Comentarios sobre las doce recomendaciones del Foro Social

Durante dos días del mes de marzo de este año, un grupo de personas se han reunido en un autodenominado Foro Social «para impulsar el proceso de paz en Euskal Herria».

Ya en primer lugar nos preguntamos de qué proceso de paz hablan. ¿Existe tal proceso de paz? Pero ya antes de hacernos esta pregunta, deberíamos hacernos otra, ¿Euskal Herria necesita un proceso de paz? ¿O necesita un proceso de resolución del conflicto que la enfrenta a los Estados que la oprimen, el español y el francés? Desde luego los dos conceptos no son iguales.

Un proceso de paz, así, a secas, es aceptar la imposición de los Estados, es aceptar la sumisión del pueblo vasco a los Estados que la oprimen. Y es fácil llegar a una situación de paz, de esa paz de la que nos hablan hasta la saciedad, de ese proceso democrático del que ya estamos empachados. Se aceptan las reglas del juego de los dos Estados y ya está. Ya tenemos la tan traída y llevada «paz». Aquí no hace falta que se planteen siquiera las bases políticas del conflicto, para qué, lo único que se necesita es que un pueblo, el pueblo vasco en concreto, decida que no vale la pena luchar para liberarse de la opresión, que por encima de todo quiere la «paz».

Y es en ese sentido que el Foro Social plantea unas recomendaciones. Un texto en el que no se nombra en ningún momento ni al Estado español ni al Estado francés, partes fundamentales del conflicto, a lo máximo en algún punto se habla de algunas instituciones. A ellos nada se les pide, ni siquiera el reconocimiento de la existencia del pueblo vasco, el derecho del pueblo vasco a decidir su futuro. A lo largo del documento se habla de «proceso de paz», de «diálogo y reconciliación», de «solución integral a la cuestión de las personas presas y huidas» y de otras vainas por el estilo.

¿Y cómo se llega a todo esto? Las recomendaciones, todas, piden al pueblo vasco, a sus organizaciones, a sus presos y presas, a las personas huidas, que se olviden que son un pueblo, que se olviden que han luchado colectivamente, que han sido y son una piña que han luchado y luchan por la libertad de su pueblo. Ahora ya son individualidades que han de aceptar uno a uno, una a una, las condiciones que los Estados y en concreto el Estado español quiere imponerles. No hay solución global, no hay aceptación de que el problema de la existencia de la organización político-militar ETA es consecuencia de la situación de opresión en la que se encuentra el pueblo vasco. Lo que plantea este Foro es que ETA dé más pasos hasta desaparecer. ¿Se piensan que porque ETA desaparezca va a desaparecer el problema? Ni ETA ni las organizaciones de izquierda vascas son el problema.

Al pedir el tratamiento individualizado de las/os presos hace el juego al Estado al intentar despolitizar el conflicto. Ya lo intentaron en el norte de Irlanda, así que la estrategia no es nueva. Otra cosa es como acabó la huelga de hambre llevada a cabo por los presos del IRA y del INLA. Intentan demostrar que no son presos políticos, que son presos comunes, delincuentes peligrosos para la sociedad, obviando la base política del conflicto y la pertenencia de algunos de ellos a una organización político-militar o a organizaciones de carácter político el de otras personas.

No tiene en cuenta los pasos dados por esta organización, no tiene en cuenta los pasos no dados por los Estados, ni la continuación de la represión pura y dura contra militantes políticos vascos, ni el continuo recorte de libertades para realizar el más mínimo trabajo político o social. Y en vez de exigir a los Estados que acepten la base política del conflicto y el derecho de Euskal Herria a decidir su destino, lo que hace es pedir que se continúe dando, que se continúe en eso que se ha puesto de moda, en la «unilateralidad», es decir continuar poniendo la mejilla para que continúen pegándote.

¿Acaso toda esta gente se piensa que el pueblo vasco se ha vuelto masoquista? ¿Un pueblo que lleva años y años luchando para conseguir y conquistar su libertad?

En el documento se habla mucho de la reinserción de los presos y presas políticas vascas, de las personas huidas. Se habla de «construir una convivencia estable y duradera». ¿Pero una convivencia en base a qué?

Parece que las personas que han constituido este Foro Social y las que han dado publicidad a sus recomendaciones no comprenden que pueden salir todos los presos y presas políticas vascas, que pueden volver todas las personas huidas, pero... ¿cuánto tiempo tardará en haber nuevos presos y presas políticas vascas, nuevas personas huidas, si no se aborda el problema político que enfrenta los Estados español y francés con Euskal Herria?

El punto diez dice textualmente «recomendamos reforzar los mecanismos de control de las fuerzas y cuerpos de seguridad por parte de las instituciones y de la sociedad civil», o sea que está reconociendo que hasta la actualidad las fuerzas de ocupación han campado a su aire, con licencia de corso para hacer lo que les daba la gana. Pero esta recomendación no se se ve avalada por ningún gesto por parte de los Estados ni del gobiernillo de la CAV. Y como buena prueba tenemos como los diferentes gobiernos vascos, bien del PSOE-PP, bien del PNV, están manejando «la muerte accidental» de Iñigo Cabacas.

También se habla de «redimensionar el número y la función de las fuerzas y cuerpos de seguridad el Estado». No lo que hay que plantear es que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no tienen nada que hacer en Euskal Herria. El pueblo vasco lo tiene claro: Alde hemendik!!

El texto habla igualmente de «un mecanismo para la verdad y la reconciliación», ¿pero qué verdad y qué reconciliación? En los procesos de resolución de conflictos se plantea muchas veces una «comisión de la verdad», pero para eso es necesario que las partes en conflicto estén al mismo nivel, si no es así, una de ella impone «su» verdad. De todas maneras todavía no ha llegado el momento de poner en práctica ese mecanismo, todavía estamos «en guerra», cuando la Amnistía sea un hecho, cuando Euskal Herria pueda decidir y tenga un Estado, entonces será el momento de pensar en poner en marcha ese mecanismo.

¿Euskal Herria necesita que se cierre en falso el conflicto político que existe? No, lo que necesita es que los Estados español y francés afronten realmente la realidad de Euskal Herria, que no es una parte de España, que Euskal Herria es una nación propia y como tal necesita tener la libertad de decidir su futuro, sin intromisiones de Estados foráneos.

Pero un pueblo ¿cuándo puede obligar a los Estados que le oprimen a abrir un verdadero proceso de resolución del conflicto político? Cuando es fuerte en todos los sentidos. Para conseguir esto tenemos que trabajar para que el pueblo vasco se organice a todos los niveles, entonces tendrá fuerza para enfrentarse al Estado español y al Estado francés y exigir e imponer lo que decida.

Para que esto no se dé, para que no llegue a ser una realidad, estos «expertos» piden al pueblo trabajador vasco que se desarme a todos los niveles, que se rinda políticamente e ideológicamente, que acepte esa «paz» que solamente lo es de una parte, porque la otra parte continúa en guerra. Eso es la unilateralidad.

Ese es el camino que los Estados español y francés querrían que el pueblo vasco cogiera, pero el pueblo trabajador vasco tiene claro que ese no es el camino para conseguir la Euskal Herria que el pueblo vasco quiere; sabe que lo que necesita es fortalecer la conciencia de pueblo trabajador vasco, armarse ideológicamente para avanzar en la organización que necesita para enfrentarse a todas las artimañas de los Estados y sus servidores, para conseguir aglutinar a su alrededor a todos los sectores que denuncian las imposiciones, nacionales, económicas, sociales, etc., de los dos Estados. El pueblo trabajador vasco sabe que tiene que ser fuerte a todos los niveles para conseguir sus objetivos: una Euskal Herria independiente, socialista, antipatriarcal.

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Euskal Herria, 9 de junio de 2013