lahaine.org
Nacionales E.Herria :: 18/08/2005

Euskal Jai, un año después

La Haine - Euskal Herria
Ya hace 1 año desde que nos llegaban a todos los rincones las noticias de la agónica resistencia que se estaba produciendo en el gaztetxe Euskal Jai de Iruña. Un despliegue espectacular, que necesitó de varios días para conseguir derribar el mítico frontón cuya historia no acabó con el deporte, sino que empezó cuando los jóvenes de la ciudad decidieron que aquel iba a ser su espacio, sin que ningún mandatario local pudiera regir, impedir u obstaculizar sus proyectos. Ya hace 11 años de aquel proyecto, pero ya ha pasado un año desde que el ayuntamiento pamplonés, comandado por UPN decidió echar por tierra lo que no formaba parte de su modelo de ciudad.

Diez años largos es lo que se ha mantenido en pie este centro autogestionado; tiempo en el que se han llevado a cabo múltiples iniciativas, dando vida a una ciudad y a unos jóvenes en un lugar donde las alternativas no tuteladas por el ayuntamiento o gobierno foral son eliminadas en el menor intervalo de tiempo posible. Esta gente fue capaz de construir otra realidad: su realidad, donde dejaron de imaginar utopías para poner sus cimientos, y mostraron a toda la gente que a pesar de los impedimentos que desde todos los lugares se puedan poner, la autogestión no sólo es posible, sino necesaria. Romper con el modelo en el cuál debían quedar encuadrados era primordial para ellos, y en el 94 dieron un paso firme con la ocupación de este enorme edificio para demostrar al sistema en el que debían integrarse que ellos iban a formar un referente para toda la gente que quería luchar contra el patrón "opus-navarro" que se les imponía. A ellos, también les dijeron bien claro que esa ocupación no sería la última, porque el pueblo debía dotarse de sus medios para desarrollarse, ya que no iban a estar bajo las órdenes de quien quiere quitarles sus sueños para integrarlos en su sistema.

Ocupación y autogestión, un lema que ha llegado a muchos lugares, y que también en Iruña se mantuvo en alto una vez derruido el Euskal Jai. No tardaron en demostrar que la tristeza y el abatimiento no deben obstaculizar el trabajo diario, y de ahí a poco tiempo, otros lugares de la ciudad fueron tomados para convertirse en los nuevos referentes de esa ocupación y autogestión. Sin olvidar (ni mucho menos perdonar) el verano del año pasado, se ha aprovechado el trabajo hecho para seguir hacia delante en su pulso particular. Sin olvidar también porque la señora Barcina con todo su séquito, se ha encargado de criminalizar al máximo a las personas que decidieron defender su sitio, habiendo sido juzgados (y en su mayoría absueltos y puestos en libertad), pretendiendo dar una imagen totalmente falsa de estos jóvenes y sus actividades.

El desalojo del Euskal Jai marcó un punto de inflexión en la historia de nuestros gaztetxes. Tanto por el estado de excepción en el que vivió medio Iruña durante una semana, como por la violencia con la que se llevó a cabo el proceso, pero también por el valiente ejemplo que ofrecieron las personas que se negaron hasta el final a dar la espalda y marcharse. Si hasta entonces las agendas de políticos, y la opinión general pasaban por encima de los gaztetxes, por ser un tema de segundo orden, este suceso les obligó a todos a posicionarse, a mostrar su verdadera cara, donde la mayor parte de los partidos "democráticos" demostraron cuál sigue siendo su norte, independientemente de su bandera: la perpetuación de este sistema que sigue beneficiando a unos pocos y a los demás nos pretende tiranizar. Ahí partió también la denuncia contra la hipocresía de esos partidos, que siguen manteniendo su doble cara como tiempo después se mostró con el desalojo de sorgintxulo: se negocia con la gazte asanblada (se quieren hacer las cosas por las buenas), pero en cuanto se baja la guardia, las fuerzas de seguridad aparecen para acabar con otro gaztetxe (se acaban finiquitando los asuntos por las malas). Por eso, el Euskal Jai obligó a mucha gente a abrir los ojos y los sacó a la calle contra esa hipocresía y ese doble juego, marcó una época en la que el trabajo de las gazte asanbladas iba a ser reconocido por todos y donde los ataques no iban a quedar impunes tan fácilmente.

Desde aquí, un fuerte abrazo a todos los compañeros que hicieron posible ese proyecto que duró 10 años, especialmente a todos aquellos a los que se les ha querido mandar al infierno por negarse a seguir las consignas municipales. Animarles también a que continúen su trabajo allá donde lo sigan intentando, y mientras os dejen, como habeis demostrado con Rotxapea, Iturrama, Atarrabia, etc, vuestro trabajo debe continuar, por encima de desalojos. Ánimo, porque si hay futuro, es nuestro!

Gaztetxeak aurrera!!

 

Contactar con La Haine

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal