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Nacionales E.Herria :: 07/06/2016

¿Por qué el 70% no participó en las consultas?

Borroka garaia da!
Esta es la pregunta fundamental que hay que hacerse después de la jornada del domingo

 Esta es la pregunta fundamental que hay que hacerse después de la jornada del domingo donde 34 localidades vascas tuvieron la posibilidad de votar a favor o en contra de un estado vasco independiente. Y es la pregunta que hay que hacerse porque teniendo en cuenta que teóricamente la zona territorial donde se realizaron las consultas posiblemente sea de las más sino la más independentista de toda Euskal Herria, los resultados arrojan que en el caso de que hubiera sido un referéndum constituyente y vinculante, no se hubiera constituido tal estado por falta de quorum y participación. Y esa es precisamente una de las razones de que el 70% de la población se quedara en casa, ya que una cosa es decidir y otra muy difente saber que tus decisiones se van a llevar a cabo.

En cualquier caso, y sin restar importancia al factor antes comentado, existen muchas otras razones para que ese 70% no participara. Solamente sabiendo leer esas razones, entendiendo el porqué ha sido así y no de otra forma, se pueden poner las bases y adecuar los procedimientos para que la mayor parte de este pueblo participe en futuras consultas y también se adhiera a un proceso de decisión que acabe siendo constituyente.

La franja social más grande de este pueblo la conforma clase trabajadora que no vota en las elecciones (abstencionistas) junto a otra franja que aunque a veces vote, no ha nacido con ningún carnet de partido en la boca por lo que su vinculación partidista es escasa o nula. Este doble sector social puede que sea la mitad o más de la mitad de la población vasca. Esto no significa que sean personas sin ideales o pasivas que sea imposible su activación, lo que indica es que una proyección partidista en los métodos dificilmente van a atraerlas. Entender los procesos de consultas o similares como alimento a una posible estrategia partidista colaborativa entre PNV y EH Bildu, que cada uno de estos partidos pretenda capitalizar de alguna forma sus réditos, o que referencias partidarias institucionales tomen demasiada preponderancia cierra automaticamente caminos para generar confianza en este sector social tan importante y posiblemente decisivo para el futuro de este país.

A la hora de plantear las consultas y en general el posible desarrollo de un proceso soberanista , comunicativamente el discurso plano democraticista, desclasado e “institucional” está primando por encima de cualquier otro factor. Se alienta a la “ilusión y felicidad del pueblo” en “su pluralidad” cuando “la felicidad” para cada vez más y más familias vascas es algo que ni se lo puede plantear porque antes está pensando en cómo llegar a fin de mes. El discurso democraticista que no explora las aristas de las contradicciones sociales, teniendo en cuenta además la vigencia de una crisis sin parangón, se desvincula de la realidad social haciendo inconexo tal proceso con las vivencias en primera persona de la sociedad. No se conoce ningún “pueblo feliz” que haya producido ningún cambio político de envergadura, los cambios se producen cuando el pueblo está enfadado y vehiculiza esa desazón contra lo que lo tiene sometido abriendose por tanto una confrontación de intereses.

En esta situación, tanto la perspectiva democraticista, como la abertzale o independentista “neta y parcial” (es decir, sin imbricación con la realidad social de clase) y si encima de ello le unimos el partidismo (en cualquiera de sus variantes) dificilmente podrá abrir paso para que la mayoría del pueblo vasco, leáse la clase trabajadora vasca, como bloque y sujeto con unos intereses objetivos determinados puedan confluir en la subjetividad de la independencia vasca para pasar de la metafísica de un proceso soberanista a la realización material.

En definitiva, quebrar la falsa dicotomía entre abertzale y no abertzale, y situarla entre poder para la clase trabajadora vasca o poder para los estados y el capital. Siendo por tanto la independencia la sintésis constituyente de los intereses de la clase trabajadora vasca. Todo este proceso necesita de un gran esfuerzo comunicativo, de lucha, de resistencia, de construcción y de confrontación en todos los frentes.

 

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