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Nacionales E.Herria :: 22/07/2021

Juanjo Basterra: “me despidieron (de Gara/Naiz) por no compartir sus ideales”

Insurgente
Un año después sigo reivindicando mi honestidad, aspecto que quienes me echaron a la calle y otros “trepas” que colaboraron nunca tendrán

Juanjo Basterra: “Lo dije hace un año y lo mantengo, me despidieron (de Gara/Naiz) por no compartir sus ideales”

Un año después sigo reivindicando mi honestidad, aspecto que quienes me echaron a la calle y otros “trepas” que colaboraron nunca tendrán, salvo de los palmeros y palmeras y los “engañabobos” de turno, siempre posicionados con el poder.

Es muy probable que a Juanjo Basterra le conozcan los y las lectoras de insurgente.org, ya que trabajos suyos han sido publicados en este medio. No obstante, recordaremos que es un periodista vasco, concretamente de Laudio (Araba). Especializado en temas económicos y laborales, trabajó en EGIN hasta que un mal día el juez Baltasar Garzón ordenó cerrarlo de manera arbitraria, lo que constituyó una de las vulneraciones más flagrantes a la libertad de expresión en la “democracia” española.

Posteriormente continuó con su labor periodística en el diario Gara, sucesor del periódico cerrado. Aquí trabajó durante algo más de 21 años, tras los que volvió a quedarse en la calle. En ésta ocasión los “jueces” que le enviaron al paro fueron los que debían haber sido sus compañeros y, sin embargo, se convirtieron en sus verdugos: la dirección de Gara.

Este diario calificó su maniobra como “un despido objetivo por causas económicas”. Pero finalmente tuvieron que reconocer el carácter improcedente del mismo; eso al menos dice el acta firmada por ambas partes ante la Delegación Territorial del Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco en Bizkaia. El documento se firmó el 24 de julio de 2020, hace ya casi un año.

Juanjo Basterra nos explica con sus respuestas los entresijos de ésta historia que nunca debió suceder. Por otra parte, como miembro de la Izquierda Abertzale durante todo ese tiempo, también conoce muy bien como ésta derivó hacia el reformismo, un camino plagado de mentiras y traiciones que él no transitó. De eso también nos habla. Comencemos.

—Para empezar, ¿podrías decirnos en qué situación te encuentras un año después del despido improcedente por parte del diario Gara?

Sí, claro. Estoy en paro, igual que otras casi 170.000 personas en Hego Euskal Herria. Este año se me ha pasado rápido, aunque todavía sigo dándole vueltas a la cabeza de porqué puede haber gente tan mezquina (por no utilizar otros epítetos) que después de más de 21 años dándolo todo en Gara/Naiz te echen a la calle sin más. Digo que se me ha pasado rápido porque estoy colaborando con Sare Antifaxista con una serie de entrevistas y, evidentemente, me mantienen vivo en aquello que me gusta: contar lo que ocurre desde otro punto de vista diferente al oficial y, sin duda, tiene su satisfacción, porque todos y todas sabemos que si escarbamos un poco aparecen las contradicciones del sistema, de los gobiernos y de los partidos políticos que dicen defender a quienes más sufren, argumento que a estas alturas de la vida –tengo 58 años– no me creo, porque la realidad es tozuda y desmiente una y otra vez a estos políticos apoltronados.

Lo que tengo claro es que nunca se me van a borrar dos fechas de mi memoria. La primera el 15 de julio de 1998, cuando el juez Baltasar Garzón siguiendo las tesis del Gobierno Aznar cerró Egin. La consecuencia directa fue que a decenas de trabajadores y trabajadoras nos dejó en la calle, además de suponer un ataque contra la libertad de expresión. Ya son 23 años. Y el 24 de julio de 2020, algunos de los que sufrieron aquella situación de Garzón, la tomaron como ejemplo y me enviaron a la calle. Después de 21 años y seis meses de antigüedad en Gara/Naiz (Baigorri Argitaletxea SA) me despidieron por decisión de Iñaki Soto, director de Gara, Iñaki Altuna, director de Naiz, y Juan Pedro Plaza Lujanbio (consejero delegado de Baigorri Argitaletxea, del grupo EKHE). Está claro que quien algún día fue víctima, el año pasado ya se convirtió en verdugo. No me voy a olvidar de que, como siempre que ocurre una decisión de este tipo, la misma se adereza con mentiras, hechas para sustentar las tesis de los peores y más retrógrados empresarios.

Un año después sigo reivindicando mi honestidad, aspecto que quienes me echaron a la calle y otros “trepas” que colaboraron nunca tendrán, salvo de los palmeros y palmeras y los “engañabobos” de turno, siempre posicionados con el poder. Lo dije hace un año y lo mantengo me despidieron por no compartir sus ideales y sigo con la cabeza alta por haber estado (con mis errores y mis aciertos) al lado de quienes sufren situaciones de injusticia en los centros de trabajo y ayudándoles en los dramas por la falta de seguridad y salud en los centros de trabajo.

—¿Cómo calificar el hecho de que un sindicato negocie con la dirección de la empresa el despido de uno de sus sindicados a espaldas de éste? Nos consta la solidaridad que tuviste (insurgente.org lo reportó en su día) cuando denunciaste el caso. De la dirección de LAB, por supuesto, nada que esperar, pero ¿hubo alguna respuesta, algún gesto solidario por parte de sus bases?

Lo califico como una traición. No sólo fui un afiliado desde 1996, sino que fui representante sindical, tanto en Egin (delegación de Gasteiz) como en Gara (en Gasteiz y Bilbao, en varias etapas). Ante los problemas que tuve con la dirección de Gara, sobre todo, por oponerme a diferentes despidos, la falta de sensibilidad con compañerxs sobre los que se abusaba de la temporalidad/precariedad, la falta de una negociación real de condiciones salariales y de trabajo adecuadas, además de no estar de acuerdo con aspectos hacia donde se dirigía ese medio de comunicación, fueron los detonantes de que emprendieran una cruzada para que me fuera.

Se inventaron situaciones sobre mi trabajo, que siempre lo conocían mis diferentes jefes de sección porque todos los días enviaba previsiones y eran ellos quienes me indicaban donde ir y qué hacer, y el año pasado con la disculpa de recaudar fondos para hacer frente a la deuda con la Seguridad Social sobrevenida de Egin, obtuvieron unas remesas y decidieron echar a unxs cuantxs compañerxs, entre ellos a mi, que no acepté el despido objetivo que pretendieron.

Todos los pasos que di en mi disputa con la dirección de Gara antes de llegar al despido fueron aconsejados por el abogado de LAB en su momento, aunque fueron los responsables de ese sindicato quienes se negaron a sentar en los juzgados a la dirección de Gara una vez que no acepté varias sanciones y el cambio de sección, tras el aplazamiento de una vista con una estratagema legal realizada por el entonces secretario del consejo de Baigorri y abogado Kepa Landa. ¿Vendidos? Cada uno que saque las conclusiones. Sin embargo, en setiembre de 2015 el ex secretario general adjunto de LAB y yo nos reunimos con Plaza Lujanbio para intentar desbloquear la situación, pero fue imposible: me habían condenado sin darme en ningún momento opción a la defensa. Aunque el responsable sindical me repetía que ‘no vas a la calle. Está garantizado’, la realidad es bien distinta. Primero me intentaron poner la mordaza, sin conseguirlo, porque seguí activo en redes sociales y, después, cuando pudieron, me echaron con argumentos de la peor calaña empresarial que cada cual puede imaginarse.

Por eso, cuando en junio del año pasado el actual jefe de Personal, Aitor Garin, y el abogado de la empresa y secretario del consejo de administración de Baigorri (Ibon Altuna, hijo del ex consejero delegado Gorka Altuna), editora de Gara, me convocó a una reunión, acudí con un representante de Bat Sindikatua, y allí se nos dijo que el plan para echar a varias personas contaba con la aquiescencia de LAB. Al día siguiente, rechacé la cuota de afiliación en el banco. Y quienes no se habían puesto en contacto conmigo para darme esos pormenores, me llamaron para saber si tenía o no dinero porque les había llegado la cuota de afiliación devuelta. Cada uno que entienda lo que quiera. Mientras tanto, LAB envió por vía interna a sus mandos intermedios una ‘explicación-posición’ que en nada se acercaba a la realidad para enmascarar mi despido.

La realidad es que en este caso para LAB no son iguales los despidos en Gara/Naiz que en Tubacex. Está clarísimo. Recuerdo como hace ya tres décadas escribía sobre el conflicto de Tubacex, antes lo hice sobre Aceros de Llodio (Acenor/Sidenor), etc y después en otros, siempre al lado de la clase trabajadora, sin duda.

Y contestando a tu última pregunta, los gestos solidarios no sólo de LAB, sino de mis ex compañeros de trabajo, se pueden contar con los dedos de una mano, y me sobran dedos. Miedo a represalias, de unos y otros. Ese es el panorama.

—Sorprendió sobremanera cómo prácticamente de la noche a la mañana desapareció tu firma en los trabajos sobre economía y temas laborales en las páginas de Gara. Después supimos que te habían ubicado en la sección de Agenda. Sin menospreciar a ésta, resultó harto sospechoso el cambio. ¿A qué se debió el mismo? ¿Quizás ya no encajaban tus trabajos con la “nueva” estrategia de la Izquierda Abertzale Oficial (IAO) integrada en EH Bildu?

Sí, me mandaron ‘a galeras’, como se suele decir, consecuencia de la persecución que sufrí durante los últimos años por parte de la Dirección de Gara/Naiz por las causas que he comentado en la anterior respuesta.

Me abrieron dos expedientes disciplinarios: uno verbal y otro grave con sanción de dos días de empleo y sueldo. El primero, por hacer una entrevista al exconsejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, Carlos Aguirre, del PSE, en la que el argumento del director Iñaki Soto fue que ‘no comuniqué a la dirección la misma’, cosa que es incierta, como ya he dicho antes, todas las previsiones (y más ésta) pasaban por mi jefe de sección, que le ofrecí que la hiciera o fuéramos los dos. Mi jefe en un primer momento se sorprendió por el apercibimiento e, incluso, soltó que él debería de ser el destinatario del expediente, pero eso no entraba en los cálculos del impresentable Soto ni de mi jefe. El segundo, más grave y curioso, provocó que el abogado de LAB me aconsejara interponer una demanda ante el Juzgado de lo Social, porque al tercer expediente ‘vas a la calle sin más’, me dijo a la vista de la sarta de mentiras que avalaban los mismos.

Este segundo, como decía, fue más cruel: por hacerle una entrevista a la ex secretaria general de LAB Ainhoa Etxaide. Muy breve: iba a celebrarse a mitad de enero un homenaje a Igor Urrutikoetxea, responsable de LAB Internacional, que falleció en un accidente en Brasil mientras asistía a una asamblea general de la federación de Industria de la Federación Sindical Mundial (FSM). A una semana del homenaje, Gara no había escrito nada y, a vuelta de unos días de fiesta que tuve, le propuse a mi jefe (como siempre hacía) una entrevista con Etxaide para llamar al homenaje y, de paso, hablar de la situación económicolaboral.

La hicimos con tal mala suerte que el director de Gara no se enteró, aunque sí otros que tenían que dar el visto bueno para las fotografías, y cuando lo hizo, me contactó por teléfono para decirme, entre otras cosas, que me había dicho que tenía que avisarle cuando hiciera una entrevista a Etxaide o a Txiki Muñoz, ex secretario general de ELA, y por teléfono me aconsejaba preguntar a Etxaide, cuando ya estaba hecha la entrevista y no se enteró de nada a pesar de las previsiones, por temas políticos y por la necesidad de continuar con las marchas a favor de la vuelta a casa de los presos y presas vascas, que se celebra en la primera quincena de enero. Le contesté a lo de los dos ex secretarios generales que lo que decía era mentira y a la segunda, que Etxaide no quiso entrar en temas políticos.

Su contestación fue tajante: ‘por jerarquía mando yo, y esa entrevista no saldrá’. Y el “dictadorcillo” que lleva dentro le hizo hacer la entrevista dos semanas después y no para lo que estaba concebida en apoyo al homenaje a Igor Urrutikoetxea. Por cierto, sí le hizo la pregunta sobre la manifestación de presos y no ocupó ni cuatro líneas. Este tema fue el que le sirvió de excusa para abrirme el expediente grave. Ni en la primera sanción ni en la segunda, me llamaron para conocer mi versión. Sólo valió la del director.

De ahí, en menos de dos meses fui apartado de manera fulminante de la sección de Ekonomia, donde trabajé desde 1991 (primero en Egin y después en Gara). Los últimos años estuve en Agenda, me ‘escondieron’ ahí, aunque seguí en redes sociales con los temas que me apasionan, pese a varios intentos de impedir que lo hiciera. Y los últimos meses con la pandemia en 2020 trabajé para Naiz. Creía que volvía a la normalidad, pero fue un duro espejismo.

La realidad es que desde la llegada de Iñaki Soto a la dirección de Gara a finales de 2011, que sustituyó a Josu Juaristi y éste a Mertxe Aizpurua, se ha encargado de que la voz de la calle solo la exprese EH Bildu, por lo que quienes se mueven en la calle (cada vez menos) tienen menos cabida en Gara/Naiz. Es una estrategia, que mucha gente no acepta porque, al final, una y otra vez vemos que ceden o se venden por aquellos que día a día no dejan que los diferentes pueblos y personas puedan ser libres. Se censuran iniciativas que no van de la mano de EH Bildu y, desde luego, se olvida de los inicios de ‘dar voz a los sin voz’, salvo en contadas ocasiones, porque le dejarían con el culo al aire. Soto me acusó de intentar influir en la línea editorial, cuando era un redactor normal y corriente, pero era evidente que las opiniones que expresaba en diferentes columnas, que escribíamos los propios redactores, no le gustaban, porque no estábamos controlados y desde luego no seguíamos ese discurso oficial al que se ha aferrado para garantizarse su futuro en la dirección. Y, por lo tanto, ya no encajaba, como dices, en esa línea oficial, que había virado ya 180 grados y que hoy vemos con nitidez, con excepciones raras, dando apoyo a quienes han reprimido en todos los campos, desde lo político, económico y sociolaboral a éste y otros pueblos. Incluso, Juaristi me recriminó en una ocasión que en una de esas columnas llamara a la huelga general.

—La anterior pregunta te la hemos hecho porque resulta obvio que Gara se ha convertido en el “órgano oficial” de la mencionada coalición. Y no nació para eso. Tras el cierre de EGIN, Gara surgió para dar continuidad al diario cerrado. Hoy la sección Mundua despide tufillo proyanqui; en tema económico se percibe cierta orientación socialdemócrata en los contenidos; y en opinión aparecen firmas y discursos que hace unos años hubieran creado cierto rechazo entre los y las lectoras. ¿Coincides con el breve diagnóstico expuesto? De ser afirmativa la respuesta, ¿cómo es posible que su línea editorial haya llegado a ese nivel de degeneración ideológica?

Primero, por puntualizar, Gara no dio continuidad a Egin. Una parte muy importante de éste, como el equipo de investigación que dirigía Pepe Rei, quedó relegado. No entró en Gara, que no quiso seguir aquella línea y preparó un desembarco más siguiendo el guión neoliberal que, como el sirimiri, ha ido calando y dando ese giro de 180 grados, utilizando todos los resquicios legales, que decían rechazar, para imponer la precariedad, la temporalidad y mantener salarios bajísimos para una parte de las personas que trabajaban en el periódico y negar lo que percibían el consejero delegado y el director. En eso, por ejemplo, BBVA es más transparente. Sin duda, es un experimento para abrazar la socialdemocracia y que ha servido de escenario para su aceptación por la Izquierda Abertzale Oficial. Eso se vio cuando EH Bildu controló la Diputación de Gipuzkoa, que basó su estrategia en el márketing político y que tuvo un amplio rechazo a nivel fiscal, social y laboral por parte del sindicato más representativo de Hego Euskal Herria. La respuesta de Gara: callarles a quienes criticaban ese gobierno, no hacer seguimiento y no publicarles casi nada.

Por último, sí estoy más o menos de acuerdo en ese diagnóstico. Cada vez había y hay más voces en contra, pero ellos persiguen ese objetivo. La degeneración ideológica que dices la tendrán que explicar ellos, pero va todo emparejado con el fin de no molestar a los poderosos y lograr ingresos publicitarios y, por lo tanto, no pinchar allí donde duele, sino tirar de teletipo.

—El cierre de EGIN fue ilegal y, por lo tanto, la deuda que le trasladaron a Gara es ilegítima. Siendo así, ¿por qué su dirección se empeña en pagarla apelando a la solidaridad monetaria del pueblo?

Sí, es ilegítima. Pero la demanda de la Seguridad Social obligó a Baigorri Argitaletxea a presentar concurso de acreedores, que sirvió a sus responsables a utilizar la misma como excusa para no mejorar ninguna de las condiciones laborales y salariales de sus trabajadorxs. Después cuando el juzgado apretó, porque estuvimos más de una década en concurso, llegaron a un acuerdo. Y, aunque Gara/Naiz estaba ya en respiración asistida, la solidaridad de la buena gente de Hego Euskal Herria ha hecho que se pague.

En realidad, la dirección de Gara/Naiz ha utilizado esa situación para generar ese revulsivo contra la amenaza de su posible desaparición. Cuando la represión llega de algunos despachos de Madrid, el pueblo se levanta. Es lo que ocurrió en 1999 y lo que ha ocurrido desde hace dos o tres años. Lo grave es que, una vez llegado esos ingresos extraordinarios, se han utilizado para echar a la calle a algunas personas, entre ellas estoy. Porque la realidad es que este pueblo solidario “no se preocupa” de la situación de los y las trabajadoras del periódico, que en bastantes ocasiones hemos vivido situaciones de acoso, de presión, de pérdida de derechos, mientras el sindicato LAB conocedor de todo ello callaba y trasladaba toda la responsabilidad a lxs trabajadorxs, sabiendo del control que ejercía la dirección sobre los mismos en una empresa en la que hay ‘más jefes que indios’. Si nos damos cuenta, Gara nació de la aportación popular de miles de personas, tras el cierre de Egin, pero no es el mismo de 1999, que ya nació cojo respecto a Egin.

—Aunque la información y la política van cogidas de la mano, pasemos a ésta última de manera más directa o precisa. La IAO, hoy integrada en EH Bildu, se desvinculó hace más de diez años de posturas revolucionarias y se adhirió a la socialdemocracia. Entonces anunció que desde la vía pacífica apostaba por la desobediencia. ¿Crees que ésta ha estado presente de ese tiempo a esta parte en su quehacer político o, por el contrario, practican la sumisión más absoluta al sistema?

No ha estado presente. Y, aunque tratan de enmascararlo con algunas declaraciones o manifestaciones, son parte de este sistema que nos atenaza día a día. La prueba se ve un día sí y otro también en su acomodo institucional en Madrid, lo que nunca había pasado en etapas anteriores. Es evidente que son corresponsables del blanqueamiento del sistema heredado del régimen franquista.

—Hace no tanto tiempo, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, dijo desde el parlamento de la CAV que iban al Congreso “a tumbar al régimen”. Sin embargo, están haciendo justo lo contrario. Previamente facilitaron en dos ocasiones la investidura de Pedro Sánchez (cuyo partido, el PSOE, es un puntal muy importante del régimen que supuestamente pretenden tumbar), después apoyaron todas las prórrogas del Estado de Alarma con su brutal represión incluida. También ayudaron a aprobar con su abstención los Fondos Europeos, que todo el mundo sabe que implicarán amplios recortes en los derechos de quienes pertenecemos a la clase obrera y, para rizar el rizo, aprobaron unos presupuestos tan antiobreros que los grandes beneficiados son la Casa Real, la policía, el Ejército con su industria armamentística y, por supuesto, el gran capital nacional y extranjero. ¿Cómo se entiende tamaño despropósito? Y, sobre todo, ¿por qué la “nueva” estrategia de esa IAO ha arrastrado a su posición reformista a tanta gente que no se cuestiona nada y que, hace no tantos años, era movilizada por objetivos muy diferentes?

No se entiende. No lo entiendo. Es duro, pero es así. Porque la situación política, económica y social no ha ido a mejor. En todo caso, vamos a peor y ni somos independientes ni hay atisbo de luz que asome por un horizonte muy lejano que lo vayamos a ser o, por lo menos, que este Pueblo pueda llegar a votar si quiere serlo a corto plazo. Nos podrán decir lo que quieran, pero la realidad, como decía antes, es tozuda. Utilizan Gara/Naiz, como hacen otros partidos con otros medios, para su ‘encantamiento’ de serpientes. Hace ya un tiempo decidieron desmovilizar al Pueblo en la calle para arrogarse desde esos parlamentos, alejados de la realidad del pueblo, en portavoces. No lo son. Su deriva socialdemócrata ha echado por tierra la lucha intensa que vivió este pueblo por conseguir la independencia y el socialismo. Es verdad que hoy en día están surgiendo otros movimientos alternativos y que hacen atisbar algún rayo de esperanza. Creo que es hora de que este pueblo solidario y luchador se dé cuenta de lo que pasa y rompa con ese estado de confort en el que ha caído, mientras tanto seguiremos viendo como los apoltronados nos llevan al no futuro.

—Desde dicha IAO se empeñan en hacernos creer que el PSOE es un partido de izquierdas. Pero éste creó los GAL, fue precursor de la ilegalización a la IA, apoyó el 155 en Catalunya y golpes de Estado en varios países del mundo. El PSOE gobernó durante meses con los presupuestos del PP; no ha derogado la Ley Mordaza, como prometió cuando era oposición; tampoco ha hecho nada con la Reforma Laboral… Vamos, que los méritos para ser señalado como partido de derechas son infinitos. ¿Por qué ahora la dirigencia de EH Bildu lo califica de izquierdas si conoce de sobra que no lo es? ¿Por qué mienten tanto?

Porque tienen que justificar su alianza con quienes impulsaron el GAL, dieron por válida la tortura…validan la Ley Mordaza y otros artículos del código penal que te pueden llevar a la cárcel por opinar o hacer canciones como, entre ellos, el rapero Pablo Hasèl. ¡Qué decir de las promesas de derogar las reformas laborales! EH Bildu en su afán para contentarnos de que no son iguales, hace un año pidió su derogación. Es cierto, 365 días después y la aprobación de los presupuestos antiobreros y a favor de los poderosos, EH Bildu recordó que presentaron esa iniciativa de derogación, que está incumplida. Es marketing. En Madrid, por mucho que digan, ni tienen la fuerza suficiente ni van a cambiar los temas más importantes que necesita Euskal Herria, pueden aliarse con ERC u otros, pero ciertos temas, como los que hemos hablado, son minoría. Ese es el argumento que hace años valía y ahora se le ha dado un giro de 180 grados.

—La palabra amnistía ya desapareció de su vocabulario; igual que el adjetivo de político cuando se refieren a presos y presas de la extinta ETA (ahora son presos vascos). Últimamente sólo han otorgado el calificativo de políticos a los ya ex presos del procés, para los que, curiosamente, sí pedían la amnistía. ETA entregó las armas y se autodisolvió sin contrapartidas políticas. Ni siquiera consiguió sacar a sus presos y presas de las cárceles. ¿Se puede decir que les abandonaron? ¿Supuso la unilateralidad llevada al extremo una rendición en toda regla?

Para los del Procès y para los de Córcega piden la amnistía, y para los gudaris, no; al contrario, de lo que ocurría hasta no hace muchos años. Además, impulsaron la división al “obligar” a los presos políticos vascxs a aceptar la legislación penitenciaria española, entre otras cosas, pero es cierto que después del fin de ETA, la reclamación de la amnistía total ha desaparecido en la IAO. Eso no quiere decir que haya desaparecido de las calles, que está muy presente cada semana en diferentes puntos de Euskal Herria.

Evidentemente, les han abandonado a alguxs presxs y a algunxs refugiadxs. Y quiero añadir que es cierto que pisar las moquetas del Congreso español y avalar la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez ha propiciado el acercamiento de algunxs, sí, pero yo no contaría como victoria el cumplimiento de la propia legislación, aunque me alegro por sus familias y amigxs que tendrán que hacer menos kilómetros y supondrá menos riesgos. Eso ya lo he vivido yo, sé de qué hablo.

Un gran amigo y gudari, por último, describe ese proceso como ‘un golpe de estado’. No estuve ahí, pero parece que les condujeron a ello.

—Tras desmontar todo el MLNV, la IA integrada en EH Bildu delegó el tema de los presos en Sare, cuya cabeza visible es Joseba Arkarraga. Tremendo contrasentido si añadimos que, en tiempos de Consejero de Justicia del Gobierno de la CAV, éste señor (hoy “paladín” de los derechos humanos) negó y encubrió numerosos casos de tortura a detenidos en dependencias de la Ertzaintza. Por si esto fuera poco, Azkarraga fue uno de los precursores de la tristemente famosa dispersión de los y las presas políticas vascas. Incluso, llegó a hacer declaraciones públicas alegrándose de no pocas detenciones de personas que hoy todavía están presas y supuestamente defiende. Descartada la amnistía, ahora sólo piden que se cumpla la legalidad penitenciaria del histórico enemigo. ¿Es esto evidente ejemplo de la deriva ideológica que han experimentado? ¿Puedes decirnos algo a ese respecto?

Creo que está contestada en la pregunta anterior. Sobre Azkarraga decir que fue uno de los políticos de hace años que impulsaron el “arrepentimiento”. Todo está dicho si vemos la evolución que ha seguido hasta la situación actual.

—A la IAO reformista le molesta que le comparen con Euskadiko Ezkerra. También que le atribuyan similitud con Aralar, que acabó disolviéndose en EH Bildu. ¿Se parecen en algo?

Van por similar camino. Y si les siguen tratando bien en Madrid, lo lograrán.

—No cabe duda de que los partidos que participan en el sistema son empresas privadas altamente subvencionadas con el dinero público, según los resultados electorales. El sistema tiene sus mecanismos de autodefensa, no está diseñado para que desde dentro sus enemigos puedan destruirlo; decir lo contrario es ejercer la mentira o simplemente pecar de ingenuo. Hacer frente al Estado implica mucho trabajo y sacrificio. La IAO lo sabe muy bien, pues ha sufrido su represión como nadie y, como hemos señalado, conoce lo que es estar ilegalizada. Si hoy no lo está, ¿a qué se debe? ¿Será que lejos de ser un peligro para el sistema, es un notable puntal? ¿Quizás ahora se dedican a mantener próspera su empresa más que a intentar conseguir sus históricas reivindicaciones?

No está ilegalizada porque ha aceptado la legislación española en todos sus frentes. Han validado la Constitución y sus estatutos son bastante similares (copia diría yo) a los de otros partidos legalizados.

‘EH Bildu SA’, según sus últimas cuentas oficiales de 2019, tiene unos “ingresos de origen público” de 6,2 millones, de los que 1,5 millones son “subvenciones de gastos de funcionamiento” y 1,6 millones son “ingresos de origen privado”, mientras que las cuotas de afiliación no pasan de los 35.125 euros. Bueno, muchos negocios no llegan a esos ingresos, sin duda, la actividad política sí parece que es rentable, para unos pocos. Y, por lo tanto, utiliza esa lógica de mejor aferrarse a la misma para lograr buenos ingresos.

El cambio de rumbo adoptado dejó, de hecho, sus reivindicaciones históricas en el baúl de los recuerdos, aunque siguiendo la estela del PNV en un par de ocasiones al año nos aseguran que en un plazo no muy largo llegará la independencia y no sé cuántas cosas más. Pero es claro que la clase obrera ya no es el epicentro de sus reivindicaciones laborales, sociales, económicas y políticas.

—¿Qué opinas de que diputados de EH Bildu en el Congreso (en el parlamento de la CAV también cobran lo suyo) se acerquen o superen los 100.000 euros al año? Cobrando esas cifras, que son infinitamente superiores al sueldo de cualquier trabajador o trabajadora, ¿tienen legitimidad para autoerigirse como representante de la clase obrera cuando, además, ni siquiera son capaces de conseguir para ésta los reivindicados 1080 euros como pensión mínima?

La realidad es que los sueldos de los parlamentarios son un escándalo, en general. Se quejan porque dicen que en sus profesiones o puestos cobrarían más, pero pocos lo dejan. Porque mover el culo por los pasillos pisando moqueta está muy bien pagado. Se hacen los sufridores, pero no lo son. Sufridor es quien tiene que comenzar su trabajo a las seis de la mañana en la boca de una acería, de un horno, en el campo, en una cadena de producción… y cobrar al mes mucho menos de la mitad, que uno o una parlamentaria, y con el peligro añadido de poder sufrir alteraciones en su salud, un accidente o, cuando no, la muerte.

Es evidente que nadie de EH Bildu, ni del resto partidos, se pueden erigir de representantes de la clase obrera. No lo son. Por poner unos ejemplos. Mertxe Aizpurua, portavoz, cobrará este año entre sueldo y complementos por su cargo 126.582,68 euros, mientras que su salario en Gara en 2019 no rebasó los 23.019 euros. Su compañero Oskar Matute, 117.698,84 euros. Por comparar, el lehendakari Iñigo Urkullu, según los últimos datos, cobrará este año 106.778,14 euros, 7.627,01 euros al mes.

Pues bien, la mitad de las personas que reciben una pensión en Hego Euskal Herria cobran por debajo de 1.080 euros, que sería la cantidad próxima a lo establecido por la Carta Social Europea (el 60% de la mediana salarial). Además siendo Hego Euskal Herria una zona rica, un 10% más o menos de la población se encuentra en situación de pobreza.

Si comparamos los salarios, según datos oficiales, 155.300 asalariados percibieron en 2020 por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (950 euros). Y, por cierto, el salario medio en Nafarroa se situó en 2019 (último dato oficial) en 27.493,93€ y en la CAV (Euskadi) en 29.476,21€ anuales. Las mujeres perciben entre 6.000 y 7.000 euros menos que los hombres.

Como se puede concluir: nada que ver con los políticos y menos para que se erijan representantes de la clase trabajadora.

—No queremos abusar más de tu tiempo, de modo que vamos ya concluyendo; quizás en otro momento u otra entrevista vuelvan a coincidir nuestras preguntas con tus respuestas. Es cierto que en los últimos años hemos sufrido una clara derrota. Sin embargo, estamos asistiendo a ciertos movimientos que retoman la vía revolucionaria como única manera posible de transformar realmente la sociedad. Lo ilusionante y reseñable es que, además de ir ganando terreno, se observa la participación de muchas personas jóvenes; cada vez son más. Hacia bastante tiempo que ya no se oían las palabras socialismo y comunismo con tanta claridad, sin complejos. Las pronuncian defendiéndolas con sobrados argumentos en medio de la barbarie que inevitablemente genera el capitalismo. ¿Crees que se le irá dando la vuelta a lo sucedido, que el reformismo hoy “triunfante” será finalmente superado? ¿Queda margen para la esperanza?

Espero que sí, por el bien de la clase trabajadora. Siempre hay que tener esperanza, pero es cierto que el abandono de la lucha en la calle, que nos hace fuertes en colectivo, supone individualizarnos; y la élite económica y quienes apoyan a la burguesía se sienten cómodos en ese desgarro, porque, al final, nos peleamos entre nosotros por un trozo de pan, cuando tendríamos que cantar las cuarenta a esa élite avariciosa y acaparadora, que cuenta con la sumisión de los gobiernos y sus secuaces para permitirles engordar sus beneficios y fortunas, mientras la mayoría sufre explotación laboral y bajos salarios. Siempre digo que espero que más bien pronto que tarde vuelva un ‘nuevo Che’, que equilibre esta desigualdad tan aguda que sufrimos.

—Si quieres añadir algo sobre lo que te hemos preguntado o acerca de cualquier otra cosa que consideres oportuno, puedes hacerlo. Por nuestra parte, nada más, aquí ponemos el punto final. Sólo nos queda darte las gracias por el tiempo que nos has dedicado. Eskerrik asko.

Sí, primero agradeceros la entrevista y perdonar por la extensión. Además quiero destacar el acompañamiento de Bat Sindikatua en los momentos más difíciles de mi vida profesional y, por supuesto, de quienes hicieron y sostuvieron la pancarta aquellas semanas en pleno verano ante la sede de Gara en Bilbo o en la Plaza Castillo de Iruñea. Su lema, hoy más que nunca, sigue presente: “Gara/Naiz!: Enpresarioen zipaioak zarete!”. Y, por cierto, sigo llamando al boicot a esos medios que dirigen Iñaki Soto, Iñaki Altuna y Juan Pedro Plaza Lujanbio.

Tampoco me puedo olvidar de Sare Antifaxista, que me ha devuelto el oxígeno como periodista con las colaboraciones que realizo. Eskerrik asko/ muchas gracias.

En la imagen, una de las concentraciones llevadas a cabo el pasado año ante la sede de Gara en Bilbo

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