Te falta tu muchedad, ahí dentro, la has perdido

 El estado español estaba en una profunda crisis de modelo de estado avivada por las consecuencias de la crisis capitalista. Ante ello las clases dirigentes tenían varias “problemáticas” que solventar. Por una parte anular el ascenso de la protesta y la movilización en el estado español y que no cuaje un proyecto de ruptura deslegitimizador del ordenamiento político-económico. Por otra parte intentar evitar que el proceso soberanista catalán derive en uno de ruptura independentista y en menor medida debido a que no existe un proceso soberanista vasco que se sigan sin abrir opciones, olvidado y debajo de la alfombra el “problema vasco”.

En estas condiciones, los resultados electorales de ayer van en la línea de reforzar ese prisma. Una vez anulada la protesta y la movilización en el estado, algo que no podía hacer PP o PSOE, las extensiones 2.0 de los viejos partidos del sistema (lease PP, PSOE e IU), o sea Podemos y Ciudadanos, no han tenido la suficiente fuerza para trastocar la hegemonía del PPSOE en el grueso del estado español mientras que en las “regiones periféricas vascas y catalanas”sirven como bálsamo para el unionismo y como piezas de bloqueo a procesos de ruptura independentistas unilaterales. En el estado los votos no dan para supuestas e hipotéticas reformas constitucionales mientras que en la “periferia” se refuerza el estatalismo. Cualquier gobierno español pasa por la participación del PP, el PSOE o ambos. Por lo que las clases dirigentes por encima del gallinero post-electoral y coyuntural de recuento de escaños afianzan su apuesta de legitimización del régimen sabedores además que el reformismo es mas colchón que amenaza.

En Hego Euskal Herria lo del colchón se hace más evidente. El reformismo que no pone en entredicho el sistema sino que vehiculiza hacia él, ha sido capaz de absorber la pegada de la crisis capitalista y sumar desde todas las perspectivas mientras que la derecha regionalista encabeza la CAV y la CFN.

Lo cual nos lleva a preguntarnos dónde está la izquierda vasca rupturista , dónde está la izquierda abertzale y dónde está el independentismo y socialismo vasco. La respuesta es que no está y no ha estado.

La nueva izquierda abertzale y su nueva apuesta política ha supuesto en la práctica sacar la lucha y el curro de las calles, poner en entredicho el modelo de izquierda abertzale popular (siempre mejorable) y su historia, abandonar la confrontación y apostar todo por el institucionalismo y los liberados convirtiéndose en una fuerza política homologada y dejando atrás la forma de movimiento y de paso gran parte de la militancia. Y la militancia ha sido el único secreto de la izquierda abertzale y en lo único que está basado todos sus logros. Añade al cocktail el usar la palabra mágica de “zutik euskal herria” como tótem arrojadizo, la nula autocrítica (no hace falta ser pro-ruso para saber que Dimitir no es un nombre ruso), las  camarillas, las fatwas absurdas… y de lo que se siembra se cosecha. Tampoco es que haga mucha gracia a la base social abertzale y de izquierda una propuesta feminista encabezada por el opus ni una internacionalista por el comité de apoyo a Israel.

La política profesional fácilmente deriva en socialdemocracia y burocracia. La política profesional puede sacar muchos votos en un momento dado pero también perderlos en un visto y no visto. Si se mantienen puntos de vista reformistas en lo nacional y en lo social, o traducido, se hace seguidismo del PNV en lo nacional y del reformismo estatal en lo social, ya no te haces necesario. Pues en el reino del reformismo, el mejor reformista es rey.

Y cuando pones todos tus huevos en la cesta electoral y Aralar, Sortu, Alternatiba y EA juntos sacan lo que probablemente sumado sea uno de los resultados electorales peores sino el peor de sus respectivas historias es que hay historia detrás y no es cosa simplemente de unas elecciones ni del coletas o chancletas.

En cualquier caso las elecciones en realidad mas que definir muestran. Y el problema principal no es la falta de votos sino de una trayectoria agotada , un desnorte y una desorientación del proyecto político, de sus formas , estilo y maneras.

El soberanismo vasco de izquierda y la izquierda abertzale tienen futuro pues ni el reformismo ni el encadenamiento al estado español lo tiene al no ser la antítesis que pueda cuadrar una alternativa real que cambie las cosas. Pero para lograr ese futuro tienen que abrirse las ventanas y que corra el aire, abrazar al movimiento popular pero para confiar en él y no estrangularle, aceptar las como mínimo dos almas de la izquierda abertzale para llegar a acuerdos y que no venza una sobre otra , aceptar las diferentes organizaciones existentes o las inexistentes tan necesarias aun y recuperar las razones por las que somos. Nuestra verdadera causa: La clase trabajadora vasca y su emancipación nacional y social. O las dos caras de la moneda que diría el gudari que un día como hoy nos los arrebataron.

Sin esa base asentada no habrá tal futuro donde construir una estrategia rebelde y ganadora no ya de las elecciones sino de los objetivos. Las condiciones objetivas de momento no se van a ir.