Del cambio de lo posible al cambio de lo imprescindible. Maravillas Gaztetxea aurrera!
La gestión institucional en muchas e importantes instituciones navarras vivió un auténtico revolcón hace ahora ya cuatro años. Ayuntamientos y gobierno, instituciones blindadas al gobierno de UPN y PSN pasaron a ser gestionadas por partidos con una clara pretensión transformadora.
Tanto en el ámbito de cambio de modelo social como en el ámbito de la cuestión identitaria se llegó a un acuerdo entre diferentes. Entre muy diferentes diría yo. Tanto que la convivencia en el seno de esos gobiernos de pacto ha resultado a buen seguro complicada.
Pero lo que no conviene perder de vista es que son pactos entre partidos. Pactos que no vinculan más que a las personas y grupos que pertenecen a esos partidos o a quienes deciden que los acuerdos alcanzados les son suficientes.
Un gobierno del cambio no compromete más que a sus firmantes y en alguna medida a aquellos sectores que ven que con el mismo se producen avances importantes en sus reivindicaciones.
Pretender que la calle esté en silencio para dejar gestionar en una dirección que se aleja de las aspiraciones de algunos movimientos populares es simplemente inaceptable. Y es aquí donde cabe hacerse una pregunta imprescindible en relación al gaztetxe Maravillas. ¿Son reales los avances, no las declaraciones, que ha experimentado la histórica reivindicación de espacios juveniles autogestionados en Iruñea?
La respuesta solo puede ser no. Se ha experimentado con modelos de autogestión vecinal que se ponen como ejemplo válido, para cubrir también las reivindicaciones de las jóvenes del gaztetxe Maravillas. Modelos a los que se les ha buscado un encaje legal sin variar normativas. Esto en el caso de los espacios autogestionados por jóvenes es imposible. O la norma se cambia y se flexibiliza, o las opciones de acuerdo son prácticamente nulas.
Pertenezco a la generación que ha conocido, vivido y defendido espacios autogestionados en Iruñea. Las ocupaciones propiciadas por el movimiento Katakrak me pillaron todavía verde, pero en aquella convulsa Iruñea puso de actualidad un movimiento okupa emergente en Euskal Herria. Luego vinieron Lore Etxea y la experiencia más cercana y enriquecedora del Euskal Jai. Referencias que como en el caso del de Maravillas, han buscado un gaztetxe en el casco viejo de Iruñea por ser este el punto de referencia, de encuentro y de ocio de una parte muy importante de la juventud de la capital.
Nos hemos enfrentado durante décadas a quienes nunca han creido en modelos de autogestión y de autoorganización, convencidas de que solo los espacios desarrollados sobre esos dos pilares nos permitían el desarrollo integral de nuestra juventud.
Que la gente joven se revele y no ponga límites a sus reivindicaciones me parece imprescindible. Ojo, es imprescindible si quien gestiona, te desaloja y te impone límites inasumibles es UPN y el consejero de interior es, como en tiempos del Euskal Jai, Javier Caballero. Pero también si esos límites, distintos pero igualmente inasumibles te los impone en tiempos del Maravillas Geroa Bai. y la consejera de interior se llama Mari Jose Beaumont.
Me da igual si quien golpea lo hace por convicción o porque el cargo obliga. Si la receta es represión, la exigencia popular, antes y ahora solo puede ser exigir en términos políticos la dimisión de quien mide su talante democrático en función del tipo de violencia que emplea. No se es más demócrata en función del uso o no de pelotas de goma o del color de la policía que gobiernas. Si conviertes una aspiración legítima, y por tanto una demanda con transfondo político en una cuestión de orden público, da igual de donde vengas, lo importante es ha donde has llegado. La primera piedra en términos de ejercicio violento contra las personas, la ha ejercido y la continúa ejerciendo la policía, y si no se ponen medios, cada vez importará menos su color.
Por lo que respecta a quienes son a día de hoy abanderadas en Iruñea del movimiento en defensa de un gaztetxe en el casco viejo, en primer lugar felicitaros. Por haber vuelto a encender la llama de una reivindicación que no caduca. Hay quien dice que los conceptos que usais, las formas y las reivindicaciones pertenecen al pasado. Entre ellos encontrareis progres de boquilla, de los que nunca estuvieron aunque den a entender que sí. Pero también quien os hable de una juventud vasca que debe construir su propia épica, estigmatizando objetivos, medios y valores, como si habría que empezar a construir de cero toda una alternativa real al atual sistema capitalista. Como si todo lo hecho hasta ahora o cómo se ha hecho no sirviese para nada.
Dicho esto y desde el máximo de los respetos que hay que tener a la hora de acercarse a cualquier movimiento popular, creo que Iruñea, su juventud y más en concreto la juventud que aspira a construir espacios autogestionados cuenta en este momento con un elemento con el que nunca, jamás antes la juventud de Iruñea había contado. Existe una disposición, al menos pública, por parte de los actuales gestores del ayuntamiento de Iruñea de ser parte de la solución.
Entiendo perfectamente las reticencias y suspicacias que el actual ayuntamiento genera en su papel de mediador, cuando durante tiempo ha sido parte del problema. Por si alguien lo ha olvidado, a finales del 2015 se produjo una mediación del ayuntamiento de Iruñea con l@s jóvenes que ocupaban unos locales del Gobierno de Navarra en la calle Compañía. El acuerdo fue posible, pero el ayuntamiento utilizó un tema menor (unas obras sin licencia), para sacudirse de encima la presión de la oposición. ¿Habria desalojado igualmente una instalacion pública cedida a l@s jubilad@s de un barrio por unas obras sin licencia? El ayuntamiento desalojó un local de su propiedad cedido a la misma juventud que ahora defiende el proyecto del gaztetxe Maravillas, porque era más fácil ponerse frente a la gente de la Gazte Asanblada que frente a la oposición política o a su socio Geroa Bai. ¿A quien podría extrañar por tanto que la confianza estuviese rota?
Pero por encima de los problemas que han existido, insisto, tal vez nos encontremos ante una de las pocas posibilidades de, jugando bien todas las cartas, obtener un gaztetxe para Iruñea.
El camino recorrido hasta ahora creo que es muy positivo. Solo vuestra constancia ha permitido que el debate esté encima de la mesa. La autogestión de locales para la juventud está en la agenda de actualidad de todos los partidos, porque nadie se puede abstener de tener una posición al respecto tras vuestras iniciativas. Que alguien pueda plantear que eso pone en jaque a un gobierno es ridículo. ¿Por qué el proyecto de Aroztegi no lo ponía? ¿Porqué la continuación de las obras de Yesa, del TAV o la continuidad del polígono de tiro de Bardenas no lo ponen? ¿Por qué los proyectos que fomentan la especulación y el despilfarro pueden/deben asumirse, y los que ponen a las personas en primer lugar son un problema? Lo ridículo es que tras 4 años de legislatura ninguna de esas grandes cuestiones avance (no que esté solucionada) en una dirección de cambio real. ¿Acaso la condición para que se mantenga el gobierno del cambio es una paz social basada en no abordar aquello que incomoda a Geroa Bai? Y si la presión popular desaparece ¿Cuándo le llegará el turno a sus incómodas reivindicaciones?
La juventud, una vez más, nos está dando una auténtica lección. Por una parte todas las expresiones de desobediencia que a puesto en marcha y la determinación de las mismas hace que ya nadie dude de que no va a renunciar a su objetivo. Ahora toca duplicar los esfuerzos para hacer que esas 5.000 personas de la mani del sábado sean muchas más. Tantas como personas entiendan que lo que está en juego, por más que se intente poner el foco en eso, no es tanto el palacio de Rozalejos, como el modelo de juventud por el que apostamos. La que ya de desde su tierna infancia encuentra acomodo en un sistema injusto y alienador, o la que es capaz de pelear y defender modelos que si tratan de ser radicales, difícilmente cabrán en los límites del actual sistema.
¿Eso los convierte en un movimiento anti sitema, como afirmaba este domingo Itziar Gomez, concejala delegada de seguridad ciudadana del ayuntamiento de Iruñea? Anti este injusto sistema desde luego que si. Pero el discurso de situar a todo lo que se mueva fuera de la institución o sus cauces normales en parámetros anti sistema es viejo. Es el mismo recital que han utilizado en Catalunya para tratar de criminalizar a las CUP, el mismo que utilizan Ciudadanos, el PP e incluso VOX para tratar de situar en la marginalidad a quien se opone a su ideario neo franquista. Que Ia delegada de seguridad ciudadana reproduzca el discurso de la derecha más rancia debería preocupar, y mucho, a los gestores del ayuntamiento de Iruñea. Porque ese discurso es parte del problema, y para nada de la solución.
El día del referendum en Catalunya, aquel famoso 1 de octubre, tuvimos el privilegio de comprobar como l@s antisistema del gaztetxe se convertían en motores en su barrio. El gaztetxe donde dormíamos era el nucleo desde el que se organizaba toda una dinámica exigiendo poder decidir. Desde el se coordinaban asociaciones de vecin@s, apymas, comerciantes… Tengo claro de que lado estaría la gente del gaztetxe Maravillas de reproducirse aquí una situación similar. Por desgracia también tengo claro el papel que la consejera de interior y la delegada de seguridad ciudadana jugarian en esa situación. Sin duda me quedo con vosotr@s l@s antisistema.
Mi apoyo incondicional a vuestras reivindicaciones y mis reticencias para con (también) los actuales gestores institucionales, no impiden que vea una oportunidad abierta de lograr los objetivos. Mediante la presión, la movilización y la desobediencia. Sin duda. Pero también planteando la utopía de obtener de la administración, en este caso del ayuntamiento de Iruñea, la cesión de un espacio autogestionado, blindado a los vaivenes de quien mande. Hablo de una cesión por un espacio temporal lo sificientemente amplio como para que el proyecto se centre en desarrollar todo su potencial, sin verse permanentemente amenazado por una orden de desalojo.
Pero ese proceso debe partir de una premisa que a día de hoy no parece haberse entendido en el ayuntamiento de Iruñea. No cabe plantear que la ley y la normativa es la que es y que por tanto cualquier acuerdo está sujeto a esos límites. Las leyes y normativas están para dar respuesta a necesidades. Son estas las que hay que adaptarlas a las circunstancias. De lo contrario el punto de partida será inasumible.
Normativa sobre ruidos, horarios, establecimientos de hostelería y toda una batalla de lineas rojas que el ayuntamiento trata de imponer como condición para la cesión de espacios. Como si las jóvenes no hubiesen demostrado una y mil veces su capacidad para establecer normas de convivencia con vecinas, bareros y el conjunto de la zona donde se han ubicado los gaztetxes. ¿O es que el respaldo vecinal al Euskal Jai o a la juventud de Rozalejos es fruto de la casualidad?
Un gaztetxe tiene que poder montar talleres, pero también necesita espacios abiertos. El local debe adaptarse a las necesidades de las jóvenes, y no estas a las condiciones del local, como se pretendió con el chalet de Caparroso. Organizar un concierto mientras se bebe una cerveza o se abre una barra para autogestión del local, que no para el lucro de nadie, no cabe entroncarlo en la reglamentación de comercios de hostelería. No cabe fiscalizar las actividades que se realicen, por más que desde el punto de vista del gestor no sean políticamente correctas. ¿Se cede un espacio y se da un cheque en blanco, como dice la oposición y parte del gobierno? No, se cede un espacio y se tiene, de una vez por todas, confianza en una juventud que en más de una ocasión ha demostrado un mucho mayor grado de madurez que muchos políticos profesionales.
PD: A principios del año 2016 las personas imputadas en el procedimiento contra Askapena iniciamos un encierro en el local juvenil Kalekalde, gestionado por la Gazte Asanblada del Casco Viejo de Iruñea. Esa juventud que hoy se pretende presentar como antisistema y obsesionada con hacer caer al actual gobierno navarro, nos abrió las puertas de su espacio. aun a riesgo de saber que podían ser dictadas órdenes de detención y su local podía ser asaltado policialmente. Entonces preparaban con ilusión el traslado al chalet de Caparroso. Hoy simplemente están hartas de que se les trate con condescendecia y paternalismos. Son jóvenes, son militantes y exigen lo que tod@s en nuestra juventud hemos defendido. Un respeto.
Animo gazteak! Eutsi gogor eta jaso ezazue besarkada beroena!!!