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Nacionales E.Herria :: 24/02/2016

Algunas reflexiones sobre el proceso “Abian”

Iñaki Urrestarazu
Una de las cosas que más llama la atención es la recopilación de las preocupaciones de las bases, críticas a diversos aspectos del funcionamiento de Sortu de estos años

Preocupaciones de las bases

Una de las cosas que más llama la atención –en un sentido positivo- es la recopilación de las preocupaciones de las bases, críticas a muy diversos aspectos del funcionamiento de Sortu de todos estos años, y las vías de reconducción que se proponen, muchas de ellas muy interesantes. Todo lo cual indica la existencia de unas bases críticas, muy conscientes de la realidad, de los errores cometidos y con unos conceptos muy claros como, entre otros muchos, la realidad de la explotación de clases, de la explotación de la clase trabajadora y clases populares, de la necesidad de unificar muy estrechamente la cuestión nacional con la social para poder encaminarnos a una sociedad independiente y socialista, de lograr una amplia mayoría en torno a este binomio, de la unilateralidad frente a un Estado que no está dispuesto a reconocer nada ni buscar soluciones, de la necesidad de la lucha en la calle, de organizarse, de salir de la parálisis en la que se está, de que exista democracia interna, del papel nefasto del PNV y del absurdo de buscar alianzas con ellos, y de la hipoteca que es Bildu para Sortu…

Lo que se recoge en el documento ABIAN

El documento ABIAN recoge parcialmente estas preocupaciones y críticas, pero las inserta en discursos fragmentados, poco cohesionados, a veces contradictorios –en ocasiones parece que defienden el carácter de clase de la lucha por la Independencia y el Socialismo, en coherencia con lo que expresan las bases, y en otras obvian ese carácter de clase, y convierten a los “ciudadanos” en sujeto principal y apuestan por una supuesta profundización de la democracia, como estrategia-. Por otra parte, solo se perciben retazos de estrategia –confrontación democrática, unilateralidad,…- pero sin una estrategia clara y concreta que apunte hacia la conquista de la soberanía y del socialismo. Lo del “derecho a decidir” no se sabe dónde se ubica ni cómo. Parece que se quiere recoger de alguna manera el clamor por la amnistía, insistiendo en su importancia y en lo que ha significado históricamente para la izquierda abertzale. Y se insiste –y con razón- en que la lucha por la amnistía ha de formar parte de la lucha global por la soberanía, la independencia y el socialismo, como una reivindicación más, aunque importante, dentro del conjunto de reivindicaciones, sin permitir que suceda lo que ha sucedido hasta ahora, que el Estado ha bloqueado y saboteado sin dar respuestas, las consecuencias del conflicto, lo que a su vez ha bloqueado todo el proceso, ya que se había planteado como premisa inicial, el resolver las consecuencias del conflicto. Por tanto, está claro que la resolución de las consecuencias del conflicto hay que integrarlo en el conjunto de la lucha, y que se podrá ir resolviendo en la medida en que avance la lucha. De todas formas se han cometido concesiones muy graves que no se reconocen en el escrito y que no son de recibo, tanto en el campo de la gestión individualizada por los presos de la amnistía en base a la legalidad en vigor, como el reconocimiento de todas las víctimas como iguales, la renuncia al pasado de lucha, los compromisos de pacifismo y de abandono de la violencia de algunos militantes de una forma definitiva haciendo abstracción de las posibles circunstancias futuras y del derecho inalienable de resistencia de cualquier país oprimido y los oscuros acuerdos que han permitido que militantes queden con menos años de condena o sin condena.

Lucha nacional y lucha social.

Algo ampliamente asumido en las bases y que corresponde a la tradición de la izquierda abertzale, es el que la lucha nacional ha de ir ligada a la lucha social, en el contexto de la lucha de clases. La lucha por la soberanía es otra forma de decir lo mismo. Esta concepción, este planteamiento, tiene implicaciones profundas, que van más allí de lo que a simple vista puede parecer, de lo que muchas veces se ha solido entender. La dominación nacional ejercida sobre nuestro país, Euskal Herria, como la explotación social ejercida sobre sus clases oprimidas, procede de la misma explotación de clases ejercidas por una pirámide de clases dominantes, que van desde las clases dominantes locales, pasando por las de los Estados español y francés, hasta llegar al capital representado por las multinacionales, el capital financiero y el imperialismo. Y a su vez, la emancipación nacional y social no puede venir más que de la lucha y confrontación con estas clases dominantes, lucha que puede hacerse más favorable en la medida en que salgamos de sus zonas de incidencia y sus estructuras (Estado español, francés, UE y OTAN) –mediante procesos unilaterales-

Desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora y clases populares, que es donde la Izquierda abertzale debe situarse, una “solución nacional” puramente formal, basada en una pura separación política y de fronteras, no es ninguna solución, porque sería más de lo mismo, algo por lo que la mayoría de la clase trabajadora y clases populares no estarían dispuestas a mover un dedo. La única solución o vía que puede estimular y motivar a la mayoría de la clase trabajadora y clases populares, porque es la única vía que puede dar solución a la mayor parte de sus problemas, es la consecución de una Euskal Herria independiente y socialista. Y es una vía que ha de darse simultáneamente, que no admite fases, como una supuesta primera, de “liberación nacional” y una segunda de “liberación social”, que rompan la unidad íntima de intereses de la clase trabajadora y clases populares por la soberanía y el socialismo. Este proceso, por otra parte, tal como se dice en ABIAN, habrá de ser triple, partiendo de las tres realidades en que nos han dividido a Euskal Herria –Iparralde, Nafarroa y CAV-, con sus procesos constituyentes propios y tendiendo a una solución de fusión en un solo país, de tipo confederal, que respete las características de cada parte.

Lucha de clases. Aliados y enemigos

En esta sociedad de clases en que vivimos, hay clases y sectores sociales que no están interesados en una Euskal Herria independiente y socialista, básicamente porque están ligados a intereses del capitalismo (bien sea local, español, francés o internacional) y del imperialismo, porque no quieren perder sus propiedades, y sus fuentes de beneficios y poder, porque participan de los valores y la cultura del neoliberalismo occidental, y porque son como “pies-negros” del imperialismo español o francés, su verdadera patria. Conceptos como el de “ciudadanos” que meten a todos, explotadores y explotados, en el mismo saco, son nefastos, porque no diferencian los aliados de los enemigos, crean confusión y lo que es peor inducen a pensar que vivimos en una sociedad de iguales, en una sociedad sin clases, en donde la explotación de clases no existe o no es un obstáculo muy importante que haya de ser destruido. Así, es este esquema, en esta supuesta sociedad de bienintencionados, se obvia el poder y grandes herramientas y resortes de que disponen las clases dominantes, por encima de las instituciones y poderes formales, con capacidad para condicionarlos, y hasta para dar la vuelta a mayorías formales incómodas o contrarias a sus intereses. Según este esquema, basta la democracia para avanzar, basta lograr mayorías favorables al proyecto, porque las minorías se van a cruzar de brazos y van a dejar hacer, aunque estén en juego sus intereses…

En el campo de los enemigos tenemos aparte del imperialismo que todo lo controla, los Estados español y francés y las fuerzas que los sostienen (económicas. sociales, políticas, militares, policiales…), las clases explotadoras locales y las organizaciones que las representan. El PP, PSOE, UPN…son fuerzas enemigas mortales del proceso de emancipación vasco, que no han hecho y no harán otra cosa que torpedearlo, porque representan a los intereses de los grandes capitales estatales e internacionales y son expresión del nacionalismo español más cavernario y retrógrado.

El PNV

EL PNV, por su parte, es la representación de buena parte de las clases dominantes de Euskal Herria, quien se encuentra muy cómodo en el Estado español y en la UE, pero que a la vez es muy dependiente de ellos, y cuyo único y exclusivo objetivo político a nivel de Euskal Herria, es mantener una autonomía – especialmente con el Concierto Económico- que le permita hacer negocios sin trabas –infraestructuras, cemento, construcción, energía, sectores industriales, servicios y las redes de corrupción elaboradas durante los largos años que ha estado asentado en el poder-. La política del PNV siempre ha sido extremadamente reaccionaria en lo económico, social y cultural. Ha sido colaborador y cómplice del Estado en muchas de las leyes y medidas más nefastas, de recortes económicos, sociales, de libertades…Sus discursos son charlatanería de feria, siempre vacíos, siempre basados en gestos, en amagos, en poses, para hacer creer lo que no es y atraer votos. Siempre dispuesto a pactar –a trapichear- con cualquiera que esté en el poder, siempre cerca del poder, sea el PP, el PSOE o la Monarquía, o Podemos, si se diera el caso. Su concepto de soberanía y sus tan cacareados proyectos de “status” no son más que filfa, humo, fuegos artificiales. Ha dicho repetidamente que quiere la soberanía para el país, pero consensuada, negociada con el poder central, lo cual es lo mismo que decir pura y simplemente, que no está por la soberanía, porque el Estado, no está por reconocer ni la más mínima soberanía. Es una forma de quedar bien (¿), defendiendo un supuesto objetivo que no se va a realizar nunca. Así que, se ha distanciado del proceso catalán, porque no está, para nada, por involucrarse en procesos serios de ruptura con el Estado y de creación de procesos constituyentes serios. Con lo de Escocia pudo divagar más, porque la postura del gobierno inglés fue diferente.

El alter-ego del PNV siempre ha sido un partido de la calaña reaccionaria y centralista como es el PSOE. Pero tampoco le hace ascos al PP, con el cual se identifica en muchos valores. Es casi imposible que el PNV se alíe en algo con la izquierda abertzale. Sus aliados prioritarios y habituales son el PP y el PSOE, y siempre para aplicar las políticas más reaccionarias. Por otra parte la postura del PNV respecto de la izquierda abertzale, ha sido siempre la de minusvalorarla, marginarla, apartarla, ridiculizarla y sabotearla. En todo el proceso de cambio de la izquierda abertzale la postura del PNV ha sido cínica, falsa y sobre todo nefasta, tanto en el tema de los presos, de la memoria, de las víctimas y otros aspectos relativos a las consecuencias del conflicto. Siempre se ha posicionado a la par de Madrid, repitiendo sus emplazamientos, amenazas, advertencias, exigencias o críticas.

Dicho todo lo cual, hay que considerar un grave error el realizado por parte de la izquierda abertzale durante todos estos años en lo que respecta a su postura con respecto al PNV. Ha estado tratando de seducirlo creyendo (¡) firmemente que es un partido abertzale, soberanista, y que un día van a poder plasmar la mayoría numérica que se ha dado al menos por momentos, en el Parlamento y algunos ayuntamientos, en un voto soberanista, en la apertura de un proceso soberanista. ¡Craso error! Esas mayorías no han llevado a nada, ni llevarán nunca. El PNV ha seguido jugando sus bazas partidarias, flirteando con el PSOE o con el PP, siempre en contra de Euskal Herria y de los trabajadores. En consonancia con esa política de seducción, la política de la izquierda abertzale respecto del PNV, ha sido la de no agresión, la de dejar hacer, la de sumisión, incluso, poniendo la otra mejilla cuando el PNV les daba un tortazo en una de ellas.

Por tanto contar con el PNV para lograr mayorías supuestamente soberanistas, en el parlamento o ayuntamientos, es una política fracasada y absolutamente sin salida. Contar con el PP y el PSOE, ya se sabe que no se puede, pues son enemigos viscerales de la soberanía. Podemos, es algo absolutamente coyuntural, inestable, el resultado de la voluntad de cambio de la gente que ha depositado su confianza en ellos, pero que va a quedar absolutamente frustrada –ya lo está siendo- porque no va a conducir a absolutamente nada, porque no cuestiona ningún pilar del sistema, porque su concepto de soberanía es dentro de la ley española –dentro de un referéndum legal español- y con el consenso de las fuerzas españolas, lo cual es imposible. Si partieron de un mensaje light, por el camino se han quedado en nada y van tragando con todo, desapareciendo incluso las tenues y tímidas “líneas rojas” que plantearon, para la formación del gobierno español por ejemplo. Podemos se ha beneficiado en parte de la parálisis y falta absoluta de iniciativa y dinámica de la izquierda abertzale, de quien ha obtenido una parte de los votos, pero Podemos ha recogido votos –no hay más que ver comparativamente los resultados electorales- de otros muchos grupos, que incluyen el PSOE, el PP, el PNV, UPyD, etc. y también de sectores jóvenes que no habían votado nunca, como consecuencia de su mensaje superambiguo destinado a todos y a cualquiera, con lo cual, con prácticamente cualquier política que lleve a efecto en las instituciones, va a perder rápidamente casi todos sus apoyos.

Lograr una amplia mayoría de la clase trabajadora y clases populares en pro de la Independencia y del Socialismo, uno de los objetivos principales

Todo lo cual nos lleva a que en la relación de fuerzas actuales, abrir procesos soberanistas desde las instituciones, es a corto plazo al menos, inviable, lo que nos sitúa además, lejos de Cataluña. Posiblemente uno de los objetivos prioritarios hoy, dentro de la estrategia de la confrontación democrática con el Estado y la unilateralidad, es lograr que muy amplios sectores de la clase trabajadora y clases populares de Euskal Herria, sean cuales sean sus orígenes y referencias previas, constituyéndose en una amplia mayoría social del país, se posicionen y se activen en pro de la defensa de la soberanía, de la defensa de la independencia y del socialismo. Ello implica la consciencia de que sólo mediante la conquista de nuestra soberanía, del control de todos los recursos y mecanismos económicos, sociales, culturales, jurídicos y políticos que implican la soberanía, por nosotros mismos, se puede lograr iniciar un proceso profundo y revolucionario de transformación de las estructuras, hacia la emancipación como nación y hacia una sociedad socialista, igualitaria, sin clases, sin marginaciones, sin discriminaciones de ningún tipo, que satisfaga las necesidades fundamentales de todos, y que sea gestionada en todos sus ámbitos, incluido el económico y el de la producción, socialmente, en función de los intereses de la sociedad.

Confrontaciones democráticas parciales y confrontación democrática global o política

La toma de conciencia, la creación de esa amplia mayoría social trabajadora y popular, habrá de ser el fruto de una lucha unilateral consecuente de confrontación democrática en todos los frentes y sectores (recortes, paro, condiciones de trabajo, precariedad, pobreza, ayudas sociales, pensiones, vivienda, sanidad, enseñanza, cultura, libertades, etc), donde se irán creando solidaridades, proyectos, lazos y estructuras. La confrontación democrática requerirá grandes movilizaciones, gran decisión y desobediencia civil. y puede adquirir en ciertos momentos tintes duros debido a la represión, e incluso puede llegar a adquirir ciertos niveles de violencia, en situaciones críticas. El cambio de ciclo producido como consecuencia del agotamiento de la estrategia anterior, ha sido inevitable, pero eso no quiere decir que las cosas no se puedan endurecer según el desarrollo de los acontecimientos y menos que no se tenga el derecho a defenderse frente a agresiones brutales contra nuestro pueblo.

Pero las diversas confrontaciones parciales, por sí mismas no son suficientes, requieren de una confrontación política global, que no puede proceder, como en Cataluña, más que de las instituciones, sean el Parlamento y el Gobierno, o Udabiltza, o el Parlamento Foral y la Diputación en el caso de Navarra. De unas instituciones en las que se vea reflejada y se plasme, la mayoría social lograda en la calle. La presencia en las instituciones irá creciendo en la medida en que crezca el peso social revolucionario en la calle, hasta llegar a la masa crítica capaz de iniciar un proceso constituyente soberanista.

Democraticismo posmoderno

Uno de los discursos que se plasman en el documento ABIAN, en contradicción por lo demás, con otros discursos que se desarrollan en el mismo documento, y especialmente con las ideas manifestadas en las contribuciones de las bases, es lo que podríamos llamar el democraticismo. Es un discurso que por ejemplo sustituye clase trabajadora y clases populares por “ciudadanos”, -al igual que PODEMOS- concepto ambiguo, interclasista, que incorpora en el mismo lo mismo a los trabajadores, que a los empresarios, que a los banqueros, que a los especuladores o policías, difuminando el potencial revolucionario del concepto de clases oprimidas que no se puede confundir nunca con “ciudadanos”. Utilizan el concepto abstracto -y de la Doctrina de la Iglesia- de “justicia social”, concepto que no se sabe lo que significa ni a donde llega, en lugar de utilizar el concepto de “igualdad”, o de “eliminación de desigualdades”, o de “socialización de la propiedad de los medios de producción”, por poner unos ejemplos. Utilizan también los conceptos de “profundización democrática” o de “democracia participativa”, confundiendo lo que es la democracia burguesa con la democracia socialista y obviando los límites de la democracia burguesa. La democracia burguesa es el tipo de democracia –limitada y condicionada- creado por la burguesía para asegurar su poder y sus intereses, dando un margen de participación limitado a las clases populares. Son las elecciones parlamentarias o municipales, donde pudiera parecer que todo se puede cambiar, pero que es mentira, porque debajo intervienen las fuerzas fácticas activadas por el capital, que van desde el ejército y la policía, hasta los infinitos recursos económicos, bancarios y financieros, comerciales y de sobornos, el apoyo o condicionamientos del capital internacional y del imperialismo, los medios, la capacidad de modelación de partidos y leyes y un largo etcétera. Dentro de un sistema burgués, las posibilidades de una “profundización democrática” o de una “democracia participativa”, pueden existir, pero son muy limitadas, y jamás de los jamases podrán permitir una transformación social y económica profunda, de tipo socialista. Eso solo puede darse mediante una confrontación muy seria, del tipo que sea, con el poder, en base a una relación de fuerzas muy favorables a los trabajadores y clases populares y tras el desmantelamiento prácticamente absoluto de la democracia burguesa en cuestión. Y ¿qué sentido tiene hablar de “revolución democrática” en el contexto actual de Euskal Herria? Creemos que ninguno, porque la consecución de una soberanía real para Euskal Herria, implica ir mucho más allí de puros cambios democráticos formales.

Derecho a decidir y Gure Esku Dago

El “derecho a decidir” es una consigna muy ambigua, que ha sustituido al “Derecho de Autodeterminación” propio de la tradición de la izquierda e incluida en la Alternativa KAS, como una forma de suavizar esta consigna de cara a atraer principalmente al PNV. De hecho parece que fue Ibarretxe el primero en utilizar aquella consigna. Aunque la concordia y las buenas relaciones con el PNV, hayan podido funcionar en Idiazabal de donde partió la idea, el atraer al PNV a una dinámica soberanista, por todo lo que hemos dicho anteriormente, es misión imposible.

Por otra parte la consigna de “derecho a decidir” tiene una connotación que apunta a que pedimos que el Estado nos reconozca nuestro derecho a decidir, cosa que nunca sucederá y que se aleja de la dinámica de unilateralidad planteada. Asimismo, existe o ha existido la idea, derivada de la Alternativa Democrática, que pretendía, que aparte de las negociaciones de ETA con el Estado, se creara una mesa entre partidos y fuerzas sociales del país, para llegar a una serie de puntos mínimos de acuerdo, una especie de puntos mínimos de soberanía, sobre qué atribuciones reclamar y sobre cómo organizar el país, que se suponía que el Estado iba a tener que aceptar. Unos puntos mínimos que se entendía serían el inicio de un proceso posterior de profundización en la soberanía. La cuestión es que esta es una vía muerta, sin salida. Partidos como el PP y el PSOE, no se saldrán nunca del guión centralista del Estado y de su Constitución, nada diferente del Estatuto o de alguna variante similar. Y el PNV tampoco se saldrá hacia algo que enfurezca al Estado, por mucho que hable de “status”.

La cuestión es que una serie de acuerdos sobre soberanía entre las diversas fuerzas políticas del país, no se van a dar nunca. A la aplicación de un referéndum sobre soberanía en Euskal Herria, el Estado se niega en redondo –al igual que en cualquier otra nación del Estado-.Solamente como ha sucedido en Cataluña, como consecuencia de un proceso unilateral masivo y muy potente, conducido por las fuerzas soberanistas, las fuerzas antisoberanistas y españolistas se han visto obligadas a participar, para, naturalmente, tratar de bloquear el proceso. Además han participado, dentro de algo que era legal –las elecciones plebiscitarias de Cataluña-, pero, obviamente, no participaron en el Referendum, un tanto sui géneris y no legal que se realizó previamente.

En Euskal Herria tendrá que suceder algo parecido, aunque partiendo de unas condiciones mucho peores que las de Cataluña y en un proceso más largo. La única vía es la mencionada más arriba, la de ir logrando dentro de la confrontación democrática con el Estado una gran mayoría de la clase trabajadora y clases populares defensora de la soberanía y el socialismo, que se plasme también en una amplia mayoría en las instituciones, desde donde se pueda abrir un proceso político unilateral de soberanía, un auténtico proceso constituyente.

Dicho todo lo cual, ¿dónde queda el “derecho a decidir” y cuál puede ser el papel de Gure Esku Dago? Gure Esku Dago se inició con mucha fuerza con lo de la cadena humana, pero luego ha ido deambulando sin saber muy bien qué hacer y sin un norte claro. Creemos que Gure Esku Dago como movimiento puede tener un papel importante en la creación de esa mayoría soberanista y socialista entre los trabajadores y clases populares y especialmente entre los sectores más distanciados de posturas soberanistas y entre los sectores de origen inmigrante. Ese trabajo requiere ofrecer consignas más claras que la del “derecho a decidir”, como es la de “soberanía”, la de la necesidad de la “conquista de la soberanía” - ya que la soberanía no nos va a ser concedida por los Estados dominantes-, y la de que “la soberanía es la vía para llegar a una sociedad igualitaria y sin clases”, una sociedad sin explotación, una sociedad socialista. Todo esto requiere naturalmente una gran apertura de mente, y un gran trabajo de acercamiento a las masas, en los barrios, pueblos, comarcas, etc, con actividades reivindicativas e imaginativas muy abundantes, además de un importante trabajo didáctico, divulgativo y argumentativo. Los referéndums populares previstos para algunas localidades, es, creemos, una buena idea, que habría de desarrollarse al máximo.

Sortu, Bildu y el Movimiento popular

Creemos que la existencia de un partido que se identifique plenamente con los intereses de la clase trabajadora y clases populares es absolutamente imprescindible. Un partido por supuesto, revolucionario, con la firme voluntad de enfrentarse al sistema capitalista y de clases que nos oprime nacional y socialmente, y de transformarlo de arriba abajo, y capaz de ser un motor importante en el proceso de transformación y de independización de Euskal Herria. Hay una larga experiencia que nos enseña y nos previene de propugnar partidos que se sustituyan a las masas, que se impongan burocráticamente a ellas, que luego conducen siempre a Estados burocráticos y autoritarios. Se trata de impulsar un partido que se mueva y se desarrolle en el seno de la clase trabajadora y del pueblo, en comunicación y colaboración estrecha con estos y sus movimientos. Un partido eficaz, militante, activo, de calle, no electoralista –aunque impulse también la lucha institucional al servicio de la lucha de masas-, coherente, democrático y muy consciente de que hay que destruir el capitalismo y no colaborar con él, o hacer su juego, al estilo de las muy diversas social-democracias.

Hay bastantes indicios que apuntan a que Bildu está hipotecando a Sortu, en el sentido de que se están identificando objetivos que habrían de ser distintos, de que está coartando la libertad de maniobra de Sortu, y de que Bildu se está burocratizando, impidiendo en cierta manera el desarrollo de un movimiento popular amplio, que ha de ir mucho más allí de Bildu.

Una de las funciones de Bildu y especialmente de Sortu ha de ser el trabajar estrechamente con los movimientos populares existentes, apoyándolos, colaborando con ellos, e impulsando nuevos movimientos. Y quizá una de las cuestiones principales sea, la de ir tejiendo un vasto movimiento popular y sindical, que a partir de sus problemáticas y reivindicaciones concretas, se adentren en la senda de la confrontación democrática, hacia una amplia mayoría soberanista y socialista, que llegue a ser capaz un día, de crear un auténtico proceso constituyente vasco, tras conquistar la soberanía.

El imperialismo, el peor enemigo

En la parte de “Análisis básico de coyuntura” del documento ABIAN, se hacen ciertas críticas del imperialismo, de la OTAN y de la UE, pero recalcando solo ciertos aspectos y obviando las manifestaciones más brutales del imperialismo, así como las consecuencias e incidencias de la OTAN y la UE sobre Euskal Herria. Se hacen consideraciones correctas sobre el TTIP y la última ofensiva del neoliberalismo y grandes corporaciones, la hegemonía cultural del neoliberalismo, el cambio climático, y análisis más o menos correctos sobre los procesos de America latina, etc.

Pero la crítica de la UE, no impide el seguir considerándola como marco de referencia, que no se pone en cuestión. Se plantea que habría que cambiar muchas cosas…pero se queda en ello, como si eso fuera posible. Y sucede que la UE es la plasmación feroz de las políticas neoliberales más extremas, de las políticas de recortes, de austeridad, de precarización, de privatizaciones, de liquidación de gastos sociales, de pago prioritario de la deuda externa a las grandes multinacionales, banca y Estados más poderosos, de leyes laborales cada vez más asfixiantes, de aceptación clandestina de acuerdos internacionales tremendamente agresivos para los países como el TTIP y otros, de absorción progresiva y acelerada de las atribuciones de los Estados, de la capacidad de intervención casi sin límites sobre las políticas económicas, sociales, etc de los Estados, de prácticas racistas y xenófobas cada vez más extendidas y aceptadas –como en el caso de los refugiados- , de una concentración de poder y opacidad en la gestión crecientes, de una política imperialista y armamentística sin precedentes, al son de lo que dicen los EEUU, amo y señor de la UE, en contra de países del Oriente Medio, de Rusia, de Donbass, de Libia, etc. La UE es brutal con los países y clases populares de su espacio –el caso de Grecia es uno de los más flagrantes-, pero es sumisa y dócil hasta el infinito con todo lo que diga el imperialismo norteamericano. El imperialismo norteamericano maneja y controla a placer cada uno de los países europeos, a través de sus múltiples redes de espionaje (NSA…), ONGs, la red Gladio perfectamente vigente y sobre todo a través de la OTAN. La OTAN es el principal instrumento de control del imperialismo sobre Europa, la principal vía de presencia norteamericana constante en Europa, una tremenda espada de Damocles que pesa brutalmente sobre cada país a modo de juramento de fidelidad, lealtad y no discrepancia respecto de cualquier cosa que digan y hagan los EEUU. Los EEUU están obligando a los países europeos con el apoyo de la OTAN a involucrarse hasta las cejas en su loca carrera de armamentos contra Rusia, llevada hasta sus fronteras en muchos de los antiguos miembros socialistas, a plagarse de bases militares y bombas atómicas, fuera absolutamente de la ley. Están obligando a chantajear y adoptar sanciones económicas absolutamente arbitrarias en contra de Rusia, sin ninguna atribución para ello, simplemente porque sí, dentro de la estrategia imperialista de acoso y derribo de este país, jugando con tremendas mentiras como la de la invasión de Ucrania por Rusia, cuando ha sido al revés, con la separación de Crimea, hecho absolutamente normal y dentro de la más estricta legalidad, de la misma manera que lo hicieron con Iran. El gas ruso ha sido otra de las excusas de la guerra montada por los EEUU contra Rusia, obligando a los países europeos a involucrarse en ella a pesar de sufrir grandes pérdidas. La participación en la gigantesca farsa de la alianza contra el ISIS, ha sido otra de las aventuras en la que países europeos se han visto involucrados por los EEUU.

Todo lo cual muestra a las claras, que la UE y más todavía la OTAN, son unas tremendas losas que impedirán la soberanía de Euskal Herria, y que nos mantendrán sumidos brutalmente a las leyes del neoliberalismo capitalista y a todas las aventuras genocidas y criminales que el imperialismo desarrolla en el Oriente Medio, África y en el resto del mundo. Por lo cual, no cabe más que un rechazo absoluto y total de la UE y de la OTAN, no cabe más que salirse de la UE (y el euro) y de la OTAN. Seguir en ellos significa renegar definitivamente de nuestra soberanía, libertad y voluntad de transformación social. Pero desgraciadamente Sortu da por buena la presencia en esos organismos, y el documento ABIAN, continúa por la misma línea. Únicamente aparece una pequeña mención, a nivel marginal, de que existe una “opción B” con respecto a la UE, la de salirse del euro y la UE. Pero no está contemplada como algo serio ni menos como proyecto.

En cuanto a los análisis del imperialismo del documento ABIAN, decíamos que obvia todos los aspectos más agresivos y brutales de la política imperialista, como son las políticas genocidas y criminales practicadas contra Libia, contra Siria, Irak y Yemen, la política de acoso y derribo practicada a través de cientos de miles de mercenarios islamistas radicales, reclutados, armados, financiados, entrenados, organizados y dirigidos por los EEUU y potencias terroristas a su servicio, como son Arabia Saudita, Turquía, Israel, Qatar, Emiratos Arabes, Inglaterra y Francia principalmente, para derribar, desactivar, romper y destrozar a Estados que tienen muchos recursos, pero que son laicos, de izquierda, no sumisos a los EEUU, solidarios con los rebeldes del Libano –Hezbollah-, con Iran, con Palestina, etc. y miembros del “Eje de la resistencia” como les llaman los imperialistas. El método ha sido la creación del terror a escala gigantesca, la realización de las mayores barbaridades imaginables –atribuidas siempre a estos mismos Estados- , la matanza de muchos cientos de miles de personas, la destrucción y casi reducción a cenizas de estos países, la manipulación mediática gigantesca a través del monopolio de los medios por parte del imperialismo en base a fabulosas e infinitas mentiras, tachando a sus dirigentes de déspotas y represores, la destrucción de sus economías, el exilio forzado de millones de personas por todo Europa en condiciones denigrantes, la persecución y encarnizamiento con las minorías religiosas, con los chiitas en general, queriendo romper los estados en base a diferencias étnicas o religiosas contra la voluntad unitaria históricamente manifestada. Y todo ello, apoyado por la creación por el imperialismo de organizaciones tremendamente sectarias y asesinas, como Al Qaeda y el ISIS, para hacer junto al resto de mercenarios, todo el trabajo sucio del imperialismo para destruir a países soberanos y con gran respaldo popular. Y para cerrar el círculo, la mayor expresión de cinismo que pueda haber, la creación por los mismos patrocinadores del terrorismo mercenario, de una coalición para combatir supuestamente al ISIS y Al Qaeda, en realidad para potenciarlos y seguirlos armando y financiando.

Y lo que ya colma el vaso, es la política ferozmente proimperialista de la sección internacional de GARA, prensa supuestamente de la izquierda abertzale. En efecto dicha sección lleva intoxicando cuando menos 5 años, desde que se inició la llamada Primavera árabe y el bombardeo y destrucción de Libia por la OTAN y mercenarios de al Qaeda y de Qatar. GARA ha defendido las guerras de acoso y derribo del imperialismo, mediante mercenarios y Al Qaeda, contra Libia, Siria, Irak y Yemen. Ha justificado o minusvalorado todas las barbaridades cometidas contra estos países por el imperialismo norteamericano asistido de Turquia, Arabia Saudita, Israel, Qatar, Inglaterra y Francia, tildando a los mercenarios terroristas, de luchadores por la libertad, y lo que no son sino guerras genocidas y terroristas contra la soberanía de estos pueblos, como guerras civiles. La guerra imperialista contra Yemen, patrocinada e impulsada bajo cuerda por los EEUU, pero cuyo agresor fundamental es Arabia Saudita, es considerada por GARA, como una simple guerra civil de chiitas, contra el presidente expulsado (que no es más que un peón de Arabia Saudita).

GARA se identifica sin demasiado rubor, con los Estados terroristas genocidas de Turquía y Arabia Saudita, con el ISIS y Al Qaeda, de quienes hace un auténtico enaltecimiento del terrorismo, de sus hazañas y barbaridades, a quienes pretende justificar como surgidos de un supuesto malestar del sunismo frente a los “excesos” del chiismo, cuando han sido una creación pura y dura del imperialismo. Al Qaeda fue fundada por los EEUU, con el apoyo del servicio de inteligencia paquistanés y Arabia Saudita, ya en la guerra imperialista contra el gobierno de izquierda de Afganistán en 1979. Desde entonces se ha ido extendiendo de la mano de los EEUU, de la CIA y de las diversas embajadas USA, por todo el mundo donde haya presencia de islamistas, pero en concreto en las zonas donde hay petróleo y grandes recursos (Oriente Medio, Africa, Indonesia…) y en los países considerados por EEUU como enemigos a abatir o a crear desestabilización (Somalia, Libia, Siria, Irak, Yemen, Sudan, Yugoslavia-Bosnia, Cáucaso ruso, Asia Central, Cachemira, Xinkiang en China…), como una gran coartada para facilitar la presencia del ejercito norteamericano –y después, de las multinacionales- supuestamente para ayudar a “luchar contra el terrorismo”. El ISIS ha sido otra creación norteamericana con el apoyo de sus satélites habituales, como una nueva generación de Al Qaeda, para destrozar Siria e Irak, y establecer poderes títeres al servicio del imperialismo que faciliten la explotación intensiva de sus recursos y asimismo para cultivar un virus terrorista letal exportable a países “enemigos” como Rusia y China, para crear desestabilización.

GARA ha apoyado incondicionalmente todas las “revoluciones de colores” orquestadas por los EEUU, la CIA y las distintas ONG paralelas y dependientes, para tumbar gobiernos y Estados enemigos, o simplemente para hacerse con el poder de Estados muy ricos en recursos, como “revoluciones democráticas”. GARA ha apoyado ciega y ardientemente a los reaccionarios y criminales Hermanos Musulmanes, siempre al servicio de la CIA y de los planes maquiavélicos del imperialismo (ya desde el intento de asesinato de Nasser) y que han sido la pieza maestra de los planes imperialistas de remodelación del Oriente Medio, mediante la llamada “Primavera Árabe”, diseñada en los EEUU –con la colaboración del senador McCain- con el objeto en algunos casos de renovar y rejuvenecer el poder de países ya sumisos pero con dictadores desprestigiados (Tunez y Egipto) y en otros casos, utilizando a los Hermanos Musulmanes locales con el apoyo masivo de mercenarios terroristas islamistas internacionales, y cuando han podido con la intervención militar de la OTAN (Libia) para derrocar, o destruir y despedazar países críticos con la política de los EEUU, como han sido la citada Libia, Siria, Irak y Yemen. Irán estaba también en la lista de países a destruir, pero no se han atrevido y han optado por presionarles económicamente con la excusa del contencioso nuclear y después negociar. También intentaron aquí una revolución de colores que fracasó, y a la que apoyó decididamente GARA. La guerra contra Hezbollah la han dirigido desde Israel.

GARA, por otra parte –al unísono con el imperialismo- siempre ha demostrado un odio enfermizo contra el chiismo, y en defensa del sunismo. Y sucede que el chiismo ha jugado por lo general un papel mucho más progresista que el sunismo, al menos que importantes variantes del mismo, tremendamente sectarias, reaccionarias y criminales, como el wahabismo y el salafismo, impulsados por Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo, y que son la base fundamental del terrorismo islámico agitado por el imperialismo. Los llamados países del “Eje de la Resistencia” contra el imperialismo, Iran, Siria, Irak y el Hezbollah del Libano son chiitas. En el caso de Siria, GARA siempre se ha empeñado en tratar de mostrar un Assad, que es alauita –chiita- como que se ha impuesto, siendo minoría en el país, sobre el sunismo mayoritario. Cuando la realidad es que a Assad le apoyan no solo los chiitas, sino la inmensa mayoría de los sunitas del país así como los de otras religiones, entre los que siempre ha trabajado y cultivado la concordia y buenas relaciones.

Otra de las paranoias de GARA –al son también del imperialismo-es la que tiene con los países excomunistas, con Corea del Norte, con China y sobre todo con Rusia, y muy particularmente con Putin, el personaje más odiado de GARA. Los grandes ídolos de GARA son los EEUU, Obama, y McCain. Todo lo que dicen y hacen es tratado con mucho respeto y mucha extensión de páginas. Son ellos los que proponen, los que emplazan, los que desdicen, los que acusan, los que amenazan, en suma, son ellos, los protagonistas. Es rarísima una crítica a los EEUU en GARA. Las elecciones primarias de los EEUU tradicionalmente han ocupado numerosas páginas de GARA. Con todo el gigantesco y brutal acoso militar sobre China y especialmente contra Rusia por parte de la OTAN (Escudo antimisiles, presencia importantísima de tropas, aviones, tanques, bombas nucleares, y todo clases de artilugios militares de ultima generación que llegan hasta las mismísimas fronteras de Rusia y desde varios frentes) GARA, calla y otorga.

Y la postura de GARA con respecto al conflicto de Ucrania, clama al cielo. GARA dio por auténtica revolución popular lo que fue un montaje fascista y brutal dirigido por la OTAN –la supuesta revolución de Maidan en Kiev en febrero de 2014-, para derrocar el gobierno de Ucrania, colocar en el poder a auténticos fascistas –ya preparados y entrenados con antelación-, hacer que Ucrania rompiera con Rusia, que se interrumpieran los accesos de gas ruso a Europa a través de Ucrania –en perjuicio de Europa pero eso a EEUU no le ha importado-, y Ucrania se posicionara con la Europa Occidental, es decir con el imperialismo. Desde entonces Ucrania ha sido invadida por toda clase de multinacionales, vendida prácticamente al extranjero, arruinada y endeudada, pero al mismo tiempo armada sin cesar por la OTAN, gestionada en lo militar por funcionarios norteamericanos, y con un ejército, infestado cada vez más ampliamente por lo más granado del fascismo ucraniano de siempre.

La rebelión de las zonas del Este y Sur de Ucrania, de las zonas de Donetsk y Lugansk, contra los nuevos burócratas proamericanos y antirrusos, apoyados estos por las principales oligarquías explotadoras del país, que querían prohibirles sus elementos culturales, entre otros el idioma ruso parte sustancial de acervo común ucraniano-ruso, y la rebelión de Krimea, fueron condenados con igual intensidad por GARA que por el Gobierno fascista de KIEV. Las consecuencias fueron una represión y bombardeos sin piedad sobre la zona, como las matanzas fascistas de Odesa, o la provocación realizada por Ucrania de la mano de la OTAN al atacar un avión y hacerlo caer a tierra con cientos de pasajeros civiles muertos, tras haberlo hecho salir de su ruta y acusándoles luego a los rebeldes de Donetsk. GARA siempre daba por buenas las versiones del imperialismo. Y no solo eso sino que GARA estuvo desprestigiando y denigrando a los revolucionarios de Donetsk, como un amasijo de gentes sin norte, como gente burócrata, como fascistas, como mercenarios de oligarcas, cuando no como marionetas de los rusos. Asimismo, GARA participaba de las mentiras del imperialismo que decían que en Donetsk había infiltrados batallones enteros rusos y que todo era un montaje ruso, cuando hay numerosísimas pruebas, hasta de testigos internacionales, que decían que era un movimiento autónomo, real, progresista y que aunque tuviera alguna ayuda rusa, básicamente se desenvolvían por sí mismos. Con toda la agresiva política montada por el imperialismo con la coartada de la supuesta presencia de tropas rusas en Donetsk y de la separación de Crimea –cosas de los distintos raseros del imperialismo- contra Rusia, con numerosas y sucesivas sanciones económicas, GARA, daba muestras de estar de acuerdo. Los países europeos, que fueron literalmente arrastrados por los EEUU a esta política imperialista destinada a estrangular a Rusia y al mismo tiempo a consolidar el poder de los EEUU en Europa, no estaban tan de acuerdo porque sufrieron en su propia piel las consecuencias, con grandes pérdidas económicas.

 

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