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Nacionales E.Herria :: 06/09/2016

Discusiones de taberna VS Discusiones de parlamento

Borroka garaia da!

 

Las discusiones de taberna tienen muy mala prensa. La verdad, no se porqué. En tabernas se ha conspirado y han caído régimenes opresivos, se han detallado planes subversivos y se han teorizado paradigmas revolucionarios. Cierto, que por otro lado, también en la barra del bar corren las copas pero se suele decir que un borracho tiene menos tendencia a mentir.

Si hoy en día algo debería tener mala prensa, eso son las discusiones de parlamento, pero teniendo en cuenta que la prensa está en manos de banqueros y del corporativismo partidista pues no las tienen. Y es que no es solo que en los parlamentos corra la mentira con barra libre sino que el desarrollo del capitalismo europeo ha hecho que las discusiones parlamentarias de las democracias burguesas occidentales sean completamente inútiles y de cara a la galería. Por lo que los parlamentos burgueses se reducen a acatar lo ya estipulado y marcado por el capital o si hay suerte dedicarse a la beneficencia e ir poniendo tiritas tras el destrozo supuestamente inevitable.

El problema es que el capital no es un tipo malo, gordo, cínico, con sombrero de copa y fumándose un puro que nos quiera joder la vida (sino sería demasiado fácil dar con él). Esos son sus servidores y beneficiarios. El capital es otra cosa. Es una fuerza ciega, objetiva, autista e irrefrenable y totalmente estructural al modelo político-económico, es algo que no cambia con gobiernos ni con políticas progresistas o conservadoras. Tiene su propia vida donde extrae, expropia y concentra los bienes comunes y no se conoce ningún gobierno progresista en la historia de la humanidad que haya podido cortar esa espiral, y allá donde se ha cortado, sea mediante una ruptura o revolución, esta espiral no ha tardado en volver a reproducirse por la manía que tiene la izquierda de copiar las maneras del capital a través de los estados, cuando el estado no debe tener ningún poder especial, sino el poder popular (el de la gente) ser su único depositario. Y en esas estamos desde la comuna de París, pasando por los soviets o cualquier otra forma de poder nacional, popular y obrero que, o acaba bajo los fusiles de la burguesía, o siendo forma subsidiaria de cualquier estupidez supuestamente superior mientra nos vamos olvidando que el propio salario es el invento más cruel e inhumano que se haya podido realizar.

Si en los primeros años de la “era cristiana”, el poeta romano Juvenal nos hablaba de “pan y circo” en referencia a la cínica modalidad de ciertos emperadores que obsequiaban trigo y entradas para el circo, con la solapada intención de mantener a la población alejada del mundo político. Hoy, se hace mucho más visible y evidente que los parlamentos burgueses son realmente el circo actual que aleja a la población del verdadero mundo político y lo acerca a un reality show de la política del espectáculo donde será mero espectador y consumidor de productos al estilo de aquel célebre cartel donde salían parlamentarios vascos con detergentes.

Por lo que en realidad, las discusiones de taberna, de calle, de centro de trabajo, de instituto, de movimiento popular, de barrio y en definitiva de vida colectiva protagónica son las que acercan al verdadero mundo político y donde pueden surgir movimientos e iniciativas que puedan quebrar el estado de las cosas o las cosas del estado, que tanto monta, monta tanto. Es ahí, en las zonas cotidianas donde se junta gente corriente donde está el cambio y la amenaza, y si la política institucional que realmente pretenda una ruptura no se hace subsidiaria y dependiente de ello está abocada a ser parte del circo.

 

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