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Nacionales E.Herria :: 03/05/2014

Instituciones políticas y liberación nacional

Jon Kerejeta
Frente a los acartonados planteamientos de quienes exigen elegir “o dentro o fuera” nuestra actitud es desde dentro y desde fuera hasta la ruptura total

Es nuestro objetivo , construir el socialismo en una E.H. independiente, organizando la masa crítica popular necesaria, concitando, en los sucesivos escenarios de la lucha, la necesaria suma de fuerzas, para los momentos criticos que la debilidad del sistema propicie , y siempre asumiendo las tradicionales formas de resistencia de nuestro pueblo que , a lo largo de su larga y reciente historia nos dá luz en las nuevas perspectivas.

No será necesario recordar que los medios necesario solo vendrán condicionados por las condiciones sociopolíticas del momento, la incidencia sobre las masas y siempre por la radicalidad de la estrategia.

En este contesto dialéctico consideramos la realidad de las diversas instituciones públicas , ajenas, enajenadas y propias–asambleas ,municipios, sindicatos….hasta estado- como hitos determinados por la correlación de fuerzas en los sucesivos escenarios sociopolíticos de la historia .

Todo lo anterior define una actitud relativista ante las instituciones en el necesario proceso de liberación integral de la humanidad y de Euskal Herria .

¿Qué instituciones pueden ser estratégicas para construcción en positivo de un estado socialista vasco?

¿Cómo utilizar en la linea de una estrategia revolucionaria ciertos espacios que, la debilidad del sistema o la incapacidad de sus diversos ejecutivos, permitan la mínima penetración?

¿Cómo utilizar la actuación en campo enemigo en convergencia con estrategias revolucionarias incompatibles con el sistema?

La legitimación de toda linea de lucha, extralegal o legal, vendrá dada, por sus resultados a corto y a largo plazo, en relación con nuestro proyecto revolucionario “independencia y socialismo”en el camino de la liberación integral de la humanidad.

La llamada vía democrática o parlamentaria , canto de sirena de la vieja izquierda reformista , y que fue asumida por todas alternativas politicas del estado en la transición, es el agujero al que se nos pretende llevar , cuando se nos pide rechazar y condenar toda forma de contrapoder para conducirnos a la traición de una izquierda contemplativa y sumisa. Es ahí donde reside la clave de la estrategia contra el MLNV. Es el paradigma que teórica e históricamente vincula con la contrdicción entre reforma y revolución. Se nos pide que condenemos la violencia de resistencia, para pedirnos que aceptemos sumisamente la legalidad del estado burgues y que consecuentemente aceptemos la renuncia implícita a la independencia y al socialismo ¿No ha sido este el camino de otros?

La experiencia histórica reciente de la Europa posterior a la II Guerra Mundial, nos ha enseñado la debacle ideológica, política y organizativa de todos los partidos – pretendidamente marxistas – que abogaban por construir el socialismo mediante estrategias fundamentalmente electorales.

La visible derrota de estas posiciones, dirigidas por fuerzas políticas y sindicales que fueron hegemónicas en el proletariado de sus respectivos países, ha provocado un debilitamiento sin precedentes de la clase obrera ,cuando no la muerte de la esperanza revolucionaria en la vieja Europa.

El desarme ideológico, en el que además de la enorme presión de los estados capitalistas, han influido causas internas a la propia izquierda, olvidada de sus debates ideológicos y perforada por el virus de un burocratismo creador de nuevas clases parásitas en paises llamados socialistas , y militancias sumisas al sistema defensoras de ajenas“razones de estado”en los centros del imperio. Y todo ello ha hecho olvidar que todo cambio social y político radical lleva implícita la concepción de CONTRAPODER ; aquella idea de K.Marx de que la vieja sociedad lleva en su interior la nueva sociedad que nacerá tras el parto revolucionario.

Asumiendo todo el reduccionismo y manipulación democráticos que suponen las vias parlamentarias , no podemos dejar de valorar los aspectos positivos , cuya utilización nos ayuda en la consecución de alianzas tácticas progresivas y en la ruptura del cerco mediático. Son formas de democracia insuficientes y viciadas que debemos saber utilizar para tomar aliento. La propia historia de la revolución boltxevike nos enseña que tanto en la participación como en el boicot electoral, según el momento, se dieron pasos decisivos hacia el estallido revolucionario.

Y ahí radica el papel fundamental de la ORGANIZACIÓN en todo proceso estratégico. La necesidad de polarizar la acción de la multiplicidad de frentes, es la necesidad de que el PUEBLO TRAJADOR VASCO , único sujeto estratégico, organizado en contrapoder, decida con su propio estado mayor la unificación estratégica de todos los frentes de lucha.

La historia de la revolución nos acerca al viejo problema del reformismo

En los últimos años del siglo XIX y tras más de una década de clandestinidad, el partido socialdemócrata (PSD) alemán contaba con una poderosa organización obrera que, tras su legalización, obtuvo importantes resultados electorales, en un escenario de fuerte crecimiento económico.

Hasta 1894 su política parlamentaria había sido “ni un hombre, ni un centavo para el sistema” entendiendo que los presupuestos públicos, contribuidos por los trabajadores, se aplicaban a mantener contra ellos la dominación del Estado capitalista alemán. En el Congreso del PSD de ese año fueron derrotadas las posiciones que exigían prohibir a sus representantes institucionales votar a favor de cualquier presupuesto federal, provincial o municipal.

Las posiciones liquidacionistas negadoras del valor subjetivo en la construcción de la historia iniciadas por Bernstein plantearon en el seno de la socialdemocracia

1-que la revolución era imposible e innecesaria
2-La construcción del socialismo mediante reformas parciales y mejoras sucesivas conseguidas mediante la lucha parlamentaria y sindical.

Rosa Luxemburgo responde a Bernstein enseñando a sumar , dialécticamente:

¿Podemos contraponer la revolución social, la transformación del orden imperante – nuestro objetivo final – a la reforma social? De ninguna manera..….Entre la reforma social y la revolución existe, para la socialdemocracia, un vínculo indisoluble. La lucha por reformas es el medio; la revolución social, el fin”.

Quienes eligieron contemplar desde afuera, una sociedad movida por un extraño fatalismo histórico, ajeno a la voluntad revolucionaria, y que consecuentemente asumieron el parlamentarismo , han acabado defendiendo sumisamente el viejo estado desde aquel 1914 en que aprobaron parlamentariamente los presupuestos de guerra . Es el momento en que los llamados socialistas, eligen el camino de la reforma del sistema capitalista aceptando consecuentemente su estado, y convirtiédose en pilar definitivo del sistema.

Los “llamados socialistas”, con Bernstein a la cabeza, mantuvieron que la lucha sindical y parlamentaria. contribuían a reducir gradualmente la explotación capitalista, partiendo de la base de la imposibilidad e inutilidad de la conquista del poder político.

La respuesta a la argumentación reformista venía adelantada desde 1848 en el propio Manifiesto Comunista, según el cual, la clase obrera a través de sus luchas puede conseguir victorias parciales que pueden traducirse en mejores salarios, reducción de la jornada laboral, mejoras sociales, etc, pero que esos avances son transitorios porque el capital los digiere rápidamente. Lo realmente trascendente, plantean Marx y Engels es que, a través de esas luchas, el proletariado aumente su nivel de conciencia y su capacidad de organización, hacia el objetivo de la conquista del poder político.

Ese debate teórico de finales del siglo XIX, concluyó dramáticamente dos décadas después. Las posiciones deterministas de Bernstein tomaron cuerpo en la decisión de las direcciones políticas y de los grupos parlamentarios de la socialdemocracia en 1914 de votar los presupuestos de guerra, de alinearse con las burguesías respectivas en la primera Guerra Mundial, abandonando el internacionalismo de clase y todo planteamiento revolucionario.

La ruptura de la II Internacional se consumó con la participación en los gobiernos respectivos de los partidos socialdemócratas. Suponía la aceptación del estado burgués y consecuentemente la renuncia a la revolución.

El Manifiesto Comunista había planteado por primera vez que el Estado jamás es neutral y que, por tanto, los revolucionarios no se pueden plantear utilizarlo “para otros fines” dejándolo intacto.

Marx en “La Guerra Civil en Francia” caracteriza al Estado como la maquinaria de guerra del capital contra el trabajo. Engels lo define como “fuerza especial de represión de un puñado de burgueses contra millones de trabajadores”.

La idea de CONTRAPODER vá indisolublemente unida a la construcción de una sociedad alternativa frente a la violencia del estado.

Desde el estado , buque insignia del sistema, hasta el primer ayuntamiento o el comité de empresa tenemos una amplia clasificación de instituciones, desde las más propias hasta las más ajenas, en las que su finalidad y la posible participación popular , marcan la necesidad. La experiencia histórica de los últimos 200 años y especialmente la reciente, nos ha enseñado la importancia de las instituciones dependientes de una democracia más directa , como núcleos de concentración de poder popular , espacios liberados , imprescindibles para la construcción de una Euskal Herria alternativa.

El 17 de Enero decía Arnaldo en Donosti: Hace 30 años nos invitaban a participar en las instituciones, dentro de su proyecto de asimilación. ¿Por qué 30 años después no nos quieren? Sólo hay una respuesta: porque hemos sabido estar en las instituciones sin institucionalizar nuestra actitud, porque somos un testigo y una alternativa incómoda. A pesar de eso, hemos sido capaces de mantener estructurada una base social y hemos hecho intentos ímprobos por estar en las elecciones. No se ha producido el desmembramiento de la izquierda abertzale.

Y en estos momentos en que una crisis estructural que pone en cuestión todos los avances del capitalismo golpeando ya directamente sobre las espaldas del pueblo trabajador; el avance de la pobreza exige inmediatas soluciones y recogiendo datos del colectivo ELKARTZEN en su crítica a los presupuestos del 2009 en Hegoeuskalherria ( CAV y CF ) que delatan un modelo ultraneoliberal ahondando gravemente en las desigualdades sociales y territoriales . En consecuencia urge un cambio de rumbo inmediato hacia:

1-Un conjunto de valores y principios alternativos que comiencen a dar prioridad a las necesidades socioeconómicas de los grupos más vulnerables, en los que siempre las mujeres son mayoría
2-Objetivos democratizadores del proceso presupuestario,
3-Reestructurar los ingresos y los gastos para promover la igualdad. Dotando de un instrumento crítico para controlar el destino del gasto (a que grupo y clase favorece)
4-Impulsar las opciones de la ciudadanía para participar en forma real en temas de los que hasta ahora ha estado excluida. Reforzando la participación de los grupos sociales en el proceso de toma de decisiones político-económicas

Por ello desde los grupos sociales debemos poner en evidencia la necesidad de democratizar el Sector Público, a través de la colaboración entre los diversos agentes sociales, económicos y políticos que conforman la sociedad en un proceso de consolidación de Presupuestos participativos. Esta cooperación se vuelve imprescindible si se quiere avanzar hacia la construcción de una democracia real en la que la participación social sea un elemento básico a favor del bienestar de la comunidad.

Todos los grupos sociales tenemos un papel importante a jugar a la hora de despertar conciencias y formar a la población para que influya a favor de la justicia y la igualdad en el gobierno público y en los presupuestos. La cooperación necesaria para afrontar este reto nos parece un punto muy favorable, que permite diseñar estrategias en red que ayudan a abrir nuevos caminos para avanzar.

Pero a la vez que los movimientos sociales incidimos cada vez más en la denuncia y en las alternativas constructivas, las instituciones publicas asimilan la critica de los movimientos sociales y populares contra sus presupuestos al servicio de la oligarquía económica, y como en tantas otras áreas, con un ingente equipo de asesores de comunicación, se apropian de nuestro lenguaje para envolver su mensaje.

Siempre los avances cuantitativos han sido preliminares de todo salto cualitativo. Y la continuidad de la carrera viene completada por los cambios de ritmo.

Es a partir de nuestra estrategia hacia la independencia y el socialismo en E.H. como podemos entender y explicar nuestras decisiones tácticas en la participación de las instituciones del modelo parlamentario. Por ello frente a los acartonados planteamientos de quienes exigen elegir “o dentro o fuera” nuestra actitud es desde dentro y desde fuera hasta la ruptura total.

 

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