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Nacionales E.Herria :: 27/03/2018

¡Y lo justo y lo necesario no se detienen jamás! (A Xabier Rey)

Maité Campillo
¡Luz, más luz! Ayuda a no llorarse las mentiras sino a contarse las verdades ¿A qué suena hoy hablar de preso político, secuestro, retención, dispersión, tortura…?

El Arte (como la lucha), mientras disfruta de independencia produce obras bellas; pero en el momento que quiere dispersarle protección el Estado, ya ni es Arte, ni nada que de cerca merezca tal dictado (Ramón del Valle-Inclan, 1911)

¡Dispersión! (del libro “Incomunicado” de Ángel Campillo)

“El lugar natal sirvió a los torturadores para profundizar en el deterioro psíquico, intelectual y moral como prolongación de la tortura. Sólo dos visitas llegaron a solicitar mis padres, y no lograron verlo sino en una, en la segunda, la ropa que les entregaron estaba tan molida a palos como su cuerpo, ¿por qué se la entregaron si eran solo desechos?, y la acidez corroyendo sus entrañas… En sus manos estaba la ropa nueva y limpia que le llevaban, ya que durante todo ese tiempo tuvo siempre la misma muda, el viaje en el que le detuvieron, o secuestraron, era solo de dos días. Tras la entrega de aquellos enseres sobre los que se cebó el terror, mostraban una vez más, no solo la monstruosidad de incomunicarlo durante un mes, también negando su estancia semanas después en el peregrinar de mis padres por diferentes instituciones y, cuando la evidencia brotó a través de una nota de prensa, ¡nos enteramos que lo tenían en la prisión del mismo León!… Y se lo dejan ver una sola vez, para pasarles sobre los morros el estado en que le habían dejado. A la siguiente semana, una vez más el regocijo sádico inhumano que les caracteriza, es trasladado a Jaén incomunicando nuevamente a la familia, con sus padres y hermanos, trasladándolo a casi mil kilómetros, por las carreteras de aquellos años (1969) desde el marginado arrabal. Les informan de su trasladado con un nuevo látigo como sacudida disparándolos directamente al corazón: ¡Dispersión!

La diáspora de los vascos por el mundo

“¡Luz, más luz!” Ayuda a no llorarse las mentiras sino a contarse las verdades ¿A qué suena hoy hablar de preso político, secuestro, retención, dispersión, tortura… a alguien trasnochado “quizá fuera de onda”? ¿Podríamos interpretar la “paz” sobre la entrega de armas, al pueblo vasco como seres domesticados, vencidos por toda eternidad? En palabras del escritor Pablo Sorozabal estamos (¿o no?) vivenciando desde la muerte del dictador, ‘el fascismo con rostro humano’: ¿Qué es la “democracia” capitalista, sino el fascismo con rostro humano? Y ¿qué es el capitalismo sino la dictadura del capital? Los Muñecas y Tejeros que afilaron armas y puntería en Euskadi y hasta simulacros (de presión e intimidación) de reventar la constitución, de su propio sistema elegido a dedo: son demócratas, dioses intocables. A los luchadores de la libertad, dicha constitución, les denomina “terroristas” (como si de ellos mismo se tratara). Martín Villa (Ministerio del interior) fue todo un ejemplo de asta de toro en el poder en los Sanfermines de 1978. Y la represión multiplicó sus armas. Pero ay, ay, ay… Algunos viven (como) en el reino de la isla del paraíso (la que la clase más desfavorecida desconoce los privilegios con los que socorre a su fidelidad), nunca han vivido mejor ni en sueños. Tan agustito sobre la almohada del capital que hasta pretenden “regenerar” la izquierda alejándose de ella ¿para mejor servir al “generoso” patrón de la banca internacional? En el reino de Taifas, de la mentada isla del paraíso, los obtusos de olfato viven y dicen vivir como Dios e “ir más allá de la violencia en tiempos de democracia”, ¿para mejor alejarse miles de kilómetros de la compleja realidad, como cinturón de castidad, que nos oprime sacudiéndonos en la impotencia sembrando regueros de marginalidad e injusticia? La izquierda no se analiza por “viejos” militantes (¿caducos?) y “posmodernos” ¿fieles a qué? (es mucho más compleja, ideológica y políticamente que la simplicidad que nos cuestiona). Se analiza por ser o no ser más allá de la “edad”. No se es inmovilista por el hecho de ser un veterano de lucha. Se puede ser un traidor a una edad temprana y entrar en ella como líder, sin ni siquiera haber militado o haber pegado un palo al agua. Militancia: algo que se desconoce en los últimos años, nada que ver con lo que se viste y calza (¿quizá desde la muerte del dictador?) sobre la calzada persistente que el capitalismo bancario impuso por farsa democrática, tan farsa como la izquierda por imposición mediática, tanto como sus movimientos de masas en oleaje de “revolución”. Son crueles e inhumanos como su represión (el chantaje se amplia de forma ruin, patente, descarado, institucionalizando hasta la asfixia las movilizaciones ¿de izquierda?, y sus líderes). Lo son porque siempre lo han sido. Lo son porque son el poder de siempre, los que mandan, los que deciden casi todo en lo fundamental en la vida de una persona y conjunto de la sociedad. Lo son porque tienen mayoría mediática para tapar bocas e imputar brazos. Ya que una “mayoría” les vota y apoya de mil disfrazadas maneras y muecas, al oscurantismo despótico y rancio de siempre. Nuevamente, un joven navarrico ha muerto en una cárcel (mazmorra represiva) a 1000 Km de la familia.

Agucé los sentidos ante los rayos del dolor, la tristeza de un infierno en vida que nos oprime antojo (no hay otro, aunque en Semana Santa revienten cornetas y tambores insistiendo en ello). Su estela se acercó a mi alcoba, la oteé en silencio meditando la grandeza de su peso y traspasó mi intimidad, lo compartí, sobrepasó los minutos de mi sueño y hasta cuando soñé despierta horas mas tarde me vinieron relámpagos de su aroma, chispitas olfativas, como copos de nieve impregnados en toda la fragancia de la primavera. Entre mis manos, más cerca que nunca de la realidad, su cuerpo. Copo helado, fresco e indefenso, joven hasta la médula, mirada decidida, radiante y tierna. Copo de agua fresca de las últimas nieves de Euskal Herria. Copo de Xabier Reyes, copo de libertad. Es de antiguo el dicho de que la luz es la eterna risa de las cosas, no hay soledad donde la luz penetra ni tristeza donde ríe (patente en su mirada la alegría en rebeldía en que sus ojos lo mantuvieron en vida), ni silencio (Xabier) donde vibra en cada pétalo que corona hoy tu frente helada. Buceador nato, explorador analítico, tumba abierta: paso a la vida aún después de la muerte!!

No se si es depresión propia si tristeza o nostalgia, la que respiro al inhalar una vida que se nos va de las manos, sin haber llegado a plantar la bandera sobre la cima del triunfo siquiera de los anhelos. Es un lujo hoy que personas que amamos la vida recordemos lo mejor de ella. Lo que nos ha hecho vivir incluso padecer. El éxtasis de nuestros sentidos, su complicidad cuando descubrieron el lado concienzudo rojo del corazón (su misterio) el de los sencillos, hoy heridos de muerte por la vanguardia de un tiempo no muy lejano. Relámpagos de aroma penetrando por mi olfato, me hacen estremecer, me pone alas la intensidad de energía con que son lanzados: relámpagos, relámpagos… Copo de lágrima roja, copo revolucionario de juventud rebelde, de gudari sobre la cima de Nafarroa: aroma a lucha en busca de libertad frente al hedor salvaje del capital. Nada nos es dado, todo hay que conquistarlo, hasta los sueños.

Yo no me creo tanto suicidio de preso político vasco, ¿ustedes? Nunca me lo he creído. No puedo porque no confío, no creo en éste sistema. Como tampoco creí en el suicidio de “Peli” (Juan Carlos Hernando en 1997, por poner otro ejemplo de cientos de ellos), apareció ahorcado en su celda en la cárcel de Albacete; ni cuando el Estado alemán asesinó en la cárcel a tres militantes de “ Fracción del Ejercito Rojo”, Andreás Baader y sus dos compañeros de militancia, y tantos otros ¿Hubiera muerto Xabier Rey de haber estado en una cárcel a 40 o 60 Kms de su pueblo? Posiblemente no, independientemente de si fue suicidio o suicidado. No por muchas razones y eso lo sabe el sistema. Por eso los quiere alejados y dispersados. Para que sufran, para torturarlos con total impunidad, para que mueran lentamente bajo la presión continua: aislamiento, soledad, asfixia, lesiones, enfermedades haciendo los carceleros caso omiso a su vida como seres humanos, a sus derechos, su realidad social… ¿Es acaso éste método, de Estado represivo y marginal, reconducción social del preso? ¿Cuántos años que el alto al fuego está negociado, pactado y sellado por la ley de Estado, acaso no hemos visto los movimientos políticos que ha habido con sus nuevas plataformas y líderes de salón, o somos ciegos? Es cruel más que lamentable que sus familiares, amigos y vecinos hayan tenido que recibir su joven cuerpo sin la sonrisa que le caracterizó, sin vida… y no de pie lleno de gozo por estar entre los suyos de vuelta a casa, sonriendo con un ramo de flores de bienvenida. Diez años en cárceles que te matan (¡diez!) poco a poco; es mucho el goteo de la presión sobre ellos.

La máscara del capitalismo en “régimen democrático” es tan cruel como sus multinacionales en cadena de explotación, ruin como su hipocresía, corrosivo y criminal, máquina de intereses donde para conseguir su expansión genera guerras intermitentes: de destrucción humana, económicas, golpistas… “como inevitables”, ejercidas como el dictador cuando tenía colonias por medio mundo, a los presos mas firmes en conciencia si no los mataban los alejaba a miles y miles de Km a Guinea, al Sahara, a Cuba, a Filipinas… Algunos morían en el trayecto, otros morían al poco de llegar por desnutrición y enfermedades, otros de palizas, y los que lograban sobrevivir se volvían locos. A los revolucionarios anticolonialistas como el venezolano Miranda y el cubano José Martí, el recorrido de la dispersión fue a la inversa, traerlos de América a la península. Miranda murió en una cárcel torreón en Cádiz y Martí combatiendo por la independencia de Cuba. La dispersión, el alejamiento, es un arma que utilizan los gobiernos fascistas para doblegar al preso revolucionario, a su organización, y a su entorno más cercano.

(Como diría el escritor P. Sorozabal)

¡Son gente encantadora estos gurús de la izquierda impoluta…! Hoy hay organizaciones y partidos que se denominan de “izquierda” que apoyan directa e indirectamente (la dispersión) con su silencio ésta práctica inhumana y fascista. Ante esta situación solo cabe la lucha persistente para que este sistema penitenciario criminal acepte las condiciones humanitarias mínimas que un preso político debe tener. Muchos deberían estar en casa por haber cumplido la condena. Por estar enfermos, condenados bajo torturas, en muchos casos retenidos, detenidos, por simple venganza, repudio… El preso vasco Unai Parot, lleva en las cárceles españolas más de ¡28 años!!! siempre dispersado, siempre lejos de su familia, de sus amigos y siempre en condiciones extremas. Debería estar en la calle hace mucho tiempo pero ahí lo tienen en sus mazmorras como escarmiento, venganza de un sistema cruel e inhumano. Decía Unai Parot en 1997: “Con frecuencia, la protesta no desgasta más que la cotidianidad . Sobre todo cuando ésta viene dada en unas condiciones de miseria, de carácter punitivo. La imposibilidad de protestar si que desgasta”

En los meses julio-agosto del 2004 antes del triunfo de el Frente Amplio uruguayo, me encontraba en la ‘Carpa de la Resistencia y la Dignidad’ en Plaza Fabini de Montevideo; el reclamo era justísimo tanto como su enfoque, y la proclama brechtiana como principio, encajaba totalmente conmigo, que en palabras de Bertolt Brecht, quiere decir “No acepten lo habitual como una cosa natural:

pues en tiempos de confusión ORGANIZADA

de arbitrariedad CONSCIENTE

de humanidad DESHUMANIZADA

nada debe ser natural, nada debe ser imposible de cambiar”

PD. En la década de los ochenta casi un centenar de vascos fueron expulsados del

Estado francés hacia diversos países americanos y africanos. Con el fracaso de las conversaciones de Argel en 1989, un nuevo grupo de exiliados fue deportado nuevamente. Como en el siglo XVIII y XIX, las rutas de los desterrados crearon espacios de vida desconocidos, llenos de tragedias y esperanzas… (Pilar Iparragirre: “Deportación, el mal menor”)

¡Y lo justo y lo necesario no se detienen jamás! (José Martí)

Maité Campillo (actriz y directora de Hatuey` Teatro Indoamericano)

 

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