[Cast/Eusk] Cómo nos ha engañado el capitalismo / Nola engainatu gaituen kapitalismoak
Traducción A. Bas. para La Haine
Castellano
Este mundo redondo se nos ha puesto patas arriba y buscamos respuestas en todas partes, no podemos tomar la medida de la emergencia sanitaria, del insostenible estado ecológico y del colapso de la economía global. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Mirando atrás, nos hemos dado cuenta de que la quema del sistema actual tiene su origen en un profundo engaño historiográfico: el capitalismo es incompatible con la democracia. Se basa en la desigualdad y la violencia, en la esclavitud, en definitiva.
En la forma de una serpiente, la esclavitud es un fenómeno cambiante que ha cambiado la piel a lo largo del tiempo, que ha adoptado muchas formas y colores, y no siempre con ese nombre. Olvida las imágenes clásicas; antes estaba ahí y ahora también está aquí. Es multinacional. Apenas se menciona en los libros de historia de Euskal Herria, pero estudios recientes han demostrado que hemos avanzado con la expropiación de cuerpos a través de los mares, gracias a los cuales hemos recogido los antiguos escudos y las industrias actuales. ¿Está usted dispuesto a conocer esta incómoda historia capitalista vasca?
Karl Marx consideraba que la "esclavitud oculta" de los obreros europeos constituía un complemento de la esclavitud abierta de las plantaciones americanas, imprescindibles para que el tejido industrial de algodón se convirtiera en motor de la revolución hasta el siglo XX. Una de las mayores mentiras de la historia es que el capitalismo supuso la abolición de la esclavitud; adquirió otro aspecto, pero siguió siendo una fuerza de trabajo imprescindible para el desarrollo de la industria.
Como una bestia que cambia constantemente el disfraz, el de la esclavitud es un mal que ha perdurado a lo largo de los tiempos, desde la servidumbre medieval hasta la capitalización masiva del cuerpo africano. Por ejemplo, el endeudamiento ha sido uno de sus nichos económicos más importantes. La dominación de campesinos o migrantes que se han quedado inigualables ha sido muy común a lo largo de la historia; "esclavos que no son esclavos, pero que existen en realidad", llamó el antropólogo francés Alain Testart (1). Como consecuencia del Covid-19, en la India, muchas familias se han estrangulado en deudas impagables con el tipo de interés, dejando en manos de los intermediarios lo único que tiene: la fuerza de trabajo. No hay que ir tan lejos, sin embargo, en muchos campamentos de migrantes europeos – Y vascos – Se están produciendo situaciones similares. Esta pandemia ha abierto muchas esperanzas para que la esclavitud muera, y el capitalismo ya tiene por dónde chupar sangre.
¿Pero es inevitable? Al contrario de quienes dicen que las desigualdades sociales son consecuencia de procesos económicos lógicos y naturales, en la historia no oficial cada vez son más frecuentes los movimientos que han defendido otra sociedad, la comunal y la igualitaria, oprimidos repetidamente por el capitalismo y el poder político. Pequeños artesanos y campesinos, sublevados, heréticos, brujas, cimarrones, comuneros … La dicotomía entre tiranos y "esclavos no esclavos" sigue presente en el pasado de Euskal Herria, testigo de ello es el cañón del castillo de Maule que clavaron la cabeza en Matalaz.
Esclavo se escribe con S
El término esclavo se debe a una metonimia y tiene que ver con los pueblos eslavos. Los romanos llamaban a los eslavos "esclavos", pero sólo para identificarse como pueblo. Hacia el siglo IX, sin embargo, la época de Bizancio fue cada vez más racional y atropellada en los Balcanes, convirtiendo a los eslavos en verdaderos esclavos. Así, en los países árabes y en las zonas bizantinas se generalizaron las palabras sacäliba o sklábos para llamar a la gente que estaba en venta en el mercado humano. El esclavo fue vencido por ese significado.
¿Alguien se ha preguntado qué es el guión que el dinero del imperio mundial, el dólar, explica sobre el S. En opinión de algunos, la letra o carimba que en el siglo XV irrumpieron en el cuerpo del esclavo tiene un clavo clavado de arriba abajo.
Pero la mala costumbre de utilizar con fuerza los cadáveres de la gente es mucho anterior a la creación de la palabra. ¿Quizá deberíamos recurrir a la creación del Sapiens? En las revistas científicas se nos explica que el hombre Neanderthal y el hombre moderno actuales tuvieron en Europa un vínculo más largo y estrecho de lo que se creía (2), hasta el punto de confundirse muchas veces. Entonces, ¿cuál fue su relación? Podría ser una pregunta preocupante. Quizá los descubrimientos de arte abstracto que se están llevando a cabo en los acantilados de nuestras cuevas en los últimos años nos den algún día alguna respuesta simbólica al respecto.
Mientras tanto, nos conformaremos con lo que nos dice la arqueología. A diferencia de la época de los cazadores-recolectores, en los estratos neolíticos se han encontrado numerosas huellas del uso de la guerra y de la fuerza, probablemente directamente relacionadas con los cambios sociales producidos por la generación de sobrantes agrícolas. En el País Vasco en el yacimiento de La Hoya de Laguardia se encontraron decenas de cráneos en los años 70, siguiendo el ritual de los celtas decapitando a sus enemigos y guardando sus cabezas. Hacia el siglo V a. C. las técnicas de moldeo del hierro dieron el salto y, además de herramientas para la agricultura o la construcción, el hombre aprendió a hacer con este metal otra cosa: las armas. En las necrópolis vascas han aparecido espadas, lanzas, jabalinas, cascos y escudos. Los expertos creen que entonces podría haber surgido una sociedad dependiente de "un tipo de autoridad" (3), pero es difícil saber de esas clases sociales.
"¿Cuánto valéis?".
Una de las figuras más conocidas de los esclavos que nos ha quedado en nuestro imaginario es la de los gladiadores de la Edad Clásica. Y no es de tomarse en broma, ya que se calcula que en los circuitos romanos murieron tres millones de seres vivos en combate o en las garras de las bestias. En el derecho romano la esclavitud era una estructura institucionalizada y el esclavo sólo forma parte de los bienes del dueño. No son pocos los avances de los romanos en Europa occidental, pero no se puede olvidar que los postes de mármol de su imperio también se basaban en la guerra y el botín.
Julio César capturó y vendió como esclavos a un millón de personas en la famosa campaña de la Galia, según el historiador griego Plutarco. En la saga Astérix y Obélix, nuestros dos amigos galos se hacen esclavos de Tifus, a propósito, y en su palacio son tratados como "objetos delicados"; Renné Goscinny nos enseñó irónicamente lo finos que pueden ser el mercado de esclavos y la crueldad del hombre: "¿cuánto vais?", les preguntan en una subasta surrealista de cómics. "Póngase el precio, seremos tuyos", responde el pequeño con bigote.
La presencia de esclavos en Euskal Herria está documentada aunque el Bajo Imperio romano estaba desapareciendo. Hacia 442 a. C. se produjeron los primeros ataques "bagauden" en la provincia Hispania de Tarraconensis, en todo el valle del Ebro; los primeros insoletam bacaudarum que los escritores del siglo XIX consideraban revolucionarios, exponentes del descontento social que había en aquella época de crisis, pero lo cierto es que poco sabemos de sus motivaciones, ya que los grupos rebeldes estaban formados por gente muy diversa: agricultores que perdieron la tierra, ladrones y esclavos esclavos fugitivos. Las fuentes clásicas las situaron inicialmente en territorio vascón, pero tras atacar Tarazona y dejar al obispo en la muerte mortal, llegaron hasta Lleida. Roma los borró del mapa con ayuda de los visigodos aliados.
Era el comienzo de una era oscura, de siglos de violencia que los visigodos llamaban "domuit vasconum", y de la que son testigos los guerreros de la necrópolis de Aldaieta (Álava), donde la influencia germánica es evidente.
Asalto de señores
Durante la Alta Edad Media (siglos V-X) la esclavitud se encontraba en la decadencia como se conoce en la tradición romana, pero no desapareció del todo. Entre los historiadores hay un profundo debate al respecto. Según el maestro francés Pierre Bonnassie, la esclavitud se eliminó de varios golpes – Empezando por la rebelión bagau- y alrededor del año 1000 sólo había campesinos "libres" en la mayor parte de Europa (4). Sin embargo, debido a un asalto de los militares de la nobleza, la vieja serpiente adoptó otra forma: la servidumbre.
"Se creó una relación de clase que homogeneizó las condiciones de los antiguos esclavos y trabajadores agrícolas", sostiene la activista feminista Silvia Federeci. Para muchos, la servidumbre era el variante de la esclavitud colectiva: junto con la tierra, las personas seguían siendo bienes del señor y se mantenían bajo su ley, aunque no existiesen desnudos. "En el feudo la explotación laboral siempre estaba condicionada al uso de la fuerza", dice Federici (5).
Los enfrentamientos de banderizos tan conocidos y simpáticos en Euskal Herria no se produjeron por cuestiones de pequeñez y honor. Basaban sus riquezas y la duración de su apellido en la usurpación y su "derecho a robar". En el siglo XIV las medidas coercitivas de los señores sucumbieron. En Azkoitia, por ejemplo, para casar a sus hijos los ciudadanos humildes necesitaban el visto bueno de sus parientes mayores (6). Cuando la Peste Negra de 1348 redujo su mano de obra, falleciendo un tercio de la población europea, y los campesinos pobres quisieron revolucionar su relación de poder, en muchos países se volvió a institucionalizar la esclavitud en los reglamentos, obligando a trabajar sin sueldo a los que mendigaban "pereza" o mendigaban si no querían ver su cuello en el cepo.
Hereje komuneroak sutara
Una de las respuestas a la asfixiante situación de finales de la Edad Media fueron los movimientos heréticos. Hacia 1440 el franciscano Alonso de Mella llegó a la Tabira de Durango para predicar que "todo sería común". Las herejías – Y otras colectividades disidentes, como el agot- no sólo ponían en suspenso las religiones dogmáticas, sino también las estructuras sociales y económicas, no en vano quemaron en Durango 70 ciudadanos en llamas durante esos años.
En la lucha entre estamentos sociales, nos dicen que los señores salieron finalmente "perdedores" a finales del siglo XV. En muchos pueblos podemos ver sus casas torres arrastradas por la mitad por órdenes de los reyes y de los correjidores. Pero ¿cuál salió ganador? Se produjo una estafa que veremos con frecuencia en la historia: la lucha del pueblo llano por su sangre quedó en manos de artesanos y mercaderes ricos, posteriormente nobles. "Sin una posición clara ante las conmociones populares, reorganizarán el equipo de mando en función del peso de la fortuna", dice Emiliano Fernández de Pinedo, catedrático de historia económica de la UPV/EHU en su libro más conocido (7).
Potencia mundial ¿Con qué dinero?
Las teorías actuales dicen que en esos siglos los vascos nos convertimos en una potencia mundial en el mar. Usamos la ingeniería de lagares de caserío y madera de bosque para fabricar llaves de barcos o incendiar ferrerías para piezas metálicas, como el ballenero San Juan que está replicando Albaola en Pasaia. Pero en ese universo marciano hay una pieza que aún no entra bien: ¿de dónde salió el dinero para hacer esos barcos? En la acumulación de capital de las élites de entonces hay algo investigado. La industria proto-vasca o verlagssystema, la racionalización de la producción marina, no puede entenderse sin los componentes de la captura.
Pasai Donibane era uno de los principales centros de la construcción naval. El linaje Villaviciosa de Lezo, ganador del estandarte en las cruzadas antimusulmanas, hizo construir en los astilleros de Bordalaborda algunos de los barcos más grandes de la época, como la Armada española o la expedición de Fernando Magallanes de 1519.
En 1522 se produjo "una clara ruptura entre la historia mundial y la global", según el historiador Michael Zeuske. Profesor en la Universidad de Colonia (Alemania), ha publicado el libro Sklaverei, recientemente publicado por Katakrak en castellano, y sus investigaciones han supuesto una pequeña revolución en la manera de entender la historia de la esclavitud, ya que dice que ha habido tipos de esclavitud muy diferentes que se han ido superponiendo en el tiempo como capas de cebolla, más allá de la definición jurídica del derecho romano. En septiembre de 1522 uno de los barcos de la expedición de Magallanes llegó a Sevilla capitaneado por el getariarra Juan Sebastián Elcano. Ese giro mundial "puso en estrecha relación histórica el colonialismo europeo, la esclavitud de masas, los imperios y el capitalismo".
Genocidas de entonces, héroes de hoy
De hecho, cuando en 1571 los españoles fundaron Manila -también tuvo mucho que decir un vasco, Andrés de Urdaneta-, todos los continentes de la Tierra quedaron atados de veleros, abriendo las puertas a la producción a gran escala. "Comenzó la fase global de la historia del mundo, que dura hasta nuestros días", dice Zeuske. Elcano y compañía no sólo acudieron a explorar nuevas vías de comercio, como han subrayado casi todas las instituciones vascas en el quinto centenario de su hazaña. Denuncian las piezas de artillería, ballestas y escopetas que se llevaron en el barco: "Traigan animales, plantas y seres humanos que encontréis en el camino", les prometió el rey Carlos V.
Una de las primeras consecuencias de la conquista de América fue el genocidio de los pueblos originarios. El 95% de la población indígena fue destruida, en su mayoría por enfermedades llevadas por los europeos, pero también por otras violencias.
Pocos años después de la llegada de Cristóbal Colón a la isla llamada Hispaniola, fueron destruidos por las gentes del pueblo de Taino, y posteriormente en 1510 los conquistadores se lanzaron contra otras islas vecinas. Ese mismo año Francisco Garai, militar de Sopuerta en el segundo viaje de Colón, organizó el primer ejército para capturar a los caribeños y obligarlos a trabajar en las minas de ganado y oro, alegando que eran antropofagos: "… visto questa rasón e justiçia En 2011 el Museo de las Encartaciones presentó el libro acompañado por la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, que lo calificó como "el primer gran explorador vasco".
Pero tanto fue la masacre de los conquistadores que el emperador español les permitió repoblar la isla con esclavos africanos. Otro linaje de las Encartaciones se encargó inmediatamente de ello, sus tíos Sancho Ortiz Urrutia y Juan Urrutia, que en 1530 llevaron 60 negros de Cabo Verde a Hispaniola, la "punta del sudor" de un gran negocio (9). Con una pierna en Sevilla y otra en América, a través de este macabro comercio hicieron una fortuna enorme en pocos años, y prueba de ello es la brillante capilla de madera situada en la iglesia de San Severino de Balmaseda.
Esclavistas poliédricos vascos de Sevilla
¿Participaron los vascos en la trata de personas? Por sorprendente que parezca, esta pregunta ha perdurado hasta nuestros días en el ámbito de la academia. Durante siglos, la historiografía vasca apenas ha estudiado nuestra participación en las transacciones de esclavos, como un tema oscuro y marginal. Probablemente el mito de la tierra aislada vasca, que decía que en ella se había conservado la pureza de sangre, tiene algo que ver con ver la esclavitud como algo extraño. Pero es difícil creer en ese imaginario, los vascos que eran campeones en el comercio atlántico, y ese comercio tenía la piel negra.
El investigador Javier Ortiz Arza ha aportado datos clarificadores sobre la comunidad vasca en Sevilla en el siglo XVI. La ciudad andaluza se convirtió en la puerta del Atlántico y en pocas décadas se mudaron 170.000 personas, entre ellas no pocos comerciantes vascos. La dependencia entre la construcción naval vasca y este tráfico era total – El 80% de los barcos utilizados en la "carrera" de las Indias se fabricaban aquí –. Así, la exportación de piezas de hierro y la demanda de esclavos crearon un triángulo perfecto para aclimatar a los vascos en el mercado de Castilla.
Como transportistas, como cargadores, comerciantes o navegantes, sus nombres aparecen constantemente en los expedientes de contratación. Según los cálculos de Ortiz, entre 1518 y 1600, los vascos transportaron al menos 10.000 esclavos desde Sevilla a América. Lo más significativo es que no fue una oportunidad de negocio que encontraron al azar en el camino, sino que surgió de sus iniciativas. Podemos encontrarlos en el inicio de la cadena de la esclavitud, proveyendo permisos o "licencias amplias", como el almirante Juan Echagoya, que ganó 60.000 ducados de esta manera, una fortuna tremenda, y realizando tareas fundamentales como transportista. En otras ocasiones ofrecían paquetes de servicios (licencia, embarque de esclavos …), "Un auténtico todo incluído", dice Ortiz. El más avanzado en ello fue el bilbaíno Pedro Murueta, el esclavo que transportó a bordo de Nuestra Señora de Begoña a los mayores traficantes de Sevilla.
Los comerciantes y navegantes vascos de Sevilla, según Ortiz, eran "esclavistas totales" y "poliédricos", e invirtieron sus ganancias en mayoristas, rentas e inmuebles. También se dedicaron a la financiación de la esclavitud, en la que ejerció como señor Pedro Morga, el hidalgo de Gernika. Los vascos que llegaban a Sevilla acudían al banquero en busca de liquidez, a su palacio en el barrio de Santa Cruz -donde Morga también tenía su propia compañía esclavista, con socios de Bermeo y Azpeitia.
Formando parte de la Inquisición, el gernicano adquirió el poder económico como receptor de los bienes que había devuelto a los herejes. No fue el único en utilizar las armas del Santo Oficio para hacer quitarse la gorra a los que le rodeaban. Tanto en Sevilla como en los tribunales de Lima, Cartagena y México trabajó como interventor, secretario o recaudador de impuestos.
Stock de cuerpos humanos
Precisamente, como antes habían sido perseguidos los herejes, la caza de brujas alcanzó su apogeo a finales del siglo XVI y principios del XVII, y gracias a la base metafísica alimentada por la Iglesia Católica, el patriarcado puso el cuerpo y el trabajo reproductivo de las mujeres al servicio de la acumulación de capital. En las colonias americanas también influyó esa política de doblegar a los disidentes y someter a los indígenas a sus maridos, porque desde el punto de vista de la Inquisición eran "sin inteligencia": "Se trataba de destruir la vida comunal impulsada por la estrategia de crear condiciones para una economía capitalista", dice Federici.
El Atlántico se convirtió en un gran espacio de acumulación de recursos para Europa Occidental, para el desarrollo del capitalismo, y África era una fuente inagotable de aseguramiento del stock de cuerpos humanos: "Esta conceptualización histórica y transcultural de los cuerpos como capital es fundamental para entender la esclavitud como fenómeno global – Resume Zeuske- en su libro. Sin la polivalencia de ese capital humano no habría expansión imperial, ni colonialismo, ni cosmopolitismo, ni capitalismo ".
Cuatro siglos después, en las protestas contra el racismo institucional tras la muerte del afroamericano George Floyd por parte de la Policía de Minneapolis, los manifestantes han puesto en primera línea esa historia de opresión: "Estados Unidos es la cuna de la democracia … ¡eso es una tontería! EEUU se construyó sobre el genocidio y la esclavitud de los nativos. Esa es la fábrica de los Estados Unidos de América ", dice el director de cine Spike Lee en un vídeo que se ha difundido mucho.
Tratantes vascos de Cataluña
El 4 de marzo de 2018 el Ayuntamiento de Barcelona retiró de la plaza del mismo nombre la escultura en honor al Marqués de Comillas, Antonio López. La plataforma Tamquem es Cie pidió que se denominara a la plaza "Idrissa Diallo" -un migrante guineano fallecido tras pasar por el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona-, recordando que el marqués participó plenamente en el tráfico de esclavos del siglo XIX. Con esta cuestión ha quedado más patente cómo hicieron el dinero muchas familias catalanas durante esos años: una práctica esclavista que ha pasado desapercibida.
De hecho, la de López no es la única escultura construida en honor a un esclavo tratante en aquella ciudad. El libro colectivo publicado en 2017 por los historiadores de la Universidad Pompeu Fabra Martín Rodrigo Alharilla y Lizbeth J. Chaviano sobre estos negreros puso las bases para la discusión. Rodrigo sostiene que para muchos empresarios de Barcelona el tráfico de esclavos fue una "vía de acumulación de capital"; es más, es seguro que parte de las élites europeas actuales provienen de familias esclavistas. Al citar al expresidente catalán Artur Mas en su pasado navegante y emprendedor, se le olvida decir que el tatarabuelo transportaba esclavos.
Los apellidos Vidal-Cuadras o Güell también son conocidos en Catalunya, pero no tanto porque practicaron y defendieron la esclavitud. Uno de sus miembros, Eusebi Güell, financió las obras más conocidas de Gaudí. La mayoría de los edificios significativos del Eixample de Barcelona se pudieron hacer torturando y explotando a negros, con el dinero que se llevó de Cuba. Es difícil cuantificar la contribución de la esclavitud a la economía catalana, pero para muchos historiadores fue una de las claves de la industrialización.
En ese universo económico de esclavistas catalanes los vascos tenían un lugar importante, ya que muchos lograron emparentarse en el estricto sistema endogámico. Podemos citar el caso de Dorotea Chopitea. Su padre emigró de Mendexa y realizó grandes negocios en Santiago y Río de la Plata, entre ellos el contrabando de esclavos (10). La hija Dorotea se casó con un conocido banquero catalán y pasó su vida a la filantropía en Barcelona: escuelas, hospitales, iglesias … El actual pasaje de la ciudad no sería el mismo sin esa "obra social". El Papa estudia si beatificará. Otro vizcaíno, el lekeitiarra Agustín Goytisolo, antepasado del escritor Juan Goytisolo, eligió Barcelona para invertir los dineros del azúcar que le producían sus esclavos en Cienfuegos de Cuba; tenía una casa enorme junto a la Plaza de Cataluña que acabó en manos del Banco de Vizcaya en el siglo XX.
Mercancías de la Asociación de Amigos
¿No hay en Euskal Herria ningún monumento que rinda homenaje a los esclavistas? ¿No hay edificios teñidos con sangre de negros? Claro que sí. Así sucede, en parte, con la basílica de Nuestra Señora del Coro, arraigada en el casco antiguo de San Sebastián, recibida con dinero e iniciativa de los accionistas de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas.
Estamos hablando de tiempos en los que se igualaron los dientes al mercantilismo y la compañía de Caracas fue sinónimo de prosperidad en el siglo XVIII durante largos años. Contribuyó a la difusión de "la cultura y la ciencia", según se puede leer en las enciclopedias generales. Hay quien ha destacado que llevaba libros ilustrados prohibidos en los sótanos del barco. Pero está documentado que esa compañía también llevó esclavos en esos sótanos, además de libros y cacao. El prestigioso historiador Hugh Thomas dice que desplazó a unas 12.000 personas desde 1753 hasta al menos 1775.
La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, fundada a su amparo, tenía como objetivo combatir "la ignorancia, y la pereza". Pues bien, no pocos de sus miembros explotaron los campos de América con esclavos y también participaron en el tráfico de africanos, a veces en empresas creadas al efecto, como la Compañía de Negros de Cádiz. En este teatro trágico, en asociaciones, compañías y negocios aparecen numerosos apellidos vascos de entonces (Agirre, Uriarte, Aristegi, Goikoa, Azkarate, Mekoleta, Olazabal, Lasa …), con la trata y explotación humana como telón de fondo.
En el Museo de la Ciudad de La Habana hay un bello cuadro que representa al conde de Montalvo, con una máquina de vapor detrás, en señal de sus ideas "progresistas". Está protagonizada por Ignacio Pedro Montalvo Ambulodi Arriola, empresario con antepasados oiartzuarras, propietario de ocho azucareras y 500 escobas, miembro de la Real Sociedad Bascongada de Ambulodi.
Segunda esclavitud: maximización de beneficios
El tráfico de seres humanos se convirtió en ilegal cuando en 1807 los ingleses firmaron el Act for the Abolition of the Slave Trade (ley de abolición del tráfico de esclavos). Pero lo de la abolición fue una hermosa persecución que aumentó enormemente la plusvalía de los esclavos y reportó muchos más beneficios a los contrabandistas. La segunda "esclavitud" se refiere a la época posterior en la que millones de negros fueron secuestrados en África para exportarlos a Cuba, Brasil y Nueva Orleans en condiciones insoportables. En el siglo XIX Jesús María bergantina llevó a La Habana a 252 esclavos, de los cuales 97 eran niñas de trece y catorce años. Todos fueron violados.
En esta nueva fase de la esclavitud, muchos vascos aprovecharon para profundizar en las nuevas oportunidades de mercado y en la extracción del trabajo. Junto al algodón estadounidense, Cuba fue el otro epicentro de la esclavitud del siglo XIX, acuciada por la demanda del azúcar -la dieta desproporcionada con glucosa de hoy occidental- que también tiene su explicación capitalista. Las mayores fortunas de entonces tienen su origen en aquella isla de las Antillas; difícilmente podemos entender la historia de la economía del País Vasco sin mencionar Cuba y las cañas.
El laudiotarra José Matia Calvo, fundador de la actual Fundación Matia, el portugués Manuel Calvo Agirre, socio del Marqués de Comillas, Julio Apeztegia, propietario de la mayor ola de azúcar del mundo, Pascual Goikoetxea, terrateniente que en 1883 rechazó la declaración de abolición de la esclavitud … Pero por encima de todo estaba Julián Zulueta. Nunca se escribirá lo suficiente sobre el gran esclavista alavés que tuvo tanto poder económico y político, pero que hoy está oculto en la sombra.
¿En qué magnolio están los sueldos de Zulueta?
Zulueta llevó la esclavitud al extremo con el objetivo de conseguir una maximización de los beneficios. Lo más significativo es que los esclavos ya no eran esclavos, sino "colonos". Con ese eufemismo, el alavés transportó a miles de chinos para que trabajaran por la fuerza, desde que la nave Oquendo realizó su primer viaje a La Habana desde Xiamendi en 1847. ¿Quién dijo que en una relación contractual deben estar de acuerdo las dos partes?
Por tanto, la esclavitud no sólo fue una condición previa a la acumulación primitiva y a la industrialización -como decía Eric Williams en Capitalismo y esclavitud hace medio siglo (11) -, sino que se convirtió en una de las vigas de la era industrial, incluso cuando las colonias rompieron las cadenas de la metrópoli. ¿De dónde están los dineros de todos esos indianos que se hicieron ricos chupando la sangre de los negros? ¿Dónde han quedado los millones de reales y pesos dorados que dejó Julián Zulueta, que acumuló una de las mayores fortunas del mundo? (12) a finales del siglo XIX se produjo un gran cambio de capital desde Cuba a Europa, y los sueldos de muchos esclavistas acabaron en las bolsas de Londres y París, en las minas, en las compañías ferroviarias y navales, en los bancos …
Serramientos y saqueo de tierras
El saqueo masivo de la naturaleza y del hombre de América tenía su equivalente en Europa. En el siglo XVIII se iniciaron las privatizaciones y cerramientos de tierras comunales, conocidas en Inglaterra como enclosure, que entre 1750 y 1820 "cerró" el 30% de las tierras de aquel país. En el País Vasco también se dio "serrar partes de pastos" (13), pero estas desamortizaciones tuvieron una gran complejidad y los conflictos se alargaron mucho.
Por ejemplo, los refugios forestales utilizados durante siglos por los habitantes de Goizueta para explotar los helechos aún eran objeto de confrontación en la década de 1970, ya que en el siglo pasado las familias adineradas alfabetizadas habían registrado muchas de ellas para ellos. Lo mismo ocurrió con las corralitas en la Ribera de Navarra: el endeudamiento provocado por las guerras del siglo XIX hizo que los baños de tierra quedaran en manos de los caciques y la restitución de tierras durante la Segunda República fue la principal reivindicación comunera. Joaquín Baleztena sustrajo la mayor parte de las corralejas en los años 1840; con los millones de reales ganados con esclavos en los cafés de la Candelaria cubana, entró en el negocio de arrendatarios navarros, antepasado de la conocida familia carlista de Leitza.
En general, el 25% de los terrenos comunales privatizados se concentró en manos del 3%. En Azpeitia, nueve terratenientes acumulaban la mitad de la renta del pueblo, según contó Ildefonso Gurrutxaga; y en Domezain, tres señores tenían la misma renta que los demás, según Manex Goyeneche.
Marx decía que este proceso no se debió a una evolución económica, ya que el rendimiento de los terrenos solía ser más escaso cuando quedaban en manos de unos pocos, sino "a través de la expropiación violenta del pueblo". Robo de patrimonio público. Los burgueses, con la operación, convirtieron la tierra en un mero artículo comercial y empezaron a especular con el género arrebatado a los inquilinos: la fluctuación del trigo era una presa demasiado dulce para los traficantes, para que no se trinchara con ella. Este conflicto social está presente en las entrañas de la revuelta de Azpeitia y Azkoitia de 1766; pero la burguesía aristocrática, presidida por el conde de Peñaflorida, aplastó implacablemente a aquellos socialistas nacidos con un siglo de antelación.
El reino de los banqueros
¿Y qué pasó con los que se quedaron sin cultivar la tierra? Camareros, jornaleros, mensajeros, mineros, mendigos, vagabundos, marginados … se les ha llamado "brazos desnudos". Muchos fueron utilizados para la guerra, otros se convirtieron en bandoleros sociales, como Patakon o Tretatxu de Bizkaia, y la mayoría emigraron o formaron la casta de proletarios de la ciudad. En este contexto, la chispa de la revolución provocó un incendio en Europa en el siglo XIX, bajo el grito de la libertad. Pero, como ocurría con frecuencia, los que ni siquiera vestían las viejas abarcas se quedaron de nuevo en el vacío.
La revolución de 1830 terminó con la coronación francesa en cabeza del duque liberal de Orleans Luis Felipe. "El pueblo hizo la revolución y los políticos le robaron", explica el historiador catalán Josep Fontana. Lo que el relato académico nos ha presentado como una victoria de la revolución no fue más que "el comienzo del reino de los banqueros". Así empezó el engaño determinista entre capitalismo y democracia - "No hay alternativa", diría Margaret Tatcher más tarde.
Fontana, sin embargo, apunta que existía una alternativa igualitaria para el desarrollo industrial, relacionada con las familias artesanas, la pequeña producción doméstica y los "talleres sociales", y no tanto con las máquinas de vapor como con inventos fantásticos similares. Pero desde la creación de la fábrica en Inglaterra -para trabajar el algodón producido por los esclavos-, el amo optó por el control de la fuerza de trabajo en lugar de la eficiencia tecnológica para obtener más excedentes.
La fuerza de 20.000 personas
Engels subrayó que el sistema de la fábrica era como "la esclavitud moderna". Y en verdad lo era. En la era más salvaje de la industrialización inglesa, miles de niños fueron reclutados mediante palizas y torturas para usar sus manos en máquinas textiles. En Bizkaia también sufrieron condiciones similares los mineros que operaban en la zona de Triano en la década de 1870. Según consta en Crónicas desde la arboleda (14), era habitual que actuaran niños de 9 y 12 años -la esperanza de vida en Gallarta era de 18 años si los registros civiles no mienten.
El chabolismo y la superpoblación dominaron la zona minera en esos años; el censo de población de 1877 de Abanto y Ciérvana, por ejemplo, aumentó cuatro veces. Amontonados en barracones de madera, los trabajadores tenían que comprar comida de muy baja calidad en las cantinas instaladas por las compañías mineras. El tifus y el cólera llevaron una máquina al pueblo del topo. La fuerza para extraer millones de toneladas de mineral de hierro la pusieron alrededor de 20.000 personas, trabajando más de 12 horas al día. Con esta explotación, la burguesía minera vizcaína (Ybarra, Chavarri, Lezama Leguizamon, Ulacia, Durañona …), unida a las compañías inglesas, consiguieron el suficiente activo para poner en marcha los altos hornos que serían el principal pilar de la industrialización. Otros inversores de estas fábricas siderúrgicas eran de Madrid, Londres y Barcelona. Es conocida, por ejemplo, la vinculación de la familia Vilallonga de Figueres con los ybarratas, quienes también se dedicaron a la compraventa de esclavos a mediados del siglo XIX con el buque Cazador Santurzano.
Después de haberse enriquecido del comercio de seres humanos o "bultos" y a costa de los mineros, el clan Ybarra y muchos otros oligarcas de Neguri no tuvieron reparos en sacar provecho de ninguno de los mayores esclavos del siglo XX: los cautivos de guerra.
Exclava se escribe con la H
Durante el Tercer Reich alemán, el régimen nazi explotó a cerca de 50 millones de personas a través del trabajo obligatorio, no sólo en campos de concentración, sino también en guetos u otras zonas cerradas. Al menos 24 multinacionales aprovecharon la ocasión para conseguir mano de obra barata, entre ellas Siemens, Volkswagen, BMW, Knorr … (15) Entre todos podemos destacar a ig Farbenindustrie, que triplicó sus beneficios en pocos años, haciendo cometer horrores a los presos de Auschwitz.
Formaba parte de la estructura económica nazi de ig Farb -sus responsables fueron condenados en Núremberg por esclavidad- y no es de extrañar que las empresas que tuvieron trato con él quisieran tapar ese pasado. Pero los papeles desclasificados de la compañía dan para mucho, y por ejemplo, el periodista Antonio Maestre nos recuerda en su libro Franquismo SA (Akal, 2019) que Altos Hornos de Vizcaya tuvo "una relación directa". Otro símbolo de la oligarquía vasca, el Banco de Vizcaya, tuvo como consejero a uno de los agentes de la Alemania nazi, Friederic Lipperheide. Careaga, Bordegaray, Aguirre, Delclaux, Lezama Leguizamon … fueron importantes sustentadores del régimen de Franco. "BBVA sigue operando como si sus beneficios fueran fruto del liberalismo económico, del buen actuar empresarial y de la mano invisible del mercado", dice Maestre.
Muchas de las carreteras del País Vasco están construidas por batallones obreros, el más conocido podría ser el de Bidangotze y Ronkari, gracias al estudio realizado por Edurne Beaumont y Fernando Mendiola. Pero hay más ejemplos: la avenida Tolosa de San Sebastián, la carretera de los trabajadores de Jaizkibel … El trust de construcción actual del Estado español (Acciona, Dragados, ACS …) tiene algo que ocultar. Sin embargo, si a los esclavos del franquismo se les hubiera escrito una letra en la portada, probablemente sería la letra "h" de Huarte. La empresa del navarro Félix Huarte, que está en la esencia de la compañía OHL, tiene el mérito de haber recibido el Valle de los Caídos de Madrid con su trabajo forzoso. El grupo constructor declaró el 31 de marzo de 2020 una cartera de negocio de 5.260 millones de euros.
Decapitación
Cuando declararon la abolición de la esclavitud, los ingleses renunciaron a esa época oscura -después de recibir como recompensa 17.000 millones de libras por parte de los propietarios de esclavos, la cifra más alta aportada por un estado hasta el rescate bancario de 2009-; la esclavitud se convirtió en algo a olvidar del colectivo memorial. En las convenciones internacionales comenzaron a describirse con mayor frecuencia bajo el nombre de "trabajo obligatorio".
Pero, lamentablemente, estamos ante un fenómeno "sin fin", como concluye Michael Zeuske. Los primeros tipos de esclavitud continúan entre nosotros: la de los que están ahogados, la de los que están obligados a prostituirse, la de los niños … Los historiadores feministas consideran que la esclavitud de los trabajadores domésticos es superior en número a la de los negros que fueron transportados a América. La Organización Internacional del Trabajo contabilizó en 2016 40 millones de esclavos. El GRAIN, por su parte, ha advertido de que millones de hectáreas de tierra están en vías de usurpación en América -entre las que se encuentran Iberdrola y empresas afines -, provocando migraciones que servirán para abastecer a más esclavos "modernos".
Migrantes campesinos sin papeles, falsos autónomos, trabajadores precarizados subcontratados, limpiadores que cobran en negro … son realidades que tenemos muy presentes en Euskal Herria. Deberíamos empezar a pensar que la esclavitud no la eliminaremos de raíz mientras no nos decapite al capitalismo.
Euskera
Hankaz gora jarri zaigu mundu borobil hau eta erantzun bila gabiltza edonon, larrialdi sanitarioari, egoera ekologiko jasanezinari eta ekonomia globalaren kolapsoari ezin neurria hartu. Nola iritsi gara honaino? Atzera begira, jabetu gara egungo sistemaren errak engainu historiografiko sakona duela jatorri: kapitalismoa bateraezina da demokraziarekin. Desberdintasunean eta indarkerian oinarritzen da, esklabotzan, azken batean.
Suge baten tankeran denboran zehar azala mudatu duen fenomeno aldakorra da esklabotza, forma eta kolore asko hartu dituena, eta ez beti izen horrekin. Ahaztu irudi klasikoak; lehen hor zegoen eta orain ere hemen dago. Multinazionala da. Euskal Herriko historia liburuetan apenas aipatzen da, baina azkenaldiko ikerketek erakutsi dute gorputzen desjabetzearekin egin dugula aurrera itsasoetan barrena, haiei esker jaso ditugula lehengo armarriak eta oraingo industriak. Prest zaude euskal historia kapitalista deseroso hau ezagutzeko?
Europako obreroen “esklabotza ezkutua”, Ameriketako plantazioetako esklabotza irekiaren osagarri zela uste zuen Karl Marxek; bi horiek ezinbesteko izan zirela kotoizko ehun industria iraultzaren motor bihurtzeko XX. mendera arte. Historiako gezur handienetako bat da kapitalismoak esklabotzaren abolizioa ekarri zuela; beste itxura bat hartu zuen, baina jarraitu zuen industriaren garapenerako ezinbesteko lan indarra izaten.
Mozorroa etengabe aldatzen duen piztia baten antzera, denboretan zehar iraun duen gaitza da esklabotzarena, Erdi Aroko joputzatik hasi, Afrikako gorputz kapitalizazio masiboarekin segi, eta gaur arte. Adibidez, zorpetzea izan da bere hobi ekonomiko garrantzitsuenetako bat. Koskak ezin berdindu geratu diren nekazari edo migratzaileak menperatzea oso ohikoa izan da historian zehar; “esklabo ez diren esklaboak, baina egiaz badirenak”, deitu zien Alain Testart antropologo frantziarrak jende horiei (1). Covid-19aren ondorioz, Indian, familia askok interes tasa ordain ezinezko zorretan ito du bere burua eta bitartekarien esku utzi du daukan gauza bakarra: lan indarra. Ez da hain urrun joan behar ordea, Europako –eta Euskal Herriko– migratzaileen kanpaleku askotan antzeko egoerak gertatzen ari dira. Pandemia honek zain asko ireki ditu esklabotzak kosk egin dezan, eta kapitalismoak badu odola nondik zurrupatu.
Baina saihetsezina al da? Desberdintasun sozialak prozesu ekonomiko logiko eta naturalen ondorio direla diotenen kontrara, historia ez ofizialean gero eta sarriago aipatzen dira beste jendarte bat –komunala eta igualitarioa– defendatu izan duten mugimenduak, kapitalismoak eta botere politikoak behin eta berriz zapalduak izan direnak. Artisau eta baserritar txikiak, matxinatuak, heretikoak, sorginak, zimarroiak, komuneroak… Euskal Herriaren iraganean ere etengabe ageri zaigu tiranoen eta “esklabo ez diren esklaboen” arteko dikotomia hori, horren lekuko da Matalazen burua iltzatu zuten Mauleko gazteluko kanoia.
Esklabo S-rekin idazten da
Esklabo hitzaren esanahia metonimia baten ondorioa da eta herri eslaviarrekin dauka zerikusia. Erromatarrek eslaviarrei “esklabo” deitzen zieten, baina herri gisa identifikatzeko, ez besterik. IX. mende inguruan, ordea, Bizantzioren garaian gero eta razzia eta harrapaketa gehiago egin zen Balkanetan, eslaviarrak benetako esklabo bihurtuta. Hala, herrialde arabiarretan eta bizantziar eremuetan sakäliba edo sklábos hitzak orokortu ziren giza merkatuan salmentan zegoen jendeei deitzeko. Esklaboa esanahi horrek azpiratu zuen geroztik.
Inork galdetu al dio bere buruari munduko inperioaren diruak, dolarrak, S-aren gainean azaltzen duen marratxoa zer den? Zenbaiten iritziz, XV. mendean esklaboari gorputzean irartzen zioten hizki edo carimba-k iltze bat dauka goitik behera sartua.
Baina jendearen gorpuak indarrez erabiltzeko ohitura txarra, hitza sortu baino askoz lehenagokoa da. Agian Sapiens-aren sorrerara jo beharko genuke? Aldizkari zientifikoetan azaldu digute Neanderthal gizakiak eta egungo gizaki modernoak uste baino lotura luzeago eta estuagoa izan zutela Europan (2), askotan elkarren artean nahasteraino. Bataren etorrerak ez zuen bestea berehalakoan desagerrarazi… bada orduan, zein izan zen euren arteko harremana? Galdera kezkagarria suerta liteke. Akaso gure haitzuloetako labarretan azken urteetan egiten ari diren arte abstraktuaren aurkikuntzek egunen batean emango digute erantzun sinbolikoren bat horren inguruan.
Bitartean konformatuko gara arkeologiak esaten digunarekin. Ehiztari-biltzaileen garaian ez bezala, neolitikoko estratuetan gerra eta indar erabileraren arrasto ugari topatu da, seguruenik lotura zuzena izan dezakeena nekazal soberakinen sorrerak ekarritako aldaketa sozialekin. Euskal Herrian Guardiako La Hoya aztarnategian dozenaka buru-hezur aurkitu zituzten 70eko hamarkadan, zeltek etsaiak dekapitatu eta haien buruak gordetzeko zuten erritoari jarraiki. K.a V. mende inguruan burdina moldatzeko teknikek jauzia eman zuten eta nekazaritzarako edo eraikuntzarako tresnez gain, metal horrekin beste gauza bat egiten ikasi zuen gizakiak: armak. Euskal Herriko nekropolietan ezpatak, lantzak, jabalinak, kaskoak eta ezkutuak azaldu dira. Adituen ustez, baliteke “aginte mota baten” menpeko jendartea sortu izana orduan (3), baina zaila da klase sozial horien berri jakitea.
“Zenbat balio duzue?”
Gure imajinarioan geratu zaigun esklaboen irudi ezagunenetakoa Aro Klasikoko gladiadoreena da. Eta ez da brometan hartzekoa, hainbat kalkuluren arabera erromatar zirkuetan hiru milioi bizidun hil ziren elkarri borrokan edo piztien hatzaparretan. Erromatar zuzenbidean esklabotza instituzionalizaturiko egitura zen eta esklaboa jabearen ondasunen parte baino ez. Ez dira gutxi erromatarrek Europa mendebaldean hedaturiko aurrerapenak, baina ezin ahaztu haien inperioaren marmolezko zutoinak ere gerra eta harrapakinean oinarritzen zirela.
Julio Cesarrek Galiako kanpaina famatuan milioi bat lagun atzeman eta saldu zuen esklabo gisa, Plutarko historialari greziarraren arabera. Asterix eta Obelix sagan, Tifusen esklabo egiten dira gure bi lagun galiarrak, nahita, eta haren jauregian “objektu delikatu” gisa tratatzen dituzte; esklaboen merkatua eta gizakiaren ankerkeria zein finak izan daitezkeen erakutsi zigun ironikoki Renné Goscinnyk: “Zenbat balio duzue?”, galdetzen diete komikiko enkante surrealista batean. “Jarri prezioa, zureak izango gara”, erantzuten du bibotedun txikiak.
Euskal Herrian esklaboen presentzia dokumentatua dago erromatarren Behe Inperioa desagertzen ari zelarik ere. K.o 442 inguruan, Hispaniako Tarraconensis probintzian –Ebro ibar osoan– “bagauden” lehen erasoak jazo ziren; XIX. mendeko idazleek lehen iraultzailetzat zituzten insoletam bacaudarum delakoak, krisi garai hartan zegoen deskontentu sozialaren erakusle, baina egiaz ezer gutxi dakigu euren motibazioez, oso jende anitzek osatzen baitzituzten matxino taldeak: lurra galdu zuten nekazariek, lapurrek eta baita ihes egindako esklaboek ere. Iturri klasikoek baskoien lurraldean kokatu zituzten hasiera batean, baina Tarazona eraso eta hango gotzaina hil herioan utzi ostean, Lleidaraino ailegatu ziren. Erromak bisigodo aliatuen laguntzaz borratu zituen mapatik azkenean.
Aro ilun baten hasiera zen hura, bisigodoek “domuit vasconum” esaten zuten indarkeriazko mendeak; Aldaietako (Araba) nekropoliko gerlarien arrastoak dira horren lekuko, non eragin germaniarra nabaria baiten.
Jauntxoen asaltoa
Goi Erdi Aroan (V-X mendeak) esklabotza dekadentzian zegoen erromatar tradizioan ezagutu bezala, baina ez zen guztiz desagertu. Historialarien artean eztabaida sakona dago horren inguruan. Pierre Bonnassie maisu frantziarraren arabera, esklabotza hainbat kolpetan ezabatu zen –bagauden matxinadatik hasita– eta 1000. urte inguruan nekazari “libreak” baino ez zeuden Europako toki gehienetan (4). Alabaina, nobleziako militarren asalto baten ondorioz, suge zaharrak beste forma bat hartu zuen: joputza.
“Antzinako esklaboen eta nekazal langileen baldintzak homogeneizatu zituen klase harreman bat sortu zen”, dio Silvia Federeci ekintzaile feministak. Askoren ustez, esklabotza kolektiboaren bariantea zen joputza: lurrarekin batera, pertsonek jarraitzen zuten jauntxoaren ondasun izaten eta bere legepean egoten, bilurrik gabe bazen ere. “Feudoan lan esplotazioa beti zegoen indarraren erabilerari baldintzatuta”, dio Federicik (5).
Euskal Herrian hain ezagun eta sinpatiko zaizkigun banderizoen liskarrak ez ziren txikikeria eta ohore kontuek eraginda gertatu. Usurpazioan eta haien “lapurtzeko eskubidean” oinarritzen zituzten aberastasunak eta abizenaren iraupena. XIV. mendean, jauntxoen neurri hertsatzaileek goia jo zuten. Azkoitian, adibidez, seme-alabak ezkontzeko ahaide nagusien oniritzia behar izaten zuten herritar umilek (6). 1348ko Izurri Beltzak lan-eskua murriztu –Europako biztanleriaren herena hil zen– eta nekazari pobreek botere harremana irauli nahi izan zutenean, herrialde askotan esklabotza instituzionalizatu zen berriz araudietan, “alferkerian” edo eskean ibiltzen zirenak soldatarik gabe lan egitera derrigortuz, euren lepoa zepoan ikusi nahi ez bazuten.
Hereje komuneroak sutara
Erdi Aro amaierako egoera itogarriaren erantzunetako bat mugimendu heretikoak izan ziren. 1440 inguruan Alonso de Mella frantziskotarra Durangoko Tabirara iritsi zen, halako batean “dena komuna izango zela” predikatzera. Heresiek –eta beste gizatalde disidenteek, agotak kasu– ez zituzten soilik erlijio dogmatikoak dilindan jartzen, egitura sozial eta ekonomikoak ere bai, ez alferrik erre zituzten Durangon 70 herritar sutan urte horietan.
Estamentu sozialen arteko borrokan, esan digute jauntxoak azkenean “galtzaile” atera zirela XV. mende amaieran. Herri askotan ikus ditzakegu haien dorretxeak erditik lepatuta errege eta korrejidoreen aginduz. Baina zein atera zen irabazle? Historian sarritan ikusiko dugun iruzurra gertatu zen: herritar xeheak bere odolez borrokaturikoa, artisau eta merkatari aberatsen –ondoren nobletutakoak– eskuetan geratu zen. “Kommozio herrikoien aurrean jarrera garbirik eduki gabe, aginte taldea berrantolatuko dute fortunaren pisuaren arabera”, dio Emiliano Fernández de Pinedo EHUko historia ekonomikoko katedradunak bere liburu ezagunenean (7).
Munduko potentzia, zeinen diruarekin?
Mende horietan euskaldunok itsasoan munduko potentzia bilakatu ginela diote gaur egungo teoriek. Baserri-dolareen ingeniaritza eta basoko egurra erabili genuela, nola barkuen gilak egiteko edo metalezko piezentzako burdinolak sutzeko –Albaola Pasaian erreplikatzen ari den San Juan baleontzia dugu adibide–. Baina unibertso itsastar horretan bada pieza bat oraindik ondo sartzen ez dena: nondik atera zen itsasontzi horiek egiteko dirua? Orduko eliteen kapital metatzean badago zer ikertua. Euskal proto-industria edo verlagssystema, itsas produkzioaren arrazionalizazioa, ezin liteke ulertu harrapaketaren osagairik gabe.
Pasai Donibane zen ontzigintzaren gune nagusietako bat. Lezoko Villaviciosa leinuak –musulmanen kontrako gurutzadetan zutoihala irabazitakoak– Bordalabordako ontzioletan eraikiarazi zituen orduko itsasontzi handienetako batzuk, esaterako Espainiako Itsas Armadarentzako edo 1519ko Fernando Magallanesen espediziorako.
1522. urtean “munduko historiaren eta historia globalaren arteko haustura garbia” eman zen Michael Zeuske historialariaren aburuz. Coloniako (Alemania) unibertsitatean irakasle, Sklaverei liburua kaleratu du –berrikitan Katakrakek gaztelaniaz ere argitaratua–, eta bere ikerketek iraultza txikia ekarri dute esklabotzaren historia ulertzeko moduan, tipula kapak bezala denboran zehar gainjartzen joan diren esklabotza mota oso desberdinak egon direla baitio, eskubide erromatarraren definizio juridikotik harago. 1522ko irailean Magallanesen espedizioko itsasontzietako bat Sevillara iritsi zen Juan Sebastian Elkano getariarra kapitain zuela. Mundu bira horrek, “harreman historiko estuan jarri zituen kolonialismo europarra, masa esklabotza, inperioak eta kapitalismoa”.
Orduko genozidak, gaurko heroi
Izan ere, 1571n espainiarrek Manila fundatu zutenean –honetan ere euskaldun batek zeresan handia izan zuen, Andres Urdanetak–, Lurreko kontinente guztiak belaontziz lotuta geratu ziren, eskala handiko produkzioari ateak zabalduz. “Munduko historiaren fase globala hasi zen, gaur egun arte irauten duena”, dio Zeuskek. Elkano eta konpainia ez ziren merkataritza bide berriak esploratzera soilik joan, bere balentriaren bosgarren mendeurrenean euskal erakunde ia gehienek azpimarratu duten moduan. Itsasontzian eraman zituzten artilleria piezak, baleztak eta eskopetak salatzen dituzte: “Bidean aurkitzen dituzuen animalia, landare eta gizakiak ekarri”, agindu omen zien Carlos V.a espainiar erregeak.
Amerikako konkistaren lehen ondorioetako bat jatorrizko herrien genozidioa izan zen. Biztanleria indigenaren %95 suntsitu zen, gehienean europarrek eramandako gaixotasunen ondorioz, baina baita bestelako indarkeriengatik ere.
Kristobal Kolonek Hispaniola deituriko irlara iritsi eta urte gutxira, hango taino herriko jendeak desagerrarazi zituzten, eta ondoren, 1510ean inguruko beste irletakoen kontra hasi ziren konkistatzaileak. Urte hartan Francisco Garaik, Kolonen bigarren bidaian joandako Sopuertako militarrak, lehen armada antolatu zuen karibeak harrapatu eta azienda nahiz urre meategietan lan egitera derrigortzeko, antropofagoak zirela argudiatuz: “…visto questa rasón e justiçia avía para destruir los dichos caribes los mandamos dar por esclavos” (8). 2011n Enkarterrietako museoak liburua aurkeztu zuen Bizkaiko Batzar Nagusietako presidenteak lagunduta, “lehen euskal esploratzaile handia” izan zela esanez.
Baina hainbestekoa izan zen konkistatzaileen sarraskia, ezen espainiar enperadoreak baimena eman baitzien hortik aurrera irla hura afrikar esklaboz birpopulatzeko. Enkarterrietako beste leinu batek berehala hartu zuen horretarako ardura, Sancho Ortiz Urrutia eta Juan Urrutia osaba-ilobek: 1530ean Cabo Verdetik 60 beltz eraman zituzten Hispaniolara; negozio handi baten “izerbegaren punta” baino ez zen (9). Hanka bat Sevillan eta bestea Ameriketan zutela, merkataritza makabro horren bidez sekulako dirutza egin zuten urte gutxian, eta horren lekuko da Balmasedako San Severino elizan dagoen egurrezko kapera distiratsua.
Sevillako euskal esklabista poliedrikoak
Euskaldunek parte hartu al zuten pertsonen salerosketan? Harrigarria badirudi ere, galdera horrek gaur egun arte iraun du akademiaren arloan. Mendeetan, euskal historiografiak apenas ikertu izan du esklabo-transakzioetan izan genuen parte hartzea, gai ilun eta bazterrekoa bailitzan. Seguruenik euskal lurralde isolatuaren mitoak, berton odol garbitasuna mantendu zela zioena, badu zerikusirik esklabotza gauza arrotz gisa ikustearekin. Baina zaila da imajinario horretan sinestea, Atlantikoko komertzioan txapeldun ziren euskaldunak, eta komertzio horrek beltza zuen azala.
Javier Ortiz Arza ikerlariak Sevillan XVI. mendean bizi zen euskal komunitateaz datu argigarriak eman ditu duela gutxi defendatu duen tesian. Hiri andaluziarra Atlantikorako atea bilakatu zen eta hamarkada gutxian 170.000 lagun aldatu ziren hara, tartean ez euskal merkatari gutxi. Euskal ontzigintzaren eta trafiko horren arteko dependentzia erabatekoa zen –Indietako “karreran” erabilitako ontzien %80 hemen egiten zituzten–. Hala, burdinazko piezen esportazioak eta esklaboen eskariak triangelu perfektua sortu zuten euskaldunak Gaztelako merkatuan aklimatatzeko.
Izan garraiolari bezala, nola kargadore, merkatari edo nabigatzaile, haien izenak etengabe ageri dira kontratazio espedienteetan. Ortizen kalkuluen arabera, 1518. eta 1600. urteen artean, euskaldunek gutxienez 10.000 esklabo garraiatu zituzten Sevillatik Amerikara. Esanguratsuena da, ez zela bidean ausaz topatu zuten negozio aukera bat izan, haien iniziatibaz sorturikoa baizik. Esklabotzaren katearen hasieran aurki ditzakegu, baimen edo “lizentzia mardulak” hornitzen –Juan Echagoya almiranteak, adibidez, 60.000 dukadu irabazi zituen horrela, fortuna izugarria–, baita garraiolari bezala funtsezko lanak egiten ere. Beste zenbaitetan zerbitzu-paketeak eskaintzen zituzten (lizentzia, esklaboen ontziratzea…), “benetako todo incluído bat”, dio Ortizek. Pedro Murueta bilbotarra izan zen horretan aurreratuena, Nuestra Señora de Begoña ontzian Sevillako trafikatzaile handienentzat garraiatu zituen esklaboak.
Sevillako euskal merkatari eta nabigatzaileok “esklabista totalak” eta “poliedrikoak” ziren Ortizen esanetan, eta irabazitako dirutzak maiorazkoetan, errentetan eta higiezinetan inbertitu zituzten. Esklabotzaren finantzaketan ere aritu ziren, eta horretan jaun eta jabe izan zen Pedro Morga, Gernikako kaparea. Sevillara iristen ziren euskaldunek bankariarengana jotzen zuten likidezia bila, Santa Cruz auzoan zuen jauregira –Morgak konpainia esklabista propioa ere bazuen, Bermeo eta Azpeitiko bazkideekin–.
Inkisizioko parte izanez lortu zuen gernikarrak botere ekonomikoa, herejeei atzemandako ondasunen errezeptore bezala. Ez zen bakarra izan Ofizio Santuaren armak erabiltzen ingurukoei txapela erantzi arazteko. Berdin Sevillan nola Lima, Cartagena eta Mexikoko tribunaletan euskaldun mordoa ibili zen kontu-hartzaile, idazkari edo zerga biltzaile lanetan.
Giza gorputzen stocka
Hain justu, aurretik herejeak pertsegitu ziren gisan, sorgin-ehizak gailurra jo zuen XVI. mende amaiera eta XVII. hasieran, eta Eliza Katolikoak elikaturiko oinarri metafisikoari esker, emakumeen gorputza eta lan erreproduktiboa kapital metatzearen zerbitzura jarri zuen patriarkatuak. Amerikako kolonietan ere disidenteak makurtzeko politika horrek eragina izan zuen, eta indigenak euren senarren mende azpiratu zituzten, Inkisizioaren ikuspegiz “adimen gabeak” zirelako: “Bizitza komunala suntsitzea zen kontua, ekonomia kapitalista baterako baldintzak sortzeko estrategiak bultzatuta”, dio Federicik.
Atlantikoa baliabideak metatzeko espazio handi bat bilakatu zen Mendebaldeko Europarentzat, kapitalismoa garatu zedin, eta Afrika giza gorputzen stocka segurtatzeko iturri agortezina zen: “Gorputzek kapital gisa duten kontzeptualizazio historiko eta transkultural hori funtsezkoa da esklabotza fenomeno global gisa ulertzeko –laburbildu du Zeuskek bere liburuan–. Kapital humano horren polibalentziarik gabe, ez zen hedapen inperialik, ez kolonialismorik, ez kosmopolitismorik, ez kapitalismorik izango”.
Lau mende geroago, Minneapoliseko Poliziak George Floyd afroamerikarra hil ondoren arrazakeria instituzionala salatzeko hedatutako protestetan, manifestariek lehen lerroan jarri dute zapalkuntza historia hori: “AEBak demokraziaren sehaska direla… hori lelokeria da! AEBak natiboen genozidioaren eta esklabotzaren gainean eraiki ziren. Hori da Amerikako Estatu Batuen fabrika”, dio Spike Lee zine zuzendariak asko zabaldu den bideo batean.
Kataluniako euskal tratulariak
2018ko martxoaren 4an Bartzelonako Udalak Antonio López Comillasko markesaren ohorez egindako eskultura izen bereko plazatik kendu zuen. Tamquem es CIE plataformak plazari “Idrissa Diallo” izena jartzeko eskatu zuen –Bartzelonako Atzerritarren Barneratze Zentrotik igaro ondoren hildako migratzaile ginearra–, gogoraraziz markesak bete-betean hartu zuela parte XIX. mendeko esklabo trafikoan. Katalan familia aberats askok urte horietan dirua nola egin zuten ageriago geratu da auzi horrekin: oharkabean igaro den jardun esklabistaren bidez.
Izan ere, Lópezena ez da esklabo tratulari baten omenez eraikitako eskultura bakarra hiri hartan. Martin Rodrigo Alharilla eta Lizbeth J. Chaviano Pompeu Fabra Unibertsitateko historialariek negrero horiei buruz 2017an argitaraturiko liburu kolektiboak eztabaida plazaratzeko oinarriak jarri zituen. Bartzelonako enpresari askorentzat esklabo trafikoa “kapitala metatzeko bidea” izan zela dio Rodrigok; are gehiago, ziur da Europako gaur egungo eliteen zati bat familia esklabistetatik datorrela. Artur Mas Kataluniako presidente ohiari bere iragan nabigatzaile eta ekintzailea aipatzean, ahazten zaio esatea herenaitonak esklaboak garraiatzen zituela.
Vidal-Cuadras edo Güell abizenak ere ezagunak dira Katalunian, baina ez hainbeste esklabotza praktikatu eta defendatu zutelako. Azkeneko horren kideetako batek, Eusebi Güellek, Gaudiren obra ezagunenak finantzatu zituen. Bartzelonako Eixampleko eraikin esanguratsu gehienak beltzak torturatu eta esplotatuz egin ahal izan ziren, Kubatik eramandako diruarekin. Zaila da kuantifikatzea esklabotzak Kataluniako ekonomiari egindako ekarpena, baina historialari askorentzat industrializazioaren gakoetako bat izan zen.
Esklabista katalanen unibertso ekonomiko horretan euskaldunek bazuten toki garrantzitsu bat, askok sistema endogamiko hertsian ahaidetzea lortu baitzuten. Dorotea Chopitearen kasua aipa dezakegu. Haren aitak, Mendexatik emigratu eta Txileko Santiago nahiz Rio de la Platan negozio handiak egin zituen, besteak beste esklabo kontrabandoarekin (10). Alaba Dorotea katalan bankari ezagun batekin ezkondu zen eta filantropiara eman zuen bizitza Bartzelonan: eskolak, ospitaleak, elizak… hiriaren egungo pasaia ez litzateke berdina izango “obra sozial” hori gabe. Aita Santua aztertzen ari da beatifikatuko ote duen. Beste bizkaitar batek ere, Agustin Goytisolo lekeitiarrak –Juan Goytisolo idazlearen arbasoa–, Bartzelona hautatu zuen Kubako Cienfuegosen bere esklaboek produzitzen zioten azukrearen diruak inbertitzeko; Katalunia Plazaren ondoan etxe erraldoia zuen, XX. mendean Banco de Vizcayaren eskuetan amaitu zuena.
Adiskideen Elkarteko merkantziak
Euskal Herrian ez al dago esklabistak omentzen dituen monumenturik? Ez al dago eraikinik beltzen odolez tindatua? Jakina baietz. Hein batean halaxe gertatzen da Donostiako alde zaharrean arro ageri zaigun Koruko Andre Mariaren basilikarekin, Caracaseko Errege Konpainia Gipuzkoarreko akziodunen diruz eta ekimenez jasoa.
Merkantilismoari haginak berdindu zitzaizkion denborez ari gara, eta Caracaseko konpainia XVIII. mendean oparotasunaren sinonimo izan zen urte luzetan. “Kultura eta zientziaren” hedapenean lagundu zuen, entziklopedia orokorretan irakur daitekeenez. Itsasontziko sotoetan liburu ilustratu debekatuak eramaten zituela nabarmendu izan du zenbaitek. Baina dokumentaturik dago konpainia horrek esklaboak ere eraman zituela soto horietan, liburu eta kakaoaz gain. Hugh Thomas historialari entzutetsuak dio 12.000 lagun inguru mugitu zituela 1753tik gutxienez 1775 arte.
Haren babesean sorturiko Euskalerriaren Adiskideen Elkarteak, “ezjakintasuna, nagikeria eta alferkeria” borrokatzea zuen helburu. Bada, bere kide ez gutxik esklaboekin ustiatu zituzten Ameriketako soroak, eta afrikarren trafikoan ere parte hartu zuten, batzuetan horretarako espresuki sorturiko enpresatan –Cadizeko Beltzen Konpainia kasu–. Antzerki tragiko honetan, elkarte, konpainia eta negozioetan kiribilduta agertzen zaizkigu orduko euskal abizen ugari (Agirre, Uriarte, Aristegi, Goikoa, Azkarate, Mekoleta, Olazabal, Lasa…), gizakien salerosketa eta esplotazioa atzeko oihal gisa dutela.
Habanako Hiriaren Museoan bada margolan eder bat Montalvoko kondea irudikatzen duena, atzean baporezko makina bat duela, bere ideia “aurrerakoien” seinale. Ignacio Pedro Montalvo Ambulodi Arriola da protagonista, arbaso oiartzuarrak zituen enpresaria, zortzi azukre-olen eta 500 esklaboren jabea, Euskalerriaren Adiskideen Elkarteko kidea.
Bigarren esklabotza: etekinen maximizazioa
Gizakien trafikoa ilegal bihurtu zen 1807an ingelesek Act for the Abolition of the Slave Trade (esklabo trafikoa abolitzeko legea) sinatu zutenean. Baina abolizioarena jukutria ederra izan zen, esklaboen plusbalioa izugarri handitu eta etekin askoz gehiago ekarri baitzizkien kontrabandistei. “Bigarren esklabotza” deitzen zaio hemendik aurrerako garaiari, Afrikan milioika beltz bahitu zituzten Kubara, Brasilera zein New Orleansera kondizio jasangaitzetan esportatzeko. XIX. mendean Jesus María bergantinak 252 esklabo eraman zituen Habanara, horietatik 97 hamahiru eta hamalau urteko neskatoak ziren. Denak bortxatu zituzten.
Esklabotzaren fase berri horretan, merkatu aukera berrietan eta lanaren erauzketan sakontzeko probestu zuen euskaldun askok. AEBetako kotoiarekin batera, Kuba izan zen XIX. mendeko esklabotzaren beste epizentroa, azukrearen eskariak akuilatuta –mendebaldarron gaurko dieta glukosadun neurrigabeak ere badu bere esplikazio kapitalista–. Orduko fortuna handienek Antilletako irla hartan dute jatorria; nekez uler dezakegu Euskal Herriko ekonomiaren historia Kuba eta kanaberak aipatu gabe.
Jose Matia Calvo laudiotarra –egungo Matia Fundazioaren sortzailea–, Manuel Calvo Agirre portugaletetarra –Comillasko markesaren bazkidea–, Julio Apeztegia –munduko azukre-ola handienaren jabea–, Pascual Goikoetxea –1883an esklabotza abolitzen zuen deklarazioari muzin egin zion terratenientea–… Baina ororen gainetik, Julian Zulueta zegoen. Sekula ez da nahikoa idatziko hainbeste botere ekonomiko eta politiko ukan zuen baina egun itzalpean ezkutaturik daukaten Arabako esklabista handiaren inguruan.
Zein magnoliotan daude Zuluetaren sosak?
Zuluetak esklabotza muturrera eraman zuen etekinen maximizazioa lortzeko helburuz. Adierazgarriena da esklaboak jadanik ez zirela esklabo, “kolono” baizik. Eufemismo horrekin, arabarrak milaka txinatar garraiatu zituen indarrez lan eginarazteko, Oquendo ontziak 1847an Xiamendik Habanara lehen bidaia egin zuenetik. Zeinek esan zuen kontratu-harreman batean bi aldeek ados egon behar dutenik?
Beraz, esklabotza ez zen soilik metatze primitiboaren eta industrializazioaren aurrebaldintza bat izan –Eric Williamsek Kapitalismoa eta esklabotza lanean duela mende erdi zioen bezala (11)–, baizik eta aro industrialaren habeetako bat bihurtu zen, baita koloniek metropoliaren kateak hautsi zituztenean ere. Izan ere, nongo magnoliotan daude beltzen odola zurrupatuz aberastu ziren indiano horien guztien diruak? Non gelditu dira munduko fortuna handienetako bat pilatu zuen Julian Zuluetak hildakoan utzi zituen milioika erreal eta urrezko pesoak? (12) XIX. mende amaieran kapital-aldaketa handi bat egin zen Kubatik Europara, eta esklabista askoren sosek amaitu zuten Londreseko eta Pariseko burtsetan, meatzeetan, trenbide eta itsasontzi konpainietan, bankuetan… Lorratz horri jarraituta iritsiko gara egungo City eta Ibexetan agintzen duten enpresetaraino.
Zerramenduak eta lurren arpilatzea
Amerikaren natur eta giza arpilatze masiboak bazuen nolabaiteko baliokiderik Europan. XVIII. mendean lur komunalen pribatizazio eta itxiturei ekin zitzaien, Ingalaterran enclosure hitzarekin ezagun zirenak –1750 eta 1820 artean herrialde hartako lurren %30 “itxi” zen–. Euskal Herrian ere “larre parteak zerratzerat” (13) eman ziren, baina desamortizazio horiek konplexutasun handia izan zuten eta gatazkak asko luzatu ziren.
Adibide baterako, Goizuetan herritarrek mendeetan iratzeak ustiatzeko erabilitako basoetako iralekuak oraindik konfrontazio gai ziren 1970eko hamarkadan, aurreko mendean familia aberats alfabetatuek eurentzako erregistratu zituztelako haietako asko. Gauza bera gertatu zen Nafarroako Erriberan korralizekin: XIX. mendeko gerrek eragindako zorpetzearen ondorioz lur-komunak kazikeen esku geratu ziren, eta Bigarren Errepublikan lurrak itzultzea izan zen aldarrikapen komunero nagusia. Joaquin Baleztenak ebatsi zituen korraliza gehientsuen 1840ko hamarkadan; Kubako Candelariako kafe-soroetan esklaboak erabiliz irabazitako milioi errealekin Nafarroako errentadunen negozioan sartu zen Leitzako familia karlista ezagunaren arbasoa.
Oro har, pribatizaturiko herri-lurren %25 kontzentratu zen %3aren eskuetan. Azpeitian, bederatzi lurjabek herriko errentaren erdia pilatzen zuen, Ildefonso Gurrutxagak kontatu zuenez; eta Domezainen, hiru jauntxok beste guztien adina itegun-lur zuten, Manex Goyenecheren arabera.
Marxek zioen prozesu hori ez zela eboluzio ekonomiko baten ondorio izan, lurren errendimendua eskasagoa izaten baitzen gutxi batzuen esku geratzen zirenean, baizik eta “herriaren desjabetze biolentoaren bidez”. Ondare publikoaren lapurreta. Burgesek, operazioarekin, lurra merkatal artikulu huts bilakatu zuten eta maizterrei kendutako generoarekin espekulatzen hasi ziren: gariaren fluktuazioa harrapakin gozoegia zen trafikanteentzat, harekin ez lukratzeko. Gatazka sozial hori dago 1766ko Azpeitia eta Azkoitiko matxinadaren erraietan; baina burgesia aristokratikoak –Peñafloridako kondea buru– gupidagabe zapaldu zituen mende bateko aurrerapenarekin jaiotako sozialista haiek.
Bankarien erreinua
Eta zer gertatu zen lurra landu ezinik geratu zirenekin? Zerbitzariak, jornalariak, mandazainak, meatzariak, eskaleak, alderraiak, baztertuak… “beso biluziak” deitu izan zaie. Asko gerrarako erabili zituzten, beste zenbait bandolero sozial bihurtu ziren –Bizkaiko Patakon edo Tretatxu-ren gisan–, eta gehienek emigratu edo hiriko proletarioen kasta osatu zuten. Testuinguru horretan, iraultzaren txinpartak sutea eragin zuen Europan XIX. mendean, askatasunaren oihupean. Baina aurretik sarritan gertatu bezala, abarka zaharrik janzteko ere ez zutenak berriz ere mutur-huts gelditu ziren.
1830eko iraultza amaitu zen Luis Filipe Orleanseko duke liberalari buruan Frantziako koroa jarri ziotenean. “Herriak iraultza egin zuen eta politikariek lapurtu egin zioten”, azaldu du Josep Fontana historialari katalanak. Errelato akademikoak iraultzaren garaipen gisa aurkeztu diguna “bankarien erreinuaren hasiera” baino ez zen izan. Horrela hasi zen kapitalismoaren eta demokraziaren arteko engainu determinista –“Ez dago alternatibarik” esango zuen Margaret Tatcherrek geroago–.
Fontanaren esanetan, ordea, bazen alternatiba igualitario bat industria garatzeko, artisau familiekin, etxeko produkzio txikiarekin eta “tailer sozialekin” zerikusia zuena, eta ez hainbeste baporezko makina eta antzeko asmakizun fantastikoekin. Baina Ingalaterran fabrika sortu zenetik –esklaboek produzituriko kotoia lantzeko–, ugazabak efizientzia teknologikoa beharrean lan indarraren kontrola lehenetsi zuen soberakin gehiago lortzeko.
20.000 lagunen indarra
Engelsek azpimarratu zuen fabrikaren sistema “esklabotza modernoa” bezalakoa zela. Eta zinez hala zen. Ingalaterrako industrializazioaren aro basatienean milaka haur errekrutatu zituzten jipoi eta tortura bidez ehun-makinetan haien eskuak erabiltzeko. Bizkaian ere antzeko kondizioak jasan zituzten 1870eko hamarkadan Triano inguruan aritzen ziren meatzariek. Cronicas desde la arboleda (14) dokumentalean ageri denez, ohikoa zen 9 eta 12 urteko haurrak aritzea –Gallartan bizi itxaropena 18 urtekoa zen, erregistro zibilek gezurrik esaten ez badute–.
Txabolismoa eta superpopulazioa nagusitu ziren Meatzaldean urte horietan; Abanto Zierbenako 1877ko biztanleriaren zentsua, adibidez, lau aldiz handitu zen. Egurrezko barrakoietan pilatuta, langileek meatze-konpainiek jarritako kantinetan erosi behar izaten zuten oso kalitate eskaseko janaria. Tifusak eta kolerak makina bat eraman zuen satorraren herrira. Milioika tona burdin-mea erauzteko indarra 20.000 lagun inguruk jarri zuten, egunean 12 ordutik gora lan eginez. Esplotazio horren bidez, meatze burgesia bizkaitarrak (Ybarra, Chavarri, Lezama Leguizamon, Ulacia, Durañona…), ingeles konpainiekin baturik lortu zuten aktibo nahikoa industrializazioaren habe nagusi izango ziren labe garaiak martxan jartzeko. Lantegi siderurgiko horien beste inbertitzaile batzuk Madril, Londres eta Bartzelonakoak ziren. Ezaguna zaigu, adibidez Figuereseko Vilallonga familiak ybarratarrekin zuen lotura; azkeneko hauek esklaboen salerosketan ere aritu ziren XIX. mende erdialdean Cazador Santurzano izeneko ontziarekin.
Gizakien edo “bultoen” komertziotik eta meatzarien lepotik aberastu ondoren, Ybarra klanak eta Neguriko beste oligarka askok, ez zuten erreparorik izan XX. mendeko esklabotza handienetako batetik ere probetxua ateratzeko: gerrako gatibuak.
Esklabo H-rekin idazten da
Alemaniako Hirugarren Reichak iraun zuen bitartean, erregimen naziak 50 milioi pertsona inguru ustiatu zituen derrigorrezko lanaren bidez, kontzentrazio esparruetan ez ezik, baita gethoetan edo beste eremu itxietan ere. Gutxienez 24 multinazionalek baliatu zuten abagunea lan-esku merkea lortzeko, tartean Siemens, Volkswagen, BMW, Knorr…(15) Horien guztien artean IG Farbenindustrie nabarmendu dezakegu: etekinak hirukoiztu egin zituen urte gutxian, Auschwitzeko presoei izugarrikeriak eginaraziz.
IG Farben nazien egitura ekonomikoaren parte zen –bere arduradunak Nurembergen kondenatuak izan ziren esklabotzagatik– eta ez da harritzeko harekin tratua izan zuten enpresek iragan hori estali nahi izana. Baina konpainiaren paper desklasifikatuek askorako ematen dute, eta esaterako, Altos Hornos de Vizcayak “erlazio zuzena” izan zuela gogorarazi digu Antonio Maestre kazetariak Franquismo SA (Akal, 2019) liburuan. Euskal oligarkiako beste ikur batek ere, Banco de Vizcayak, Alemania naziaren agenteetako bat izan zuen kontseilari, Friederic Lipperheide. Izan ere, bankuko kargu gutxi dira 1936ko altxamenduarekin eta orduko korronte faxistekin konexiorik ez dutenak: Careaga, Bordegaray, Aguirre, Delclaux, Lezama Leguizamon… Francoren erregimenaren sostengatzaile oso garrantzitsu izan ziren. “BBVAk segitzen du operatzen bere etekinak liberalismo ekonomikoaren, enpresa jardun-onaren eta merkatuaren esku ikusezinaren fruitu balira bezala”, dio Maestrek.
Euskal Herriko errepide ugari langile batailoiek eginak dira, Bidangotze eta Erronkari artekoa izan liteke ezagunena, Edurne Beaumontek eta Fernando Mendiolak egindako ikerketari esker. Baina badira adibide gehiago: Donostiako Tolosa etorbidea, Jaizkibelen trabajadoreek egindako errepidea… Espainiako Estatuko egungo eraikuntzako trust-ak (Acciona, Dragados, ACS…) badu zer ezkutatu. Hala ere, frankismoaren esklaboei azalean hizki bat irarri izan baliete, seguruenik Huarteren “H” hizkia litzateke. OHL konpainiaren muinean dagoen Felix Huarte nafarraren enpresak, Madrilgo Erorien Harana bortxazko lanarekin jaso izanaren meritua dauka. 2020ko martxoaren 31n 5.260 milioi euroko negozio kartera deklaratu zuen eraikuntza-taldeak.
Kapitalismoa dekapitatu
Esklabotzaren abolizioa deklaratu zutenean, ingelesek garai ilun horri uko egin zioten –ordainsari bezala esklabo jabeek 17.000 milioi libra jaso ondoren, 2009ko banku-erreskatera arte estatu batek jarritako zifrarik altuena–; esklabotza oroimen-kolektibotik ahaztu beharreko zerbait bihurtu zen. Nazioarteko konbentzioetan “derrigorrezko lana” izenez hasi ziren deskribatzen sarriago.
Baina, tamalez, “amaierarik gabeko” fenomeno baten aurrean gaude, Michael Zeuskek ondorioztatu duen gisan. Hasierako esklabotza motek jarraitzen dute gure artean: zorretan itota daudenena, prostituitzera derrigortuta daudenena, haurren erabilera… Historialari feministen aburuz etxeko langileen esklabotza Amerikara garraiatu zituzten beltzena baino handiagoa da kopuruz. Nazioarteko Lan Erakundeak 2016an 40 milioi esklabo zenbatu zituen. GRAINek, berriz, ohartarazi du milioika hektarea lur usurpatzeko bidean direla Amerikan –tartean Iberdrola eta antzeko enpresak daude–, esklabotza “moderno” gehiagoren hornigai izango diren migrazioak sorraraziz.
Paperik gabeko migratzaile nekazariak, autonomo faltsuak, azpikontrataturiko langile prekarizatuak, beltzean kobratzen duten garbitzaileak… Euskal Herrian oso presente ditugun errealitateak dira. Hasi beharko genuke pentsatzen esklabotza ez dugula errotik ezabatuko, kapitalismoari burua mozten ez diogun bitartean.