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Nafarroa :: 28/08/2024

Los fangos de Tudela como ejemplo de lo que no hay que hacer

Nerea Martiarena Vallero y Martín Zelaia Garcia, miembros de la fundación Sustrai Erakuntza.
Suele ser habitual que en estos meses se pongan sobre la mesa todos aquellos temas que estas últimas quieren que pasen sin pena ni gloria, a pesar de su importancia.

Es agosto, periodo vacacional para muchas personas, incluidas las que gobiernan. Y sin embargo, suele ser habitual que en estos meses se pongan sobre la mesa todos aquellos temas que estas últimas quieren que pasen sin pena ni gloria, a pesar de su importancia.

Es lo que está pasando con el proyecto de centralizar la gestión de los fangos de depuradora de Navarra. Ha sido ese proyecto, puesto a exposición pública en periodo vacacional, el que ha destapado el plan del Gobierno de Navarra para que los residuos de las depuradoras de toda Navarra se gestionen en solo dos puntos: la depuradora de Tudela, que acogería el 40% de estos residuos, y la de Arazuri, cerca de Pamplona, que acogería el 60% restante.

Se trata de un proyecto que podría haber pasado desapercibido, ya que no es más que una pequeña parte de lo que se pretende realizar en la depuradora de Tudela. El proyecto completo consiste en extraer biogás de esos fangos, y después, al parecer, convertirlos en un supuesto fertilizante para los campos de la Ribera. Y decimos al parecer, porque no se conoce aún ningún detalle de esta última fase del proyecto. En una clara vulneración de la legislación sobre Evaluación Ambiental, el proyecto ha sido fragmentado de manera artificial en tres fases. De esta manera no es posible analizar el impacto que el proyecto global puede llegar a tener en el medio ambiente. Hay que tener en cuenta que es la última fase la que determinará qué hacer con los residuos, siendo éstos potencialmente contaminantes para los campos de labor.

Resulta además que la propuesta que se hace de tapadillo con la implantación de este proyecto, la de gestionar de modo centralizado estos fangos en solo dos puntos de Navarra, es contraria a la planificación que realizó el propio Gobierno de Navarra. El Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano de Navarra 2019-2030 estableció que los fangos se deberían tratar en tres puntos, los ya conocidos de Tudela y Arazuri, y un tercero a instalar en Tierra Estella para los generados en ese ámbito. Y sin embargo, con el presente proyecto se modifica completamente la planificación efectuada, sin que ello haya requerido un nuevo proceso de análisis de la realidad y contraste con la opinión pública.

De este modo, vemos que se está centralizando toda la gestión de residuos de Navarra, tanto los sólidos urbanos, como los líquidos, en Tudela y en la Comarca de Pamplona. No hay que olvidar que la gran mayoría de los residuos urbanos sin clasificar de Navarra se siguen tratando en las instalaciones existentes en el vertedero de El Culebrete de Tudela, famosas por que apenas pueden separar un ínfima cantidad de los residuos que le llegan. Así, el mismo tipo de gestión centralizada de los residuos urbanos, que está siendo un completo fracaso, se quiere extender también a la gestión de estos fangos potencialmente contaminantes. El desastre está servido.

El mismo desastre está ocurriendo también con el resto de los muchos proyectos con grandes impactos ambientales, que se realizan de espaldas a la ciudadanía navarra y muchos de ellos en la Ribera. Como podrá llegar a ocurrir también con el Tren de Alta Velocidad (TAV), con el que se pretende sacar la estación de tren de Tudela del centro de la ciudad, alejándola así de su público potencial. Si ahora las personas de Tudela pueden acudir a pie a coger el tren, con su posible conversión en TAV deberán utilizar vehículos para poder acceder a una estación que se puede llegar a alejar del centro entre 2 y 4 km. Ello sin hablar de los grandes impactos ambientales de la construcción de esta infraestructura, que podrá conllevar una reducción en los servicios regionales y locales del tren actual.

De este modo, nos encontramos con una Navarra que sigue empeñada en la construcción de grandes proyectos destructores, también en Tudela y la Ribera de Navarra. Proyectos que se deberían realizar a pequeña escala, distribuidos por todo el territorio y que se basen en las necesidades de la población local. Y no los grandes proyectos que la clase política está potenciando, que se saltan hasta la planificación que ella misma ha realizado, y cuyo único beneficio aparente es el de rellenar aun mas los bolsillos de las grandes empresas de la construcción.

Artículo de opinión firmado por Nerea Martiarena Vallero y Martín Zelaia Garcia, miembros de la fundación Sustrai Erakuntza.

 

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