enfrentamiento posteriores para saltarse las imposiciones del estado que no dudará en utilizar. Llegado este momento, no sirve simplemente la solidaridad de palabra sino que activamente hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos y lo que quiera disponer de nosotros y nosotras la clase trabajadora catalana. Lo que sea. Pues la libertad de esa nación también es la nuestra.

Visca la terra … lliure!

 

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