Elecciones en la CAV: El que controla la especia controla el universo
'Dune' es una novela escrita por Frank Herbert en 1965, también transformada en película en 1984 a manos del director David Lynch. Ha sido denominada muchas veces como 'El señor de los anillos' de la ciencia-ficción y creo que no anda desencaminado tan gran título. En el universo de 'Dune' toma centralidad el planeta Arrakis (al que precisamente se le llama Dune, un planeta árido lleno de desiertos y dunas) ya que es el único sitio del universo conocido donde se puede conseguir una especia llamada melange la cual es solo producida por unos inmensos gusanos de arena. Esta especia produce en el consumidor una esperanza de vida larga, gran vitalidad, y elevada cognición además de tener la posibilidad de desatar diferentes poderes. La especia es una droga y dejar de ingerirla causa la muerte, sin embargo es consumida ampliamente ya que aumenta la expectativa de vida en varios siglos. Debido a la rareza de este producto y a su ubicación única, a nivel político en ese mundo ficticio se dice que quien controla la producción de la especia controla el destino del universo.
Yo nací entre fronteras de Santutxu y Alde zaharra. O sea, en Bilbo, que soy de Bizkaia, vaya. Digo esto en antelación a lo que voy a decir a continuación para que así la persona que quiera pueda interpretarlo simplemente como centrismo ombliguista aunque sinceramente no sea el caso.
Cinturón de hierro
El Gran Bilbao es una comarca no oficial compuesta por todos los municipios dispuestos a lo largo del Nerbion. Esto comprende al propio Bilbo, las dos márgenes, la zona minera, el valle de Asua y el Alto Nerbion. Esta zona geográfica muy pequeña territorialmente comparada con el resto de Euskal Herria tiene 1 millón de habitantes. Esto supone que un tercio de los habitantes de Euskal Herria es de allí y que casi la mitad de los habitantes de la CAV también lo son.
Fue en el Gran Bilbao donde nació el movimiento obrero vasco, el nacionalismo vasco, el PNV, el nacionalismo revolucionario vasco, EAE-ANV, la izquierda abertzale y ETA. Fue en el Gran Bilbao donde se asentó la oligarquía vasca, la burguesía vasca y el españolismo. A partir de ahí empezó a extender tentáculos. Nada de ninguna de estas cosas ha sido fruto de las “ideas” o de una casualidad sino de una realidad material concreta.
El origen espacial del nacionalismo vasco post-carlista es el Gran Bilbao, y el otro origen espacial de la derivación post-carlista llegaría a ser Iruñea. Donde ocurriría algo más similar de lo que se suele pensar solo que con otros barnices y características debido a un hecho clave. El surgimiento del capitalismo moderno en Euskal Herria.
En la Euskal Herria occidental tras la invasión de las carlistadas que elimina los últimos rastros de soberanía es donde hace que se abra la puerta al “desarrollo” capitalista donde adquiere mayor dinamismo, y la sociedad comienza a diversificarse como sociedad burguesa (con la aparición de todo un conjunto de clases sociales propias, especialmente con el surgimiento del proletariado); frente al otro punto, Iruñea, que sigue dormitando en las estructuras de la sociedad tradicional. En uno emerge una burguesía (junto con sus capas subalternas burguesas) en el otro siguen dominando las capas terratenientes; en ambos, las clases dominantes son “españolas” (por interés), su proyecto político fraccional no discute el régimen de dominio, que el Estado (español) representa, se acomodan a él.
Y el acomodamiento post-carlista, aunque parezca mentira, es en realidad la fase política que aún no se ha logrado superar pese al paso de los años. El intento de superación del post-carlismo acomodado es en realidad la fase histórica en la que nos encontramos. De ahí, entre muchas otras razones, desde una perspectiva política, institucional, económica, nacional y de lucha de clases, el único sujeto que puede superarlo es el pueblo trabajador vasco o navarro, que es lo mismo, mediante su emancipación nacional y social. Ya que el régimen no es Barcina, ni Urkullu, ni UPN ni PNV… ellos son los herederos de los que se acomodaron en él.
En este juego por tanto el Gran Bilbao representa el vortex y la piedra angular, el que lo controle, controlará el destino. Y algo materialmente imposible es que lo controle el pueblo trabajador vasco y la burguesía vasca al mismo tiempo.
El Gran Bilbao solo se puede controlar o con la mentira o con la unidad de fuerzas de la clase trabajadora y los sectores más desprotegidos. Desde la venta de los planos del cinturón de hierro hasta las elecciones de ayer, la mentira ha sido la ganadora.
Con normalidad anti-democrática y sin sorpresas
Creo que poca gente se habrá sorprendido de los resultados electorales de ayer. Unos resultados donde el PNV se ha llevado de calle el triunfo, aumentado su ya de por sí hegemonía electoral. Unos resultados que no solo asentarán el continuismo de lo visto hasta ahora a nivel institucional sino que reforzarán la apuesta de la burguesía vasca por seguir bloqueando cualquier vía hacia la independencia, el ahogamiento de la respuesta social a las cada vez peores condiciones de la clase trabajadora vasca y en general de mantenerla anestesiada y en dependencia.
Ante esta situación no se puede cerrar los ojos y seguir viviendo con verdades que son mentira. No existe una mayoría parlamentaria a favor del derecho a decidir entendido éste como el derecho de autodeterminación para Euskal Herria donde todos los proyectos, incluido el independentista estén en igualdad de consecución. Sencillamente porque no existe una mayoría parlamentaria a favor del derecho de autodeterminación. El PNV solo quiere consensuar un estatuto de autonomía y no está a favor de una consulta donde entre la independencia, algo a lo que se posiciona en contra, no simplemente por declaraciones realizadas en ese sentido sino por hechos demostrados. Seguir cerrando los ojos a esta realidad impide crear las condiciones óptimas de preparar el camino hacia la autodeterminación e independencia.
Los resultados de EH Bildu siguen la tónica descendente. Esta vez han sido 4 escaños y decenas de miles de votos los perdidos. La tónica descendente se puede entender como lineal, creyendo que todas las elecciones son iguales o dialécticamente. En ninguno de los casos son resultados buenos, lo que indican es pérdida continuada, mayor o menor dependiendo de la coyuntura y marco electoral. Pero pérdida.
Los resultados de Podemos tampoco son buenos y a la inversa de EH Bildu (su número de votos tenderá a subir según la distancia del marco electoral) se han quedado algo más cortos de lo esperable.
Pese a las diferencias entre EH Bildu y Podemos, la imposibilidad que han tenido frente al PNV parten de una misma base. Que han dado la batalla por pérdida mucho antes de que se produzca dando la posibilidad al PNV para que se refuerce.
Inexplicablemente para sus intereses electorales, Podemos dio un giro a la derecha, que le puso a la derecha de EH Bildu y colocó de cabeza de cartel a una representante que tranquilamente y sin despeinarse podría pasar por representante del PNV y la burguesía vasca, con chalet de un millón de euros incluido. EH Bildu por su parte ha seguido la tónica de los últimos años malviviendo para que le haga caso el PNV lo que al mismo tiempo blanquea y centraliza políticamente al PNV dándole pie para aumentar su hegemonía.
Desidia y dispararse en el pie
En los buenos resultados del PNV tiene mucho que ver la desidia de EH Bildu y Podemos. Desidia por parte de EH Bildu al intentar copiar mecánicamente el proceso catalán cuando éste se inició de manera popular y con una CiU quebrada e inmersa en la mayor crisis de su historia. Desidia por no hacer oposición real a la derecha vasca en medio de una crisis que está causando tanto dolor a la clase trabajadora vasca sino continuos guiños y llamadas a la colaboración como si el PNV podría apostar por los intereses de la clase trabajadora pese a contar con otros intereses de clase o un proceso de autodeterminación cuando no le interesa la autodeterminación., para ello inventaron el concepto de derecho a decidir (un estatuto de autonomía).
Desidia por parte de Podemos, por dejarse llevar por el centralismo que emana de Madrid, no incomodarse por actuar a modo de sucursal y rebajar de forma continuada y firme cualquier planteamiento con tal de supuestamente tomar una centralidad política, aunque éste sea un giro a la derecha que en realidad le reste espacio o mimetizarse electoralmente con otras formaciones haciendo que no pueda superar al original.
Perder oportunidades y situación lamentable
Lo lamentable de todo esto es que realmente existe una mayoría social a favor de la autodeterminación y con posicionamientos a la izquierda, por lo que no hubiera sido imposible que una fuerza o alianza de fuerzas al grito de PNV KANPORA y con un programa social y planteamientos nacionales hubiera tenido posibilidad de ganar las elecciones presentando una dura y difícil batalla de confrontación en el Gran Bilbao donde se concentra gran parte de la explotación (pero presentándola), sin la cual tenemos PNV para rato, o sea, autonomismo y derecha.
Esta fuerza o alianza de fuerzas es posible que esté siendo bloqueada por la desidia y el partidismo. Por esquemas mentales que no responden a la realidad cotidiana de la clase trabajadora vasca de hoy. Es bastante probable que una plataforma electoral con representantes de la clase trabajadora y no políticos profesionales sin la necesidad de que por ejemplo EH Bildu o Podemos se presenten sino que le den el apoyo podría cambiar el panorama institucional de la CAV como nunca antes se ha cambiado y ser un elemento más junto a la necesaria ofensiva nacional y social popular que hay que desarrollar y que también precisamente está siendo ralentizada por el institucionalismo, para que las cosas empiecen a cambiar. Mientras tanto dios y las viejas leyes intentarán seguir su viaje que consiste en que la izquierda vasca nunca levante cabeza o tenerla sumisa a sus pies. Hoy ya tienen más herramientas que ayer.