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Nacionales E.Herria :: 05/07/2012

Ciñera

Andoni Baserrigorri
Atónitos lo vemos y seguimos creyendo en el capitalismo. “Esto se solucionará”, decía el otro día un compañero de trabajo, y no le repliqué

Reconozco que no había oído hablar de Ciñera nunca. Hoy gracias a internet y a las diferentes enciclopedias que hay en la red sé que es un pequeño pueblo leones de tradición minera, donde miles de personas a lo largo de la historia, se han ido dejando la vida y el sudor, para beneficio de los granujas y explotadores de turno.

Es la historia de siempre y eso que como dije en otro de mis escritos, más de un “lumbreras” había dado por muerta y enterrada la lucha de clases. Mineros que trabajan, mineros que ven como se cierra su puesto de trabajo, mineros que salen a la calle en defensa de sus medios de subsistencia y cuerpo policial dispuesto a sangre y fuego si hace falta a defender los intereses del capital y del gobierno de turno. No les tiembla la mano a la hora de detener y apalear a simples trabajadores que ven como su vida puede verse privada de los imprescindibles ingresos económicos.

Ciñera es un pueblo más en la larguísima lista de pueblos del estado español y de otros puntos del mundo que un día en una reunión, unos cuantos señores que no tiene el gusto de conocerlo, deciden que se termina su forma de vida. Cerraron Altos Hornos de Bizkaia, cientos de minas a lo largo y ancho del estado, miles de fábricas, contaminan ríos y mares de los que viven pueblos enteros de pescadores, astilleros…la lista es inmensa. Y es que esto es en esencia la forma de funcionar del capitalismo. No tiene alma ni corazón, solo números y si alguna empresa o sector estorba en sus cuentas, lo cierran aún a sabiendas que condenan a muerte comarcas enteras y a la pobreza a miles de familias…..

Los políticos profesionales, los autodenominados “demócratas” no son sino gestores de quienes toman esas decisiones, funcionarios al servicio de un capitalismo cada vez más cruel, personas tristes, que tras su apayasada sonrisa de campaña electoral, tan solo atesoran la miseria de quien se sabe un “pringao” a las ordenes del patrón.

Los cuerpos policiales que asaltan pueblos, apalean trabajadores y trabajadoras, hieren, detienen e incluso matan si es necesario o se les va de la mano la porra, ya hace mucho tiempo que es evidente que no son nuestros compañeros y compañeras. Ellos conocen su trabajo y lo hacen, saben que viven de reprimir al pueblo y lo aceptan, porque si no lo hacen así, les peligra su vida basada en un par de coches, las letras del piso y el abono de temporada de su club de futbol. Una vida de clase-media burguesa, vamos. No van a renunciar a ello, y si para mantenerlo tiene que mandar al hospital a una persona de un porrazo, lo van a hacer. Lo de tener corazón y alma tampoco va con ellos y ellas.

Todo esto ha coincidido en el tiempo con el reciente triunfo futbolero de la selección española que ha terminado en una orgía de banderas españolas (constitucionales y de las del pollo) y una fiebre de nacionalismo mal entendido que ya daba grima, máxime cuando el consabido “yo soy españo, españo, españo…” se escuchaba una media de 40 veces en los medios de comunicación del estado. Y coincide con la subida de la luz de un 4 por ciento, desde este pasado domingo, que (Oh casualite!!) coincidía con la final futbolera.

En una sola frase, en unos días hemos visto trabajadores apaleados por defender su puesto de trabajo, subidas de productos básicos y de la luz y la orgía futbolera-patriotera antes mencionada. Y todo sin despeinarnos, casi sin darnos cuenta, la información la recibimos a 220 por hora y apenas tenemos tiempo de digerirla. Sentaditos y sentaditas al sofá, vemos pasar la vida, mientras nuestro “estado de bienestar” se esfuma. Atónitos lo vemos y seguimos creyendo en el capitalismo. “Esto se solucionará”, decía el otro día un compañero de trabajo, y no le repliqué, tenía más interés en el As y la crónica de la final, que en lo de Ciñera. No se va a solucionar, pero la anestesia que nos proporcionan es fuerte y cuando pasen los efectos de la misma, más de uno y una estará mirando en los contenedores a ver que puede comer hoy. Al tiempo…Es la barbarie que nos dijo Rosa Luxemburgo.

Todo esto que vengo contando viene a colación de los tres hechos que estoy comentando, la final futbolera, el tema de la subida de la luz y lo de Ciñera. Es curioso como el presidente de Iberdrola, una de las compañías eléctricas que nos sube la luz y que nos hace la vida un poco más imposible ha acudido a la concentración de “la roja” y como algún célebre futbolista de Bilbao le ha estrechado la mano efusivamente, mientras los mineros se partían el alma en defensa de su puesto de trabajo. Curioso-curioso.

Y yo que soy separatista o abertzale, tengo clarito que si la independencia nacional de Euskal Herria se va a dar para que la explotación continúe a manos de señores como el presidente de Iberdrola, empresa vasca, bizkaina, tan bizkaina ella, que no tributa en Bizkaia y que los impuestos como se dice a pie de calle, “los escaquea”, entonces esa independencia no es nada atractiva ni interesante. Iberdrola es una empresa de las más importantes en el sector eléctrico y una de las que más ha reclamado la subida de la luz. Es una de esas empresas que nos hace que el fin de mes se nos haga más duro. Y esa empresa se ponga txapela o se haga fotos con los futbolistas de moda del Athletic , ataviados con la camiseta de la selección española, no deja de ser una empresa explotadora, sin corazón ni alma y que está por que la clase obrera y las sectores populares lo tengamos cada vez peor.

Porque estos día ( y vuelvo al corazón y al alma) estoy con Ciñera, ese pueblo leones, que tan buenas lecciones no está dando a todas y a todos. Decía Argala que la independencia y el socialismo eran las dos caras de la misma moneda. Para mi ser abertzale es ser internacionalista y eso me hace amar a Ciñera y su lucha, y ser abertzale es ser socialista, y eso me hace despreciar a Iberdrola (con txapela o sin ella) a los políticos que les permiten esas subidas y a estos futbolistas que prestan su cara para meternos con vaselina un gol por toda la escuadra, el gol del capitalismo.

Ciñera ocupado por fuerzas policiales, la respuesta del capital a las demandas obreras

LLorente, futbolista español, estrecha la mano a quien nos sube la luz a tod@s un 4 por ciento

 

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