Los afectados por el recrecimiento de Yesa no aceptan la falta de seguridad


El pasado viernes, varios cientos de personas de varias localidades afectadas por el recrecimiento de Yesa salieron a la calle en Sangüesa para mostrar su rechazo a la última propuesta de finalización de las obras, que sigue sin dar ninguna garantía de seguridad.
La puerta de la icónica iglesia de Santa María de Sangüesa ha sido el escenario este viernes de la realización de una foto colectiva que derivó en movilización multitudinaria, la mayor en varios años en la localidad, una concentración express que paralizó el tráfico varios minutos, convocada por las asociaciones Yesa+No y Río Aragón, en respuesta a la enésima propuesta
de modificación del proyecto.
La nueva información que ha motivado la convocatoria, es la publicación, el pasado septiembre, y tras un año y medio de ocultación por parte de las instituciones, del último informe sobre la seguridad del proyecto. El dictamen encargado por el MITECO y elaborado por el Colegio de Ingenieros de Canales Caminos y Puertos, que estaba llamado a despejar definitivamente las dudas sobre la seguridad del recrecimiento, plantea cambiar por primera vez el paradigma de las obras y continuar con ellas, pese a la imposibilidad de garantizar su seguridad, utilizando el “método observacional”, o de ensayo y error.
Esta propuesta aventura un escenario complicado de llenado en el que, incluso se da por hecho, que “cabe contar con un incremento de los levantamientos de las presas” y que “es una incógnita si se van a reactivar los movimientos”, y donde se asegura, sin embargo, que ante una eventual catástrofe “siempre dará tiempo a tomar medidas de seguridad, tanto en las
presas como en los bienes materiales y humanos”.
Las asociaciones, por su parte, consideran inaceptable para la población asumir este riesgo y consideran que la finalización del proyecto, tal y como se plantea actualmente, es sencillamente inviable. Por eso, anuncian que continuarán con su labor y piden actuar a los diferentes agentes públicos, para evitar este escenario y poder, al fin, después de 20 años, desarrollar con garantías el futuro de sus territorios.
(Fotografía: Ignacio Solla)