La implicación de la clase trabajadora es indispensable para abordar nuestros retos como nación

LABek se suma a la manifestación y los actos organizados por Independentistak Sarea y llama a la clase trabajadora vasca a acudir a Iruñea.

Celebramos el Aberri Eguna de 2014 en un momento clave, con debates decisivos que afectan al futuro de Euskal Herria. A nivel internacional el derecho a decidir se ha situado en el centro del debate político y social: Irlanda, Groenlandia, Flandes, Escocia, Catalunya,... Son claros ejemplos de los procesos de liberación nacional de los Pueblos sin Estado. Mientras que las estructuras financieras, las élites capitalistas, las multinacionales,... continúan acumulando poder, resulta más necesaria que nunca la soberanía política, económica y social de los pueblos.

En Euskal Herria, la situación de la clase trabajadora es cada vez más alarmante. El 2014 se presenta peor que el anterior. La tasa de paro ha aumentado en un promedio del 15%; cuatro de cada diez personas trabajadoras son pobres (estén empleadas o no). El sistema público se debilita día a día, la protección social es cada vez menor, las tendencias sociales se afianzan y en los próximos años, el sector de la población que está sumergida en la pobreza afectará al 15-20% de la población.

Bajo el pretexto de la crisis, son continuas las imposiciones provenientes del Estado español y el Estado francés. Los derechos de la clase trabajadora están sufriendo un enorme retroceso, debido a las reformas diseñadas en Madrid y París.

Vivimos una situación de emergencia. Nuestro actual reto pasa por abrir un nuevo proceso que debe abordarse desde una clave concreta: las y los trabajadores vascos debemos decidir, para que Euskal Herria decida. El debate sobre el derecho a decidir y la soberanía cobra centralidad en Euskal Herria. El debate político está abierto en nuestros tres ámbitos administrativos: en Navarra, cada vez es mayor la reivindicación del derecho a decidir ante las imposiciones de Madrid; en la CAV, ya con el debate sobre el estatus político iniciado, asistimos a lo que puede ser un nuevo fraude sobre el derecho a decidir; y en Ipar Euskal Herria, ante la cerrazón de París, se está desarrollando el debate sobre la institucionalización.

Estamos ante el final de todo un ciclo, en el ámbito económico, político y social. Está en juego el futuro de Euskal Herria, está en juego la definición del nuevo modelo. Los cambios se suceden, vivimos una transición y su resultado será decisivo para Euskal Herria. Una de dos: o es la clase trabajadora la que decide en torno a los cambios a realizar, o serán los poderes económicos los que impongan sus criterios. Corresponde a Euskal Herria llevar a cabo la transición. Para dar la vuelta a la situación debemos ser dueños y dueñas de nuestro futuro desde hoy mismo, y así, construir una alternativa.

Debemos dejar atrás la negación, la división, la sumisión y la imposición. Tenemos que superar las consecuencias del conflicto armado; se debe abordar el problema de los presos y presas para iniciar el nuevo ciclo.

Reivindicamos plena soberanía económica, política y social para nuestro pueblo. El derecho a decidir no es una reivindicación de cara al futuro, sino la herramienta que cierre este ciclo y abra otro nuevo. Es la única opción política posible para cambiar de raíz la situación actual. Siendo el derecho a decidir la clave del proceso, la garantía del proceso reside en el protagonismo de la clase trabajadora y su participación. Resulta imprescindible la implicación, el impulso y el apoyo de la sociedad para hacer frente a los retos que tenemos como nación. El pueblo es el motor para forzar y para materializar los cambios.

Necesitamos soluciones propias, entre otras cosas, para liberarnos de las políticas que nos imponen tanto el Estado español como el Estado francés, y garantizar, como trabajadores y trabajadoras y como país, nuestras necesidades básicas.

El derecho a decidir en Euskal Herria está cada vez más presente en la agenda política y social y, lo está, debido a que existe una mayoría social que quiere avanzar en dicho sentido. Ejemplo de ello es la dinámica Gure Esku Dago, desarrollada pueblo a pueblo, siendo en ella fundamental el impulso y el protagonismo de la gente. Ése es el camino, un camino en el que la militancia de LAB participará activamente.

Las ciudadanía vasca debe realizar un camino propio. Reivindicamos el derecho a decidir para que todos los proyectos políticos, incluida la independencia, sean posibles. La independencia, en estos momentos, es el norte que guía nuestro camino para que nuestro país haga frente a sus retos. La independencia es nuestra alternativa, es el estatus que requiere nuestro proyecto político si queremos conseguir un estado socialista. Solamente la independencia nos garantiza todos los recursos políticos, institucionales y jurídicos necesarios para poder construir un modelo social justo. Siendo la independencia nuestro norte, es el proceso soberanista la palanca del nuevo ciclo.

En dicho contexto, LAB llama a participar en las movilizaciones del Aberri Eguna. Hacemos nuestro el llamamiento para la movilización que se realizará en Iruñea, organizada por la Red Independentistak. En el marco del Aberri Eguna, llamamos a fortalecer y a extender la reivindicación independentista.

El Aberri Eguna es uno y único, pero tampoco este año lo podremos celebrar de manera unitaria. La unidad entre los abertzales, tanto en el espacio político como en el sindical, será decisiva para poder hacer frente a los desafíos que tenemos como pueblo. LAB está dispuesta a comprometerse en la construcción de un nuevo modelo para que Euskal Herria realice su propio camino. Estamos dispuestos a realizar alianzas. Los acuerdos entre abertzales serán posibles, se conseguirán alianzas y se acumularán fuerzas, siempre que la sociedad lo requiera por medio de la movilización. Por ello, hacemos un llamamiento de lucha y participación.