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Nacionales E.Herria :: 18/02/2015

Código ético: El de clase

Boltxe Kolektiboa
No queremos otro código de conducta y actuación que nuestra conciencia de clase y nacional demostrada en la larga tradición de luchas llevadas a cabo por el proletariado vasco

Con respecto a la polémica que ha surgido en las últimas semanas sobre el tema del nuevo consejero de Trabajo del Gobierno Vasco, cuando menos resulta alarmante ver como dos de las principales organizaciones que forman lo que llaman la nueva Izquierda Abertzale, LAB y Sortu (a través de Bildu), tienen opiniones totalmente contrarias sobre el tema.

Cuando se duda de la identidad propia se recurre a la alienación de la persona. Siempre ha sido una constante nuestra el saber que la conciencia de identidad como nación es la que ha mantenido la lealtad en la lucha del pueblo trabajador vasco a lo largo de nuestra historia reciente lo que junto al apoyo en la memoria y la actualización consciente en las nuevas realidades permitieron mantener el rumbo del movimiento obrero y popular hacia el objetivo final de la liberación nacional y de clase, elementos inseparables.

No pretendemos incidir en la solución de los problemas internos del gobierno vascongada, al final y al cabo esa no es nuestra guerra. Únicamente pretendemos dejar claro que en nuestra Euskal Herria, con un 90% de población que no tiene otra aportación posible a la economía de su país que la de su fuerza de trabajo, el proletariado es la única clase sobre la que se puede construir el país, a pesar de que se le pretenda interpretar y diriguir con códigos éticos y legislaciones ajenas a su pueblo y a su clase. Porque no olvidemos que las peticiones que se hagan de cumplir las leyes en este o en cualquier otro caso, lo único que harán será pedir que se cumplan unas leyes españolas o francesas, pero nunca las leyes decididas de forma libre por las personas que vivimos y construimos Euskal Herria.

Se equivocan quienes pretendan crear un poder constiuyente desde la izquierda o la derecha, apoyándose en el respeto a las leyes injustas extranjeras, da igual que sean las que condicionan la Administración Concursal, las que obligan a la colocación de banderas extranjeras o cualquier otra, dado que dichas leyes han sido escritas e impuestas para dirigir y rubricar el dominio de una minoría parásita y corrupta sobre la clase mayoriataria, es decir, sobre la clase trabajadora.

De la conciencia de nuestro ser nacional y de clase nace la subjetividad unilateral y universal que sólo desde una dialéctica revolucionaria puede secuestrar de la ignorancia y opresión los tristes espejismos que llaman «legalidad y democracia».

Se demuestra que sin independencia política, social y económica, a lo más que se puede llegar es a intentar minimizar el impacto de las decisiones empresariales según el propio criterio de la persona que aplique esas leyes, pero que no se podrá ir más allá, dado que esas mismas personas que aplican las leyes serán las que se encargen de que la expropiación de los expropiadores sea imposible.Ellos son los que guardan y perpetúan el pilar principal del sistema que es la propiedad privada,diluyendo la lucha de clases entre burguesía y proletariado a un problema de unas indemnizaciones más o menos grande (o pequeñas las mayorías de las veces) para esconder la lucha por el control de los medios de producciones nacionales.

Por todo ello, no queremos otro código de conducta y actuación que nuestra conciencia de clase y nacional demostrada en la larga tradición de luchas llevadas a cabo por el proletariado vasco durante su historía.

Boltxe Kolektiboa

17 de febrero de 2015

 

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