lahaine.org
Nacionales E.Herria :: 06/10/2012

El valor de una huelga

Fontso Cantera
Nos corresponderá generar alternativas que poco a poco nos vayan situando al margen de este sistema plagado de injusticia. Ya estamos tardando.

Transcurridos ya unos días desde el 26-S las emociones, los sucesos,… reposan permitiendo extraer impresiones de una manera más sosegada. Para la mayor parte de la prensa, instituciones u organizaciones empresariales, la huelga pasó sin pena ni gloria. Sin embargo el día de paro en Barakaldo, personalmente me ha dejado un buen sabor de boca por diversas razones.

Sabia joven

La jornada de huelga en el municipio destiló sabia joven. No hizo falta más que observar la composición de los más de cinco grupos de piquetes que a lo largo de la jornada anduvieron recorriendo las calles de Barakaldo para constatar que una buena parte de ellos estaban compuestos por chicos y chicas jóvenes. Indudablemente el Comité de huelga juvenil ha logrado ofrecer a la juventud baracaldesa un marco de lucha en el que poder expresar el profundo descontento con la falta de perspectivas de futuro que les permite vislumbrar este sistema injusto. No cabe duda de que la juventud ha sido capaz de imprimir músculo, determinación, emoción y una buena dosis de mala hostia a la movilización general del 26. Resulta esperanzador observar que la juventud está siendo capaz de hacer frente y neutralizar el tsunami de apatía e individualismo que tumba cada día cualquier posibilidad de cambio.

Agitación, aquí y allápikete goiz

Probablemente peque de optimismo si digo que el 26-S supuso un punto de inflexión en Barakaldo pero realmente, así lo creo. Jamás he observado tanta cantidad de piquetes en las calles, ni tan siquiera en la tan glorificada huelga del 29-M. De manera acertada, a mi entender, el comité de huelga optó por hacerse presente en los barrios y centro del pueblo, incluyendo una convocatoria de protesta al mediodía. Piquetes unitarios que a las 7 de la mañana comenzaron siendo dos columnas, a los que después se unió el piquete de la Asamblea de parados recorriendo el Megapark y las obras de Barakaldo. En algunos momentos los piquetes se unían y en otros optaban por disgregarse hasta en 5 grupos, lo que permitió cubrir buena parte del municipio, incluyendo el centro de manera especialmente intensa pero sin olvidar barrios, polígonos industriales, Megapark (la clientela abandonaba los recintos por la puerta de atrás, además, el acceso y salida del centro comercia Ikea, pese a amanecer plagado de policía, se vio obstaculizado durante cerca de una hora por la labor de los piquetes) e incluso Max Center donde los piquetes informativos no acudían desde hacía muchas huelgas.

Así pues, a falta de conciencia social y solidaridad, buena es la agitación en un día de absoluta anormalidad. Que se lo digan sino a las dependientas de Bide Onera, Dia o Gelsa que se encontraron con la inesperada visita de decenas de persona que optaron por llenar hasta los topes los carros de compra para después proceder a colapsar las cajas, dejándolos abandonados en las colas de espera. Quién se atreva a afirmar que el 26-S fue un día cualquiera es porque no pisó el pueblo durante toda la jornada.

Especial mención merece la movilización de la tarde que logró reunir a 3.000 personas según la organización. Más allá de las cifras, resultó emocionante la presencia de tanta gente en las calles reclamando el fin de los recortes sociales, más aún teniendo en cuenta que esta convocatoria coincidió en el tiempo con otras muchas protestas igual de numerosas en la comarca.

Pero la Huelga General también ha dejado en evidencia ciertas limitaciones. Durante los días dedicados al reparto de propaganda por los centros de trabajo y comercios me quedé con la impresión de que resulta generalizada en el comercio la tendencia a prolongar la agonía del sector en lugar de dar luz verde a planteamientos que permitan cambiar las condiciones a través de la lucha. “No me puedo permitir cerrar la tienda porque la cosa está muy mal” escuchaba una y otra vez. La cosa está muy mal para todos y peor estará si no lo evitamos. La situación de emergencia social que ya ha llegado reclama esfuerzos personales y colectivos extraordinarios. No digo que cerrar el comercio un día sea el más adecuado pero, mientras alguien no plantee otro método de lucha…¡Algo habrá que hacer! Aún así, no es cierto que nadie cerrara en Barakaldo, tal y como mucha gente afirmó de manera derrotista.

Esta afirmación sería tanto como ningunear el esfuerzo de decenas y decenas de comercios y empresas que de manera absolutamente digna optaron por situarse del lado de quienes peor lo están pasando con está gran estafa socioeconómica. Bares, fruterías, tiendas de ropa, zapaterías, clínicas dentales, supermercados… cerraron sus puertas por coherencia y convencimiento. Otros sin embargo lo hicieron por vergüenza según pasaban los piquetes reclamando solidaridad y otros muchos incluso dirán que lo hicieron por miedo. Lo cierto es que las persianas a medio bajar, subidas y bajas repentinas de persiana y el adelanto de la hora del cierre de negocios fueron una constante. Salvo honrosas excepciones, habría que recordar a la mayoría de los comercios que mostrarse insensible ante la situación de injusticia social que se extiende de manera imparable puede volverse en su contra el día menos pensado. Cada vez más personas optan por acudir a grandes superficies a realizar las compran en busca de precios ultra-reducidos. Esta crisis se está cebando con la gente que acudimos a potear, a cortarnos el pelo o a comprar un jersey y podría estar cerca el día en que el consumo se convierta en un lujo del que debamos prescindir. De esta salimos todas juntas o nos hundimos. Rápida o lentamente, antes o después pero nos hundimos.

Lo mismo ha sucedido con los trabajadores asalariados. Muchos de ellos, durante las visitas a los polígonos industriales apuntaban a la desunión sindical para explicar su asistencia al puesto de trabajo. Así es. Por el momento la desunión sindical constituye un auténtico handicap para avanzar en la defensa de la clase trabajadora pero cada vez somos más las personas que si pertenecer a sindicato alguno, optamos por aprovechar los escasos marcos de lucha que se nos ofrece para mostrar nuestro descontento por encima de siglas.

…¿Y ahora, qué?

“Un día de huelga no es suficiente” se oía entre corrillos el miércoles pasado. Así es. Los colectivos sociales y sindicales nos continuarán interpelando para mantener viva y acrecentar la presión a favor de la justicia social y ahí es dónde tendremos que responder. Cada manifestación, ocupación de Lanbide, pintadas en bancos… son tan importantes como la huelga. De lo que se trata es de hacer irrespirable la situación a quiénes han generado y se están beneficiando de esta crisis. Solo una respuesta social a los recortes, constante en el tiempo puede hacer retroceder a la clase política y empresarial en su afán por acumular beneficios, caiga quien caiga. Pero también nos corresponderá generar alternativas que poco a poco nos vayan situando al margen de este sistema plagado de injusticia. Ya estamos tardando.

El sistema desecha personas como si de auténticos kleenex se tratara y por el momento nos vemos desprovistas de redes solidarias que pongan freno a la exclusión social. Tal vez sea el momento de dejarnos de mirar el ombligo para echar un vistazo a experiencias sociales que se están gestando dentro y fuera de nuestras fronteras: ocupación de edificios para ofrecer salidas reales a familias desahuciadas, creación de micro cooperativas, bancos del tiempo, acompañamiento a personas sin red social,… Apoyar a las personas que expulsa el sistema en un más que probable contexto de desatención por parte de las instituciones se antoja un reto inaplazable mientras logramos dar volquete al estado de las cosas.

A pesar de todo… La huelga estuvo bien ¡Que carajo!

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal