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Nacionales E.Herria :: 16/12/2021

Denuncian el desahucio de 3 familias en Bilbo como consecuencia del enésimo chanchullo especulativo

AZET Etxebizitza sindikatua
El nuevo propietario ha llegado al barrio con un objetivo claro: revalorizar las viviendas y sustituir los alquileres que pagábamos por rentas más altas.

3 FAMILIAS TENDRÁN QUE ABANDONAR HOY SUS VIVIENDAS POR CONSECUENCIA DE LA ENÉSIMA OPERACIÓN ESPECULATIVA EN EL CASCO VIEJO DE BILBAO

Somos las vecinas de Erribera 9 y queremos denunciar, junto al Sindicato de Viviendas AZET, la enésima operación especulativa que se está dando en el Casco Viejo. El pasado verano nos enteramos de que nuestras casas habían sido vendidas a un gran propietario con varias propiedades en el barrio y hemos tenido escasos meses para meter en cajas los recuerdos de 20 años y marcharnos.

El nuevo propietario ha llegado al barrio con un objetivo claro: revalorizar las viviendas y sustituir los alquileres que pagábamos por rentas más altas. Y en sus planes, claro, quienes sobramos somos las vecinas. Por lo tanto, 3 de las 5 familias que llevamos décadas en el bloque, tendremos que irnos de casa hoy mismo.

Bertold Brecht-ek horrela esan zuen:

“Hay muchas maneras de matar.

Pueden meterte un cuchillo en el vientre.

Quitarte el pan.

No curarte de una enfermedad.

Meterte en una mala vivienda.

Empujarte hasta el suicidio.

Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.

Llevarte a la guerra, etc...

Y sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado”.

Una de las razones de que estemos aquí hoy es denunciar que también existen muchas y variadas formas de desahuciar. Desahuciar es mandar la policía, con orden judicial en mano y toda la impunidad, a tirar la puerta de tu casa y echarte a la calle, como pasa cada vez más a menudo. Pero esta no es la única herramienta que tiene la clase propietaria para arrancarnos de nuestras casas y barrios.

• Cuando unos matones contratados por la propiedad te sacan de casa bajo amenazas y de forma violenta, también te están desahuciando

• Cuando te suben el alquiler de forma que no puedas asumirlo, también se trata de un desahucio • Cuando la propiedad no te renueva un contrato de renta antigua también lo es.

• Cuando se vende un bloque a un especulador, forzando las familias que han vivido allí toda su vida a abandonar sus viviendas, también se trata de un desahucio.

Hay muchas formas de desahuciar, y TODAS SON LEGALES EN NUESTRA CIUDAD. Nuestro caso, el de Erribera, es un desahucio que no aparecerá en las estadísticas oficiales. Son desahucios sutiles, que pasan desapercibidos, desahucios que se ejecutan con total impunidad y gozando de la complicidad institucional.

El nuestro, lamentablemente, no es un caso aislado. Hace años que nuestros barrios, calles y vidas han sido puestos a la venta y convertidos en mercancías. En este contexto, este tipo de operaciones especulativas no son sólo maniobras individuales de propietarios perversos y sin escrúpulos. La cuestión de la vivienda es un problema estructural que debemos enmarcar en una estrategia más general de la clase propietaria. Se trata de una ofensiva contra las clases desposeídas, la cual se lleva a cabo con la complicidad de las instituciones. El problema de la vivienda es estructural e imprescindible para el funcionamiento del capitalismo. La especulación, por tanto, no es una disfunción de este sistema, sino un mecanismo para seguir acumulando capital, sobre todo en momentos de crisis.

Respecto al caso de la Ribera, no podemos no señalar la PARTICIPACIÓN ACTIVA que ha tenido INMOBILIARIA SOMERA en esta operación especulativa, quien ha hecho de intermediario en el proceso de compra del inmueble. No es la primera vez que nos encontramos delante las empresas inmobiliarias: estas son unos de los principales responsables del problema de la vivienda, con el papel que juegan en el mercado especulativo y en la destrucción de los barrios populares.

Por un lado, queremos señalar el papel de estos agentes como actores especulativos y participes de la guerra contra a los pobres: respecto a este último punto, cabe señalar el tristemente conocido fenómeno del “racismo inmobiliario” (que consiste en no alquilar o poner más trabas a personas migrantes o racializadas); o, la más reciente práctica de los “seguros de impago”, con el que las inmobiliarias ofrecen a los propietarios un servicio de “mediación” parecido al de las empresas de desokupación.

Por otro lado, vemos como el papel de las inmobiliarias transciende la cuestión del mercado de la vivienda, para entrelazarse con otro fenómeno que desde hace tiempo estamos viviendo en nuestros barrios: la gentrificación. Las empresas inmobiliarias son el principal responsable de ello, por un lado, como sujetos activos de la turistificación y, por otro, como polos que atraen gran capital financiero para invertir en el mercado inmobiliario (como es el caso de Erribera).

Por todo ello grandes propietarios, empresas inmobiliarias e instituciones -quienes ponen la alfombra roja a la especulación- no son más que diferentes caras de la misma moneda. Diferentes síntomas del capitalismo, ese sistema que nos deja en la miseria, que encuentra cada vez más forma para despojarnos de nuestras viviendas, de nuestras necesidades básicas y de nuestra vida. Tienen muchas maneras de desahuciarnos, muchas formas de matarnos y muchísimas maneras de forzarnos a vivir en la miseria y seguir sacando beneficios de ella. Lo que no saben es que nosotras también estamos encontrando diferentes formas de resistir y responder a su violencia, diferentes formas de romper con el aislamiento, de organizarnos juntas, diferentes formas de mostrar solidaridad de clase y de no enfrentarnos solas a este mundo de mierda.

Frente a la especulación, frente al colaboracionismo institucional, frente a los que quieren condenarnos a la miseria, las desposeídas nos estamos organizando y un indicador de esto es la comunidad política que se está construyendo desde los sindicatos de vivienda en diferentes barrios y pueblos de Euskal Herria.

Para acabar, decir que hoy no estamos aquí solo para denunciar esta operación especulativa. También estamos aquí para apoyar a las vecinas que se quedan. En este sentido, desde el sindicato exigimos a la nueva propiedad:

1. Que respete los contratos que nuestras vecinas firmaron con el antiguo propietario, tanto respecto a la duración, como al precio del alquiler. No vamos a aceptar otros desahucios encubiertos, ni aumentos en el precio del alquiler.

2. Que toda obra de recalificación y reforma del edificio sea acordada y consensuada con las actuales inquilinas, sin molestar sus vidas y cotidianidad.

GURE BIZITZAK HAIEN JABETZEN GAINETIK DAUDELAKO, BORROKAN JARRAITUKO DUGU! GORA AUZODEFENTSA ETA GORA KLASE ELKARTASUNA!

 

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