Tenemos alternativas, estamos a tiempo de parar el TAV
El próximo sábado, 20 de abril, se ha convocado una manifestación en Altsasu en favor del Tren. A juicio de la Fundación Sustrai Erakuntza esta movilización nos ofrece una doble oportunidad. Por un lado, volver a expresar nuestro rechazo al Tren de Alta Velocidad (TAV) al ser un proyecto antisocial, antiecológico, despilfarrador de recursos económicos y energéticos. Por otro, reclamar una vez más, al igual que lo hemos hecho en los últimos años, la necesidad de un Tren Público y Social.
Y lo haremos porque existen alternativas para ello. Alternativas más adecuadas a las necesidades de desplazamiento de las personas y de los territorios, más sostenibles, más eficientes económicamente, más democráticas en su control y gestión y más eficaces para la transición socioecológica que precisamos.
En las últimas semanas estamos asistiendo a una pugna y ofensiva mediática entre quienes quieren imponer y legitimar las obras del TAV. Así, los gobiernos de España y de Navarra, valiéndose de las mayorías parlamentarias que los sostienen, alardean de ser quienes más han impulsado el TAV con sus presupuestos y nuevas licitaciones en las dos últimas legislaturas.
Por otra parte, se activa el PSIS de Etxabakoitz a mayor gloria de constructoras. Con la excusa de una nueva estación para el TAV, se pretende eliminar la estación actual y liberar terrenos con los que poder construir hasta las 12.000 viviendas en un plazo indefinido y si salen los números. Mientras tanto, el precio del PSIS lo seguirá pagando en todo ese tiempo Etxabakoitz en forma de abandono y marginación; y en el caso de que se lleve a la práctica, las personas que vivan en las 160 viviendas actuales amenazadas de desalojo en medio de la incertidumbre.
Por último, y quien no podía faltar en esta fiesta especulativa, el lobby formado por colegios de ingenieros e instituciones presionando y reclamando a los gobiernos 3.200 millones de euros para beneficio de las grandes empresas privadas de construcción que engordan a costa del dinero y la obra pública.
Frente a todo ello, es necesaria la movilización social permanente. Hay alternativas, justas, razonables, viables. Y para poder realizarlas, hay que parar la imposición del TAV en todo el territorio navarro; hay que paralizar los sondeos; hay que tumbar el PSIS de Etxabakoitz; hay que impedir que sigan cementando trigales y comunales, que agujereen nuestros montes, que construyan puentes sobre el Ebro (de los 9 tramos, sólo hay uno en ejecución); hay que rechazar los presupuestos del TAV y reclamar presupuestos para mejorar la infraestructura actual y poder mejorar la línea actual, ampliar servicios, abrir estaciones y aumentar el personal ferroviario.
Estamos a tiempo de las alternativas, estamos a tiempo de parar el TAV.