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Nacionales E.Herria :: 19/07/2009

"Es muy doloroso el mutismo sobre la desaparición de Jon"

Arantxa Manterola
Tras tres meses de la desaparición de Jon Anza, el diario Gara entrevista a la última persona de su entorno que lo vió, su compañera Maixo Pascassio.

No es muy habladora. Las respuestas son cortas y, aunque en alguna pregunta la emoción ha estado a punto de desbordar, contesta con entereza. Es la compañera de Jon Anza. Ella misma lo condujo el pasado 18 de abril a la estación de Baiona donde tomó el tren. Fue la última vez que lo vió. "Lo más duro –asegura– es no saber lo que le ha sucedido".

¿Cómo han sido para usted estos tres meses? ¿Se ha sentido apoyada?

La presencia y apoyo de familia y amigos ha sido y sigue siendo constante. Siempre están ahí, ayudándote, dándote fuerzas. Pero la verdad es que es una situación muy difícil de llevar. Te despiertas todos los días pensando qué ha podido suceder, quieres saber qué le ha pasado y no tienes respuestas. Eso es muy duro.

Fue usted quien vió por última vez a Jon. ¿Cómo estaba anímicamente?

Jon ha sido siempre muy positivo y tiene una gran fortaleza. Estaba muy animado para empezar el tratamiento de radioterapia y terminarlo cuanto antes para poder retomar nuestra vida y volver a la normalidad.

¿Notó un cambio de actitud en la Policía tras el comunicado de ETA reconociendo que Jon era militante de la organización?

No especialmente. Cuando me convocaron a la comisaría de Baiona me hicieron preguntas durante toda la mañana pero no me sentí especialmente presionada. Luego me trasladaron a nuestra casa que registraron desde las 13.00 hasta las 18.00. La actuación de la Policía fue correcta. Se llevaron la maquinilla de afeitar de Jon, sus guantes y otros efectos... Creo que para tomar muestras de ADN y, por supuesto, el disco duro de su ordenador y varias llaves USB. Los policías de París tampoco me intimidaron. Había una mujer policía que me preguntaba por qué hablaba de Jon en pasado. Yo ni me daba cuenta de ello. Ahora también me suele pasar a veces.

¿Cree que la Policía está haciendo todo lo posible para encontrar a Jon o para saber qué le ha pasado?

De la Policía de París no tengo ninguna noticia. Los de Baiona nos informan a través de la abogada o también me han solido llamar directamente para decirme qué averiguaciones han hecho. Por ejemplo, cuando encontraron el cadáver de un hombre en el Errobi me telefonearon preguntándome si Jon tenía tatuajes y cosas por el estilo para contrastar si se trataba del suyo. Ultimamente no nos llaman tanto. Nos dijeron que han mirado aeropuertos, ferrocarriles y estaciones, hospitales pero que las búsquedas no han dado ningún resultado.

¿Podrían dar por terminada la búsqueda?

En principio la Policía tiene que elaborar un informe que será trasladado al fiscal quien, a su vez, lo transmite al juez de instrucción. En ese momento la familia podría tener acceso a saber lo que se ha hecho durante la investigación, con quien han hablado y otros elementos que nos permitirán saber si se ha hecho todo lo que se podía.

El ministro Alfredo Perez Rubalcaba declaró que Jon desapareció voluntariamente con el dinero que ETA dijo que llevaba. Su entonces homóloga francesa Michèle Alliot-Marie, aunque con la boca pequeña, suscribió también esa hipótesis. ¿Cree que es posible?

Rotundamente no. Eso es imposible. Jon sabía que si no se sometía a la radioterapia iba a quedarse ciego. Él estaba muy convencido de que debía hacerlo. Para los ministros es fácil decir esas cosas pero ellos no conocen a Jon. Puede que lo hagan porque no saben nada o, cualquiera sabe, quizás lo hacen porque sí saben algo.

En su opinión, ¿qué le ha pasado a Jon?

Desde luego, nada bueno. Al principio cuando estuvimos indagando en hospitales y estaciones nos planteábamos diferentes supuestos pero según pasaba el tiempo la posibilidad de que alguien lo haya secuestrado fue tomando cuerpo. Tras tres meses, creo que es lo que ha ocurrido: un secuestro y, además, de carácter político.

¿Cómo valora las reacciones que ha habido a la desaparición de Jon?

Creo que las movilizaciones, denuncias y exigencias para saber su paradero son muy positivas y ese apoyo es de agradecer. Sin embargo, sólo ha habido reacción en Euskal Herria.

Precisamente, ¿por qué determinados electos, partidos o colectivos de derechos humanos no han reaccionado ante la desaparición de un militante abertzale, máxime con los antecedentes históricos que hay en Euskal Herria?

No sé; habría que preguntarles a ellos por qué no dicen nada. No entiendo ese silencio, ni tampoco el de los medios de comunicación franceses y españoles. Es evidente que no quieren mojarse. Ese mutismo que hay en torno a su desaparición me resulta muy doloroso. Parece que Jon no es nadie para ellos pero para nosotros es mi compañero, hermano, o amigo y ese silencio es muy hiriente.

¿Cree que Jon aparecerá?

Espero que sí. A estas alturas quizás no con vida pero por lo menos su cuerpo o algún elemento para saber lo qué le ha sucedido. Necesitamos saber lo qué le ha pasado.


Gara

 

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