lahaine.org
Nacionales E.Herria, Mundo :: 23/05/2021

'La población no olvida su pasado soviético y mantiene viva la memoria histórica antifascista'

Andoni Baserrigorri
Entrevista con EH Donbass

"La población no olvida su pasado soviético y mantiene viva la memoria histórica antifascista y socialista". Entrevista de Andoni Baserrigorri a EH Donbass

 Llevamos varias semanas asistiendo a noticias alarmante que nos vienen del Este europeo. Se diría que el gobierno neofascista de Ucrania provoca a las repúblicas “rebeldes” de Lugansk y Donetsk bombardeando a la población civil, provocando, no solo daños materiales, sino lo que es peor, muertos inocentes, niños y niñas incluidas y llevando la situación a un polvorín que podría estallar con unas consecuencias imprevisibles.

Decimos imprevisibles porque tras estos movimientos de tropas y bombardeos se sitúa la provocación de la banda criminal OTAN a Rusia en su incesable acoso y el apoyo de la administración Biden, con un gaseoducto como telón de fondo.

Hemos conversado con EH-Donbass, colectivo internacionalista vasco que trabaja en la solidaridad con estas personas que dignamente, han decidido morir antes que vivir bajo un régimen fascista.

Antes que otra cosa y como es un conflicto que ya viene de años, estaría bien que hicieseis una pequeña historia del mismo, como se inicia, como se desarrolla…

El conflicto como tal estalla con el Euromaidan, pero tiene sus antecedentes en las llamadas revoluciones de colores auspiciadas por los EEUU en los antiguos países del bloque socialista del Este de Europa. En Ucrania, entre 1994 y 2005, gobernó el país Leonid Kuchma que digamos impulso una entente oligárquica entre los dos segmentos sociopolíticos del país, la nacionalista étnica (pro-occidental) por un lado y por otro la partidaria de una hermandad entre los eslavos (“prorusa”).

 Pero cuando Kuchma estaba a punto de abandonar el poder, los EEUU pusieron en marcha una estrategia para extender su influencia en el espacio postsoviético, y esto en Ucrania se tradujo en la llamada Revolución Naranja, que supuso que las fuerzas pro-occidentales ucranianas rompieran el consenso oligárquico y apostaran por la confrontación con el sector “pro-ruso”. A partir de la Revolución Naranja y tras las sucesivas elecciones, gobernarían los occidentalistas para posteriormente hacerlo los “pro-rusos”, hasta que en 2014 se produce el golpe de Estado del Euromaidan o Maidan que derroco al presidente legítimo Yanukovich, el político y oligarca “pro-ruso” que había rechazado una alianza comercial de Ucrania con la Unión Europea. A partir de entonces, el nuevo gobierno ucraniano (en el que se incluían varios ministros del partido neonazi Svoboda) comenzó a implementar medidas ultranacionalistas y revisionistas contra los sectores “pro-rusos”, que incluía la persecución cultural, lingüística, económica y política. 

De esta manera se ilegalizó al Partido Comunista de Ucrania que en la década anterior había tenido bastante fuerza, se comenzó a perseguir el idioma ruso, se demolieron monumentos de la época soviética o se empezó a hostigar físicamente a los antifascistas que se oponían al golpe de Estado del Maidan. El nuevo gobierno ucraniano surgido del golpe justificaba sus acciones como respuesta a una supuesta injerencia rusa. Por otra parte, este Gobierno ha tenido todo el aval por parte de Occidente, puesto que ha aceptado las medidas de ajuste que la FMI y la Unión Europea querían poner para Ucrania. Esto ha traído una especie de círculo vicioso, ya que junto estas medidas, vienen unas ayudas, pero condicionadas a que Ucrania intentase reconquistar todo el territorio pre-2014. Por tanto, reformas económicas de ajuste y guerra están unidas en un yunque fatal. Hay que tener en cuenta que este nuevo Gobierno ucraniano nació por nombramiento de las diversas potencias extranjeras, como bien mostraron las conversaciones de la entonces representante de EE.UU. para Europa, Victoria Nuland. Es un Gobierno totalmente sumiso a Occidente.

Uno de los lugares donde más oposición al golpe hubo fue en la península de Crimea, donde la mayoría de la población se consideraba rusa. Crimea fue rusa hasta 1954 –cuando en la URSS hubo un ajuste territorial interno, Crimea pasó de Rusia a Ucrania-, y en los 90 hubo movimientos, incluso un referéndum para volver a Rusia, que finalmente no se materializó, pero era un deseo que permanecía latente. Allí, como respuesta al golpe de Estado, los Gobiernos de República Autónoma de Crimea y de la ciudad de Sebastopol rompieron con Ucrania, y el nuevo gobierno convoco un referéndum de autodeterminación para decidir el futuro político de la península. El 16 de marzo se realizó el referéndum que se saldó con un 97% de votos favorables a la unión con la Federación Rusa. Si bien es cierto que los paradigmas de Crimea y Donbass son diferentes (en Crimea era mayor y más indiscutible el deseo de unión a Rusia, en Donbass se ha visto más relación con la tradición soviética), es cierto que la ruptura de Crimea ha podido servir como un estímulo para Donbass.

En el Este de Ucrania, donde la población es mayoritariamente étnicamente rusa, las protestas antifascistas mayoritarias se sucedieron por lugares como Jarkov, Donetsk o Lugansk. Cabe decir, que en primera instancia, a diferencia de Crimea, estos movimientos no eran claramente separatistas respecto a Ucrania, buscaban más la protesta hacia la nueva situación y la fascistización de Ucrania, haciendo demandas como descentralización o federalismo. En abril el gobierno golpista de Kiev dio inicio a una operación “antiterrorista” –a pesar de llamarse así se trata de una movilización militar, con el Ejército, no con la policía- en Donbass, que fue justificada con la excusa de una intervención militar rusa que nunca existido. En mayo se produjo la matanza de la Casa de los Sindicatos de Odessa, donde una turba fascista asesino de manera cruel a decenas de manifestantes antiMaidan; así como los bombardeos en Mariupol y Slaviansk. Esto aceleró los acontecimientos y ese mismo mes se celebrarían sendos referéndums de autodeterminación en los oblast (provincia) de Donetsk y Lugansk que dieron como resultado la creación de la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL).

Desde entonces la guerra se generalizó causando miles de víctimas y refugiados. Se sucedieron los crímenes de guerra por parte del ejército ucraniano, destacándose en ellos los paramilitares de extrema derecha. Posteriormente, pese a los Acuerdos de Minsk de otoño de 2014 y febrero de 2015 la guerra ha continuado, aunque con bastante menos intensidad los últimos años debido principalmente al establecimiento de un frente de guerra fijo, digamos que de una guerra de trincheras.

La propaganda occidental niega que el gobierno ucraniano sea fascista… ¿Qué replica daríais?

Bueno, si nos atenemos a una definición digamos que académica para definir lo que es el régimen de Ucrania, no podemos hablar de un Estado fascista como tal, no al menos en parámetros similares a lo que supusieron los movimientos de extrema derecha del periodo de entreguerras del siglo XX como el fascismo en Italia o el nacional-socialismo en Alemania. Ahora bien, tampoco podemos hablar que en Ucrania exista una democracia liberal o burguesa de carácter parlamentario que sea homologable a los países de Occidente, aunque con esto no queremos decir que en el bloque occidental los regímenes parlamentarios sean la panacea democrática en clave de libertades y justicia social.

Si nos ceñimos a la realidad, lo cierto es que los partidos de extrema derecha ucranianos (Pravy Sektor, Cuerpo Nacional…) son extraparlamentarios. Hoy en día ninguno de ellos consigue el suficiente porcentaje de votos para entrar en la Rada (Parlamento ucraniano) directamente, aunque si hay que señalar que hay parlamentarios de ideología y trayectoria ultraderechista que se ha presentado en las filas de partidos conservadores como independientes, o elegidos en votaciones de circunscripciones uninominales –en el sistema ucraniano, la mitad de los parlamentarios se eligen mediante listas de partidos en un única circunscripción nacional, y la otra mitad en votación directa en circunscripciones uninominales-.

Lo que ocurre en la Ucrania de hoy es que las bandas fascistas gozan de la impunidad de los jueces y de los poderes estatales para campar a sus anchas. Desde el golpe de Estado de 2014 los distintos gobiernos han asumido las tesis identitarias, lingüísticas, culturales etc. del ultranacionalismo étnico ucraniano, y tratan de imponerlas al conjunto de la población, que recordemos habla tanto ruso como ucraniano además de otras pequeñas lenguas. Pero no solo esto, recordemos que el comunismo está perseguido e ilegalizado en Ucrania desde el golpe de 2014.

Se puede decir que en Ucrania el Estado ha asumido buena parte del discurso de la extrema derecha; como la glorificación de los líderes históricos fascistas, la asunción de estos símbolos, de una visión de la historia de Ucrania cercana al fascismo, del intento de desterrar otros idiomas…

 Otro sambenito es que los rebeldes son pro-rusos…

Bueno, lo cierto es que los rebeldes son étnicamente rusos, por lo tanto se sienten parte del mundo ruso. Pero el conflicto no estalla porque la población del Donbass quisiera unirse a la Federación Rusa. No. Antes del golpe de Estado de 2014 el Donbass se sentía ucraniano, pero este sentimiento de pertenencia se entendía como parte de una identidad eslava conjunta, de hermandad, no en vano rusos, bielorrusos y ucranianos tienen un mismo origen cultural y lingüístico, incluso histórico.

Cabe decir que el Donbass siempre ha sido étnicamente una región con mayor presencia étnica rusa que ucraniana, o en términos antiguos, mayor presencia “granrusa” que “pequeñorrusa”. Si el Donbass, que no olvidemos se declaró independiente por primera vez en febrero de 1918, con la República Soviética de Donetsk-Krivoi Rog, fue parte de Ucrania hasta 2014, es porque el Gobierno soviético lo metió dentro de la República Soviética de Ucrania. Por ello, la ucraniación del Donbass se hizo vía URSS; ellos se sentía ucranianos por soviéticos, o por lo menos, por ser parte de una Ucrania más o menos vinculada con Rusia, como entre 1991 y 2014. Una Ucrania enfrentada a Rusia es algo incomprensible en el Donbass.

¿Porque pensáis que hay tanto “izquierdista” que apoya “procesos de autodeterminación” como el de Kosovo o se posiciona junto a los monjes reaccionarios de Nepal, pero en cambio ponen tantas pegas a la autodeterminación de Crimea? Es muy curioso…

En parte de la izquierda hay instalada cierta rusofobia que lleva a pensar que Rusia es un país imperialista y anexionista, cuando la realidad no es así. Rusia no cumple ninguno de los requisitos esgrimidos por Lenin en sus estudios sobre el imperialismo para llegar a la conclusión de que las políticas del Kremlin sean imperialistas. Eso lleva a ciertas personas y organizaciones a hacer análisis erróneos y a abrazar cualquier causa que a priori parezca justa...pero si analizamos detenidamente el caso por ejemplo de Kosovo, podemos ver que detrás está la mano de intereses geopolíticos occidentales.

Antes de entrar de lleno en los últimos acontecimientos... ¿Qué papel pensáis que tiene de trasfondo el tema del gaseoducto ruso de Nord Stream?

No se puede descartar que el recrudecimiento de la agresión ucraniana contra el Donbass de los últimos meses se deba al interés final de los EEUU de aumentar la tensión hacia Rusia y de presentarla como un enemigo de Occidente y de la “libertad”, y así, de esta manera, presionar a Alemania para que rompa sus acuerdos comerciales sobre el gaseoducto Nord Stream.

¿Qué pensáis que persigue Ucrania? ¿Recuperar el control sobre Donbass o creéis que algo más?

Ucrania sabe que no puede ganar la guerra en el Donbass y lo que está haciendo es alimentar el conflicto para contentar a EEUU en su acoso a Rusia. Si bien es cierto que durante una época, sobre todo entre 2014 y 2015 se acarició el “escenario Krajina”, una especie de guerra relámpago, actualmente esa no es una solución realista. Pero por otro lado, muchos créditos que recibió Ucrania de Occidente están relacionados con la reconquista de todo el país (no en vano, Donbass es la zona más industrial), por tanto tampoco puede abandonar la guerra. 

El gobierno ucraniano está vendiendo la imagen de que la guerra es una agresión rusa contra su soberanía y esta actitud le supone recibir el apoyo militar, económico y político de Washington. Todo forma parte de un gran tablero geopolítico mundial donde el enemigo a batir por el imperialismo es Rusia, en su afán de controlar sus grandes recursos naturales que ahora mismo no controla como cuando gobernaba Yeltsin en Rusia. Recordemos que Yeltsin fue el artífice de la caída de la URSS y como amigo de los EEUU fue el principal responsable de la entrada del neoliberalismo más salvaje en Rusia que llevo al país a un amplio empobrecimiento de su población y al robo generalizado de los bienes públicos por parte de los oligarcas. 

Con Putin, aunque este sea un capitalista, esto cambia y la Federación Rusa se aleja de la influencia yankee para trazar su propio camino independiente alejado de las recetas económicas neoliberales auspiciadas por Washington. Esto es lo que no le gusta a EEUU que es cuando decide poner en su punto de vista imperialista en Moscú.

Desgraciadamente el pueblo del Donbass es quien sufre las consecuencias de esta situación.

 Las milicianas y milicianos… ¿Qué capacidad de respuesta pensáis que tienen ante estas provocaciones?

Al principio de la guerra las Milicias Populares de la RPL y de la RPD han demostrado su operatividad militar y en los últimos años vienen demostrando su capacidad de resistencia frente a las constantes agresiones del ejército ucraniano pero a costa de estar pagando un alto precio en bajas que son prácticamente diarias. Las milicias muestran una gran capacidad defensiva, incluso de contraataque (mediante las técnicas de “tenazas” y embolsamiento), pero no tienen capacidad ofensiva, entre otras cosas por falta de medios técnicos para ello y por inferioridad numérica.

Hay que tener en cuenta que entre 2015 y 2016 las milicias han evolucionado de un modelo digamos, voluntarista y de multicefalia, basados en comandantes carismáticos, a otro más cercano a ejércitos regulares convencionales.

A día de hoy las Milicias Populares tienen prohibido responder militarmente a los ataques ucranianos y se limitan a mantener sus posiciones en la línea del frente. Son contadas las ocasiones en las que las Milicias responden.

 ¿Están muertos entonces los acuerdos de Minsk?

Los únicos que apuestan por mantener vivos los Acuerdos de Minsk son la Federación Rusa y las Repúblicas Populares, por eso las Milicias Populares de la RPD y la RPL no responden a las agresiones ucranianas salvo en muy contadas ocasiones. Ucrania incumple permanentemente los acuerdos que establecen entre otras cosas, se tiene que dar un alto el fuego o que no se pueda acumular armamento pesado cerca de la línea del frente.

Está por ver, pero de momento los Acuerdos de Minsk son papel mojado por la actitud de Ucrania, que no olvidemos está recibiendo el apoyo incondicional de Occidente. Por otro lado, cabe decir que la parte política de los acuerdos de Minsk no se ha puesto en marcha, ni siquiera se han desarrollado los mecanismos para ello.

 ¿Pensáis que la banda criminal OTAN puede dar el paso de intervenir? ¿Qué pensáis que haría Rusia en ese caso?

Es difícil saberlo tratándose de la OTAN, pero no parece que se vaya a involucrar directamente en la guerra del Donbass. De todas maneras la OTAN directamente no, pero varios de sus principales socios se han involucrado en la guerra del Donbass apoyando militarmente a Ucrania bien con ayuda económica, como los EEUU, o bien mandando instructores para entrenar a los militares ucranianos, como ha sido el caso de Canadá o Gran Bretaña; o incluso en el caso de Polonia o Lituania, incluso han formado cuerpos mixtos con el Ejército ucraniano. Tampoco podemos olvidar que los países que conforman la OTAN han dejado vía libre a que ultraderechistas de sus respectivos países participen como voluntarios en las milicias paramilitares de corte fascista que han operado en el Donbass con el ejército ucraniano. Una especie de nueva red Gladio.

Por ahora parece que Occidente (EEUU, UE, OTAN…) se conforma con tener una Ucrania “beligerante” frente a Rusia y no necesita más para alimentar en la opinión publica occidental la imagen de una Rusia agresiva y expansionista que amenaza las democracias occidentales.

Y sobre lo que haría Rusia en caso de una intervención de la OTAN en el conflicto, como comentamos, parece que esa posible intervención es una hipótesis lejana aunque nunca se sabe... nos inclinamos más por pensar que ninguno de los dos se plantea tal escenario.

 Sabiendo que no tenéis una bola de cristal... ¿Cómo pensáis que acabara todo este asunto? ¿Tiene solución militar sabiendo que sus consecuencias podrían afectar a toda Europa?

Nosotros hemos hablado con voluntarios internacionalistas que han combatido en Donbass, y todos coinciden en que todo indica que la guerra del Donbass se va a convertir en un nuevo llamado conflicto congelado del espacio postsoviético. De hecho, aunque la guerra nunca ha parado, digamos que desde 2016 la contienda bélica ha bajado mucho en intensidad si lo comparamos con el periodo de 2014-2015, que es cuando se produjeron el mayor número de víctimas que recordemos suman ya más de 13.000 muertos.

Ucrania sabe que no puede ganar la guerra por su cuenta y las Milicias Populares de la RPL y la RPD ya han renunciado a liberar Ucrania de la influencia y mando ultranacionalista.

 Ya la última pregunta… Entre los resistentes de Donbass ¿Qué peso real tienen los comunistas?

Nuestro Comité no es una organización comunista, así que no mantenemos contactos con organizaciones comunistas del Donbass y no podemos decir mucho sobre esto. Lo poco que sabemos es que ha habido destacamentos comunistas luchando en el bando antifascista del Donbass, pero no eran muy grandes salvo la Brigada Prizrak que combatió en la RPL y donde sus miembros eran mayoritariamente comunistas o socialistas. La Prizrak se disolvió tras la militarización de las Milicias de Autodefensa, que fueron las milicias originarias que se organizaron contra el golpe de Estado de 2014 en Ucrania.

Luego también está el hecho de que sin estar integrados en estructuras propiamente comunistas, hay gente comunista luchando en los batallones de las Milicias Populares.

Respecto a los partidos comunistas, hay que decir que con la independencia de las repúblicas del Donbass las estructuras de lo que era el Partido Comunista de Ucrania se convirtieron en los partidos comunistas de la RPD y de la RPL. Pero a día de hoy, por lo que sabemos, no tienen mucha fuerza.

Otra cosa es la presencia de simbología comunista en el Donbass. Eso sí, está bastante extendido y forma parte del imaginario colectivo de la población, que no olvida su pasado soviético y mantiene viva la memoria histórica antifascista y socialista. Si bien de ello no se puede desprender automáticamente una adhesión a la ideología marxista-leninista, sí que debemos decir que sí muestra cierta adhesión a algunos valores colectivistas, solidarios, de orgullo obrero que forman parte de la cultura de la población.

Bueno, pues eskerrik asko por las respuestas y estaremos atentos a las informaciones que vengan de allí y que vosotros aportáis

https://baserrigorri.blogspot.com

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal