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Nacionales E.Herria :: 03/02/2016

¿El «histórico acuerdo» es un paso adelante o más bien una caída en picado?

Boltxe Kolektiboa
Dicho acuerdo se debe entender no como una acción aislada y puntual sino como otro paso en una estrategia de largo calado, mediante la cual se ha desestructurado, a la IA

Hace unos días se hizo público, a través de los medios de comunicación, el «histórico acuerdo» al que habían llegado los acusados, todos, del proceso 04/2008 por una parte y la Audiencia Nacional y la Asociación AVT por otra. Quedando claro lo bueno que es que nadie tenga que entrar en la cárcel, otra cosa es lo que se tenga que hacer para evitar dicha situación.

Dicho acuerdo se debe entender no como una acción aislada y puntual sino como otro paso en una estrategia de largo calado y mediante la cual se ha desestructurado, desideologizado a la izquierda abertzale, renunciando con ello a todo el bagaje político de la lucha desarrollada en los últimos cincuenta años.

Y es que lo que se nos presenta como una enorme victoria, una vez que se estudia en profundidad no se puede catalogar más que como la constatación de la renuncia a cualquier tipo de lucha o enfrentamiento político con los Estados ocupantes por parte de la dirección de Sortu. Y ello lo firman los acusados de la siguiente manera:

Teniendo en cuenta que la teoría «del todo es ETA» no se ha derogado ni ha cambiado, ¿Qué puede considerar la Audiencia Nacional como «uso de la violencia»?

Durante el proceso Euskal Herria Zutik! se habló de líneas rojas que nunca se traspasarían. Unos pocos años después vemos que no solo se han traspaso dichas líneas, sino que además se ha ido mucho más lejos. Si recodamos dicho proceso y el debate, por llamarlo de alguna manera, que se desarrolló entre las bases, se dijo que nunca se aceptaría la ley del enemigo y que siempre se estaría apoyando a los presos políticos vascos. En el párrafo del acuerdo se ve que se hace justamente todo lo contrario de lo que se dijo. Todo aquello que se proclamó en su día ha quedado en nada con el devenir de los años, es decir, aceptación de las leyes de los invasores de forma voluntaria, admitiendo que la realización de una actividad política es un delito, pidiendo unas míseras transferencias que lo único que hacen es incidir en la aceptación de la partición de nuestro país, en diferentes administraciones y todo ello con el objetivo de intentar conseguir su perdón, renunciando a los objetivos por los que nació la Izquierda Abertzale, es decir, la República Socialista Vasca constituida en Estado obrero.

En una palabra, lo que se acepta con el acuerdo es el sometimiento por parte de Sortu de la vía Nanclares, con todo lo que ello significa.

Aceptar la ley vigente, reconocerse como delincuentes comunes, al no haber razones políticas para la realización de sus actos, y, por último, que cada uno o una se salve como pueda, y, claro, todo esto firmado en el juzgado delante del juez, la policía y la AVT.

Además, dicho «acuerdo» se acepta en medio del proceso de debate Abian!, debate que queda totalmente tergiversado, puesto que, tras el penúltimo paso de la dirección de Sortu, se entierran las esperanzas de los y las militantes y simpatizantes de la Izquierda Abertzale de poder incidir en cierta medida en las políticas y decisiones de Sortu. Da igual lo que digan las bases, la dirección de Sortu decide, ella sola, el camino a seguir.

Y es que Sortu en la actualidad, recuerda a esos partidos autoritarios, en los que se podía permanecer siempre que no se abriera la boca y se asintiera a lo que la dirección ordenaba. Caso contrario, esperaba la purga.

Es un hecho loable ponerse como objetivo vaciar las cárceles de presos y presas, pero ¿cómo se va a hacer si no desaparecen las razones del conflicto?

Sortu pretende convencernos que quiere la participación de los presos y presas en el debate Abian!, pero el único camino que se les ofrece es el del arrepentimiento y el de la aceptación de la ley del enemigo.

Y es que con este acuerdo se vuelve a la política de lo que les gusta llamar unilateralidad, y más bien parece que se va improvisando sobre la marcha. Para ello solo hay que leer las palabras de Asier Arraiz cuando decía:

O sea, puede valer para algo o puede que no (esto suena a salto en el vacío sin red). Se sientan dos partes y una de ellas transige con lo que le pide la otra, con lo cual las dos partes se ponen de acuerdo.

¡Toma bilateralidad!

Por otra parte, ha quedado probado que los objetivos de la AVT son políticos y no de justicia como dicen. Si, tal como han declarado miles de veces, su objetivo es ilegalizar a Sortu y que su dirección acabe en la cárcel, ¿Por qué llega a un acuerdo por el cual la dirección de Sortu evita entrar en la cárcel y les permite seguir dirigiendo el partido? Está claro que si la actual dirección de Sortu fuera retirada, se debería elegir una nueva, la cual a lo mejor se proponía reflejar las diferentes opiniones internas que existen actualmente en la Izquierda Abertzale, lo que no les interesa. Más vale malo conocido y doblegado que posible bueno por conocer.

El 16 de enero de este año, Iñaki Egaña publicó en Gara un artículo titulado «Eppur si muove», en el que dice más o menos, que la escena política vasca se mueve y que al final eso es bueno. Eso es cierto, se mueve, pero ¿en la dirección adecuada para Euskal Herria o más bien se mueve en el fortalecimiento de la presencia de los Estados español y francés en suelo vasco?

En un año de elecciones, en el que el españolismo de Podemos aprieta y en el que el PNV se pondrá la camisa independentista, la representación de la Izquierda Abertzale en el Parlamento de Gasteiz puede quedar reducida a poco menos que testimonial. Y eso para un partido que ha centrado toda su línea en la política institucional es un fracaso total y abosluto. Se mire por donde se mire.

Está claro que la única salida es volver a organizarse, por barrios, por pueblos, fortaleciendo el movimiento popular, apoyando a nuestros y presos y presas, implicándose en el camino para la liberación de Euskal Herria del yugo opresor. Porque la libertad no es gratis ni fácil, si el pueblo trabajador vasco no es el que trabaja por su liberación, tanto nacional como social como de género, ¿Quién nos la dará?

Como comunistas también planteamos que es necesaria la organización de los comunistas de Euskal Herria. Esta organización es necesaria si queremos avanzar en la liberación de Euskal Herria. Si queremos que algún día sea realidad una Euskal Herria independiente, antipatriarcal y socialista.

Boltxe Kolektiboa

 

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