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Nacionales E.Herria :: 30/04/2013

Involución

Borroka Garaia
No existen más opciones unilaterales. ¿A dónde lleva todo eso?. Puede llevar a muchos sitios diferentes pero en ningún caso a la solución del conflicto

Ayer lunes en el diario Gara aparecia un artículo de opinión firmado por Iker Casanova y titulado ¿Involucion?. En el texto se explica que el PP con la ayuda del PSOE y PNV intentan imponer la artificial tesis de que la izquierda abertzale está teniendo un proceso de involución hacia el pasado. El objetivo de ello, unido a la proliferación de ataques y el bloqueo del proceso sería precisamente forzar una involución en la izquierda abertzale para volver a un escenario donde supuestamente se encuentra más cómodo el estado. Ante ello, no habría que caer en provocaciones sino reafirmarse en la unilateralidad para que el actual inmovilismo del estado no impida seguir acumulando fuerzas para el establecimiento de un marco democrático en Euskal Herria. En el texto se afirma que el trío PP-PNV-PSOE nos dicen una y otra vez que la izquierda abertzale «ha vuelto a actitudes del pasado», y que eso no es mas que una técnica de Goebbels. Aquello de que la mentira mil veces repetida acaba transformándose en “verdad”. Lo cierto es, que a parte de la mentira, ciertas opiniones también mil veces repetidas si no se ponen a contraste pueden transformarse en verdad pese a que quizás no tengan base. Y creo que esto ocurre en algunos de los supuestos que da por hecho Iker a lo largo del artículo.

El primero de ellos sería el mismo proceso de paz. En el texto se interpela al PNV y PSOE por su no compromiso con él. ¿Existe algún tipo de proceso de paz en Euskal Herria?. Sin entrar en largos análisis que se podrían hacer, pero que no creo que sean necesarios debido a la evidencia más irrebatible posible, no existe ningún proceso de paz en Euskal Herria y mucho menos de solución al conflicto. Hay una parte que no reconoce la misma existencia del conflicto (precisamente la parte que lo inició) y las consecuencias derivadas que les competen, y no es que quieran enfrentarse a su solución sino que caminan en sentido opuesto. Tampoco quieren si quiera entrar en términos pacificadores ya que la otra parte se ha auto-pacificado. Podemos decir a modo de conclusión que “no existe voluntad” para dar solución al conflicto y que una parte no está interesada en ello. Obviamente esa parte es la que políticamente es la vencedora actual y el status-quo le es favorable. No quiere cambiar nada, porque el estado actual de las cosas es opresión nacional y social, su opción.

Escribo no existe voluntad entre comillas. Porque esa sería otro supuesto que hay que poner a análisis ya que en los conflictos nunca existe voluntad. Y es que dejando de lado el idealismo, la metafísica, los intereses de la “industria de la paz” y el buenismo hablemos realmente de lo que es un proceso de paz en términos históricos y más pegados a la realidad. Un proceso de paz es un punto de inflexión al que se llega cuando una parte en conflicto se posiciona por encima de la otra. Ha conseguido cierta ventaja y el proceso de paz lo asentará. Si no se asienta esa ventaja en el proceso, éste proceso será rechazado, abandonado.

Es decir, un proceso de paz es cierta hegemonía de uno de los bandos mientras el otro acata las condiciones de derrotas estratégicas. Puede que suene muy duro y políticamente no muy correcto esto que acaba de ser expuesto pero animo a cualquiera a que ponga un ejemplo de proceso de paz donde dos bandos de mutuo acuerdo llegan a la conclusión de que la paz es necesaria porque es un valor de la humanidad y tienen voluntad de llegar a ella por esa razón. Nadie encontrará un proceso de paz donde no se asientan las posiciones de uno u otro bando en mucha mayor medida.

En el texto también se constata que de nuevo agitan el fantasma de una posible ilegalización. Pese a que innumerables veces se ha afirmado muy a la ligera que el ciclo de ilegalizaciones ha terminado ese supuesto es otra base que habría que poner a análisis. No es casualidad que Sortu fuera legalizada y el resto de organizaciones de la izquierda abertzale ilegalizadas lo sigan siendo. Responde a una lógica.

Esa lógica que entre otros factores busca impedir el despliegue y articulación del movimiento intentando reducir todo a un partido clásico se encuadra precisamente en la necesidad de control. Y es que son muy fáciles de detectar esos elementos y mecanismos de control ya que en el caso de Euskal Herria son muy obvios. De entrada esa amenaza de un nuevo proceso de ilegalización. Ya pudimos oír hace tiempo a diferentes autoridades españolas que “la cuenta ha echado a andar” de cara a ello. El objetivo no sería la ilegalización, sino tener el control y poner los límites a las políticas del soberanismo de izquierda en un chantaje medido y estudiado.

Una vez situado ese terreno de juego de chantaje y amenaza, la táctica consiste y consistirá en forzar situaciones que hagan optar por medidas que vayan en contra de los principios ideológicos de la izquierda abertzale y el soberanismo de izquierda, lo cual haga desarrollar un sentido del pragmatismo radical que vaya lastrando la combatividad hasta anularla. Banderas españolas, declaraciones institucionales de rechazos y condenas, iniciativas dudosas de todo tipo…. cualquier cosa que valga para poder crear un corte con la masa social, aunque sea simbólico, lo pondrán en uso con insistencia. Si en algún momento dado esa tarea de control se les escapara mucho de las manos y no se crean condiciones suficientes para que no sea así, no creo que serían descartables nuevas ilegalizaciones. Ya que es un arma político-militar muy efectiva de cara a condicionar.

Ilegalizaciónes, amenazas de ilegalización y no-proceso es el resultado de la estrategia estatal que buscaba la desactivación de la lucha armada mediante el enfrentamiento contra la población civil y organizaciones políticas de la izquierda abertzale. Objetivo del “votos o bombas” no de buscar una vuelta al pasado sino de condicionar el presente y el futuro. Esa estrategia no ha sido desactivada aún ya que les dio éxito y piensan que pueden utilizar en el futuro otra serie de binomios. “x o x”.

A la hora de condicionar la estrategia represiva se cuenta con un factor que no se puede dejar de lado y es que es cierto que la situación socioeconómica en el estado español es insostenible y la tendencia hacia la regresión de derechos y a la intensificación represiva se convierte en ley de la lucha de clases (ellos también luchan). El análisis que se vendió de que ante la desactivación de la presión popular violenta iba a traer consigo una desactivación violenta del estado solo tenía como base la credulidad del oprimido, el análisis neutro del significado profundo del Estado, y el análisis fuera de las coordenadas de clase. La represión nos acompañará hasta la ruptura con los estados o hasta una pax romana. El estado y el capital jamás hacen algo en contra de sus privilegios si no se ven forzados a ello. No existe acuerdo posible que revierta esa ley histórica ni la represión cesa mientras haya lucha de cualquier tipo.

Otro de los supuestos mil veces repetidos y que en el texto también consta es que el estado intenta focalizar todo en términos de conflicto, donde está más cómodo. Y eso es clave. Cuando la izquierda abertzale esté mas cómoda en conflicto que el estado podrá ponerse en situación de avance ya que solo mediante el conflicto se podrá generar uno. Y es muy diferente prepararse para el conflicto que exclusivamente para la solución. Ya que una cosa es tener una guía de cara a la resolución del conflicto y otra muy diferente tener una guía de cara a la liberación nacional y social, que pasa ineludiblemente por la resolución al conflicto, pero que no tiene las claves en ese proceso mismo ni en los posibles acuerdos sino en la generación de condiciones “a través del conflicto”.

No se están generando nuevas condiciones debido a una ensimismación en el proceso de resolución cuando no existe “voluntad de resolución”. ¿Cómo se generan esas condiciones que sean palanca para una resolución?. Ahondando en el proceso de liberación y mediante la confrontación. No alimentando viejos espejismos ni levantando nuevos.

Y es que puede parecer una paradoja pero la resolución del conflicto solo se conseguirá avanzando en el proceso de liberación nacional y social. Y por supuesto, resolución tiene unos parámetros y lucha de liberación tiene otros, mezclarlos auto-bloquea cuando en realidad son separados pero complementarios.

«A enemigo que huye puente de plata», dice el adagio. Si el Estado creyera que la vía emprendida por la izquierda abertzale es beneficiosa para sus intereses todo serían facilidades, recompensas y elogios. Ciertamente, pero por esa regla de tres cualquier estrategia es beneficiosa ya que los ataques han sido una constante en procesos de victoria o derrota a lo largo de la historia. Y en el caso concreto de Euskal Herria llevamos siglos de ataques. Con puentes de plata como los de EE o con exterminio del derrotado como cuando entraron los fascistas en Bilbo. “Que quede esto bien claro: Bilbao conquistada por las armas. Nada de pactos y agradecimientos póstumos. Ley de guerra, dura, viril, inexorable.” Por lo tanto, no se pueden hacer análisis ciegos y hay que basarse en realidades lo mas objetivas posibles para discernir los beneficios de las estrategias. De lo contrario los debates acaban siendo propaganda y no análisis crítico.

Y se echa en falta un análisis crítico de la unilateralidad .Que está en su última fase, al menos en todo lo que no está relacionado con dar pasos unilaterales hacia la independencia y el socialismo donde está prácticamente todo por hacer. Desde un punto de vista unilateral, ETA, al haberse colocado en un carril de una sola vía donde no hay espacio a la estrategia solo puede unilateralmente tirar las armas y desaparecer. Sin más opciones unilaterales salvo pedir perdón y renegar de su historia. En las cárceles solo existe una opción unilateral que ya sabemos lo que significa y en la izquierda abertzale y la sociedad vasca en general, pedir perdón por el daño causado porque reconocerlo se ha hecho siempre.

No existen más opciones unilaterales. ¿A dónde lleva todo eso?. Puede llevar a muchos sitios diferentes pero en ningún caso a la solución del conflicto ni a acelerar el proceso de liberación nacional y social sin plantear una estrategia global de presión para derribar el muro impositivo..

Sin proceso de paz, sin proceso de solución, con Aiete completamente embarrado y desfigurado apenas nos encontramos en un proceso para iniciar un proceso y sin una estrategia clara de liberación nacional y social donde verdaderamente se pueda dar sentido a la acumulación de fuerzas y haya opciones para derribar el muro impositivo. Ante esta situación grave que genera preocupación de cara al futuro, las fuerzas quizás deberían ir encaminadas mas que a la autocomplacencia de lo que hay a lo que aún es necesario,y dada la situación mucho será necesario para avanzar, especialmente si las bases donde construimos los discursos se tambalean. Podemos decir que no hay que mirar a los estados pero eso no impide que el muro que nos han puesto siga ahí y habrá que mirarlo en algún momento para derribarlo. No convence a muchos y muchas decir que un logro del proceso es la decisión histórica que será muy histórica pero poco más.

 

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