El estado socialista vasco debe dejar de ser una fantasía erótica
No es que tengan nada malo las fantasías eróticas. Al contrario. El problema es que mientras siga siendo solo una fantasía no traspasará la nebulosa de los sueños. Ya decía Lenin que; es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía.
¿Cuál es el proyecto alternativo al capitalismo de la izquierda abertzale y de todos los sectores anti-capitalistas de Euskal Herria? Hoy por hoy es inexistente pues no existe ninguna alternativa superadora del capitalismo de cara a Euskal Herria. Posiblemente si la V asamblea de ETA escribió alguna, se perdió la dirección donde se guardaba semejante tesoro. KAS y Ekin nunca pudieron llegar a esbozar el plano del socialismo vasco, inmersos en tareas de construcción nacional y social, que avanzan en ese camino pero al mismo tiempo sin dirección concreta por no tener ni el boceto estratégico de las bases del estado socialista vasco. Otro tanto ocurre con las organizaciones juveniles revolucionarias vascas. Y si miramos a LAB, bastante han tenido con la labor resistencialista de los derechos de los y las trabajadoras.
Es decir, a nivel estratégico la izquierda abertzale ha sufrido una erosión continuada desde hace muchos años que ha hecho pasar del socialismo a la “socioeconomía”. Y hablo a nivel estratégico donde el balance es desastroso. Hay errores para que así sea pero también situaciones objetivas muy difíciles de superar relacionadas con el conflicto. Sin embargo a nivel de “crear condiciones”, del día a día, el balance histórico es bastante positivo aunque las rentas están camino de agotarse. A través del movimiento popular se logró levantar un espacio anti-sistémico inaudito para su entorno y una labor ingente durante muchos años de construcción nacional y social. Todo ello, la lucha de la izquierda abertzale y el movimiento popular, fueron creando unos mimbres adecuados en la generación de condiciones.
Pero una cosa es tener los mimbres, y otra muy diferente es avanzar. El no impulso de una teoría socialista vasca de carácter revolucionario que partiendo de la experiencia de la lucha generada en décadas y la propia historia, cultura e idiosincracia vasca vaya dibujando el plano de la democracia socialista para Euskal Herria y que falte un diseño estratégico global de la lucha de clases derivado de ello es una rémora casi insalvable que incide en todo ello haciéndonos instalar en limitaciones como el sectorialismo,o subsidiarismo de luchas que en realidad son estratégicas y dejando por tanto el camino libre a toda clase de teorías posmodernas o modas ideológicas que se las lleva el viento. No ayuda tampoco que la organización socialista revolucionaria que debería estar lanzando propuestas y estudiando métodos y formas de avance para que la clase trabajadora vasca las enriquezca esté desaparecida.
Uno de los problemas graves que se arrastran es que jamás se han puesto las bases teóricas sobre qué Estado socialista vasco es el que queremos. Teniendo en cuenta que este es el objetivo estratégico básico, el hecho de no haber realizado si quiera el bosquejo del modelo a levantar y a proponer crea un corte entre táctica y estrategia impidiendo que se tracen las líneas dialécticamente de un punto al otro. Esto traducido políticamente significa el atascamiento en las consecuencias del capitalismo, en la auto-defensa frente a los ataques del capital, o en la insistencia en hacer un “capitalismo mejor” que unido a la lucha frente a dos estados por la independencia nacional crea una triple carga que en sentido inverso las llamamos independencia, socialismo y feminismo pero que paradójicamente no lo tenemos estructurado como modelo concreto al margen del capitalismo, tampoco existiendo una ubicación determinada en el plano internacional.
Todos estos factores hacen que en su ausencia, la UE o la democracia burguesa formal tiendan a quedarse por defecto lo que al mismo tiempo hace que con el capitalismo no vayamos a ninguna parte. Mucho menos a la independencia.
El ir bosquejando cómo es la Euskal Herria socialista qué queremos es lo único que puede abrir el camino para recorrerlo. Y en ese camino aproximado es donde se solventa la táctica, los puntos de inflexión y los saltos. Cierto es que el camino se hace al andar, pero solo si sabes a dónde vas. Puede que este sea el momento histórico más preciso para poner las bases del Estado socialista vasco y lanzarnos hacia adelante. O lo que es lo mismo, trasladar la “independencia y socialismo” del mero lema fantasioso a un debate estratégico que aún no hemos realizado en Euskal Herria. Y que necesitamos hacerlo ya para asentar la dirección de la brújula y los pasos hasta alcanzarlo. La definición del socialismo vasco en construcción dialéctica y el camino que le demos por tanto surgirá de un debate y posterior praxis, que quién lo iba a pensar, aún no lo ha hecho en Euskal Herria el socialismo revolucionario abertzale. Pues habrá que hacerlo.