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Nacionales E.Herria :: 30/04/2014

Aracnofobia

Borroka Garaia
Paredes mudas como en la dictadura, es parte del refranero popular. También quieren mudos los muros de las redes sociales y las páginas de internet.
Antes de la gran expansión que tuvo internet, la policía se dedicaba a perseguir a personas que repartían panfletos en la calle o pegaban carteles de contenido político crítico con el estado de las cosas. Los pocos medios de comunicación fuera del circuito controlado por el capital tenían que superar múltiples barreras para abrirse paso y además sufrir una coacción y persecución similar. Todo eso sigue ocurriendo igual, pues la guerra por el control de la información y la opinión es uno de los pilares de todo estado totalitario como el español, hijo del franquismo. Sin embargo, ahora existe un nuevo factor debido a la expansión social de nuevas tecnologías como la red de redes llamada internet. Internet, como cualquier otra herramienta, dependiendo de su uso tiene sus cosas negativas e impactos que pueden hacer retroceder a la sociedad en algunos campos. Pero hoy no voy a escribir sobre ello, sino sobre factores positivos. Uno de ellos supone, aunque sea parcialmente, la erosión de ese monopolio informativo. Otro, la creación de opinión en sentido horizontal. Para ello existen diversas herramientas como las redes sociales donde sin esperar “opiniones certificadas” ni prefabricadas, los usuarios y usuarias hacen uso de una teórica libertad de expresión, donde se comparten puntos de vista, fotografías e informaciones. Digo teórica, porque internet si en un principio fue un proyecto militar yankee desechado por falta de seguridad, hoy en día no sigue estando en manos diferentes. El espionaje y el control es exhaustivo. Pues para los estados y el capital es un arma de doble filo. Lo mismo ocurre para los y las de abajo. El estado español. Un estado en descomposición a todos los niveles, no puede permitirse ese fluir libre de opiniones. Porque obviamente hay que ser un auténtico borrego acostumbrado al menú de los mass mierda para tragar lo que un día si y otro también nos echan encima. Le resulta tremendamente desagradable que “ciudadanos” de a pie, fuera de los marcos de control mediático del estado, piensen por sí mismos, saquen fotos que no se quieran ver y las publiquen o hagan llamamientos a movilizaciones. Paredes mudas como en la dictadura, es parte del refranero popular. También quieren mudos los muros de las redes sociales y las páginas de internet. Es eso, y ningún otro motivo más por el cual en las últimas horas han sido cobardemente detenidas decenas de personas en una operación-montaje más falsa que un duro de cartón de los que llevan fusiles para ponerlos en manos de niños en el colegio, bautizada estúpidamente como la araña. El patetismo alcanzado por el estado español en su cruzada para extender el miedo no tiene límites. Pero la única alternativa que tienen son los campos de concentración masivos y poner verjas al pensamiento. Lo segundo lo tienen bastante jodido. El mensaje real de estas detenciones es precisamente el propio miedo del estado a que los privilegios de unos pocos y la opresión nacional de los pueblos sean aplastadas y pasen a la historia junto a unos métodos represivos dignos de la inquisición. La araña en el ojo de la cerradura Una araña, después de haber explorado toda la casa, por dentro y por fuera, pensó meterse en el ojo de la cerradura. ¡Qué refugio ideal! ¿Quién podría descubrirla jamás, allí dentro? Ella, en cambio, asomándose al borde de la cerradura, podría mirar a todas partes sin riesgo alguno. – Allí – decía para sí, observando el umbral de piedra – tenderé una red para las moscas; más allá – añadía, mirando el escalón – tenderé otra para los gusanos; aquí cerca, en el marco de la puerta, armaré una trampa pequeña para los mosquitos. La araña se regocijaba. El ojo de la cerradura le daba una seguridad nueva, extraordinaria; tan oscuro, estrecho, como un estuche de hierro, le parecía más inaccesible que una fortaleza, más seguro que cualquier armadura. Mientras se deleitaba con estos pensamientos, le llegó al oído un rumor de pasos; prudente, se retiró entonces al fondo del refugio. Alguien estaba a punto de entrar en casa. Una llave tintineó, enfiló el ojo de la cerradura y la aplastó. Aprendo que: Debemos ser realistas al planear nuestras acciones teniendo en cuenta las ventajas y desventajas. Leonardo da Vinci

 

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