Contra la resignación: Amnistía total!

Los presos y presas políticas surgen en situaciones de conflicto político donde no hay mecanismos racionales para solventar ciertas situaciones sino que operan mecanismos de guerra del estado. Dicho de otra manera, en situaciones donde se niegan libertades, el estado encarcela a los y las que luchan por ellas.

Las y los que no creemos que el sistema judicial (ni el policial ni el carcelario) sea un ente neutral que imparte justicia, sino una organización represiva del estado y gestionadora de parte del monopolio de la violencia al servicio de la clase burguesa en el poder, sabemos que la existencia de represaliados políticos es directamente proporcional a las necesidades políticas estratégicas del estado. Es decir, a una decisión política de violencia organizada. Y que por tanto, no existe ninguna solución que no pase por la amnistía.

Mientras estén dadas las condiciones para generar represaliados, o sea, mientras exista falta de libertad y gente dispuesta a luchar por ella, surgirán presos y presas políticas, ya que no se conoce ningún estado que no haga uso de la violencia organizada para sostenerse. Eso significa que solo hay dos opciones: Aceptar la falta de libertad o apoyar la amnistía. Y una cosa está clara, los estados burgueses español y francés no se pueden sostener si las naciones que ocupan llevan a cabo procesos de autodeterminación, porque esa negación fue la base donde se levantaron esos estados imperiales hoy en decadencia.

Apoyar la amnistía no es un capricho, sino el único elemento que puede quebrar el bucle represivo de la violencia organizada del estado, siendo por ello algo que va íntimamente unido a la conquista de la libertad. Es por ello que cuando las perspectivas para alcanzar la libertad de un pueblo, de una clase, caen presas de la apatía, el cansancio o el pesimismo, también ocurre que la reivindicación de la amnistía se resiente. Ni que decir tiene que la propia estrategia represiva del estado está encauzada a ello: intentando hacer creer que la conquista de la libertad es un imposible y que por tanto debe desaparecer todo espíritu de lucha, con el objetivo de que sean dentro de los marcos del estado donde acabe esa energía asimilada. Pero autodeterminación y amnistía aún sigue siendo lo único que terminará el conflicto político de los estados español y francés con Euskal Herria. Y esas justas reivindicaciones solo se abrirán paso con la desestabilización del poder de los estados y la pérdida de influencia de la burguesía autóctona en la clase trabajadora vasca.

Hoy, cuando empieza a abrirse espacio en Catalunya y otros lugares, en la Euskal Herria del 2019, la reivindicación de la amnistía, tan criminalizada, vilipendiada como temida, lo es precisamente porque es una apuesta a presente y futuro de lucha y de no resignación. Por eso, hay que llevar la reclamación de la amnistía total a todos los rincones de Euskal Herria, y este sábado a Bilbo.