“Romper las porras a cabezazos”


A veces la prueba y error es un método que te enseña qué cosas funcionan y cuáles no. Y entre una de las cosas que aprendí fue que no es compatible gaupasa con movilización mañanera. Sobre todo si es en tu pueblo, lo cual hace que te pueda tocar la ruleta de la adjudicación de pancarta y cosas similares. El tema además se complica cuando el ambiente está caldeado tanto como cuando dijiste durante la noche que vas a tomar la espuela y te vas para casa, pero no acabas de marcharte y cuando te vas a ir ya es de día y falta media hora para la concentración.
Era una movilización del movimiento popular un domingo por la mañana y no podías quejarte a nadie porque tu también tenías la culpa de haber puesto esa fecha. Así que con reflejos cero, medio dormido sujetando la pancarta, la ertzaintza tuvo la ocurrencia de coincidir con la tradición dominical católica de repartir ostias. De lo cual me enteré unos 10 segundos después de que se enterara todo el mundo. Aunque de lo primero que me enteré fue que mientras la movilización transcurría tranquilamente, estaba sujetando la pancarta yo solo, lo cual hizo que me interrogara dónde estaba la gente, algo que me quedó respondido al girarme y ver un maromo de dos metros que al alzar el brazo con la porra parecía que midiera cuatro a cinco. El caso es que me metió de seguido un tremenda ostia en toda la cabeza que no me dio tiempo, (ni tenía los reflejos) para poner aunque sea el brazo de protección. Supongo que sería suerte que no me abriera la cabeza aunque me salió tiempo después unos chichones de una envergadura que pareciera que tuvieran vida propia como entidades independientes, pero ese no fue el problema. El problema fue que no se si sería porque era de porra fácil que ya la tenía más quemada que las maracas de machín, o que habían tenido problemas con termitas en comisaría, ( aunque los colegas mientras me ponían hielos sugerían la hipótesis de dureza de mollera), pero a parte de yo caer al suelo, la porra blanca de madera cayó conmigo partida en dos.
La ertzaintza no es que se caracterice precisamente por su amabilidad. Pero puedo asegurar que un ertzaintza con la porra rota es algo de lo que no hay. Porque, no te ha roto la porra en la cabeza, tu cabeza le ha roto la porra. Y te lo hará saber a gritos y con mucha rabia además.
No se si habéis leído un informe que ha trasladado la ertzaintza del PNV a los juzgados de la audiencia nacional española pero aquí podéis leer cuatro de los puntos:
Cualquiera que lea esto no se qué se podrá imaginar entre atentados, graves incidentes, y elevados daños pero por lo menos alguna zona de guerra abierta. El caso es que esta milonga de la ertzaintza cocinada en algún batzoki trata sobre los muros populares. Donde todo el mundo sabe, haya participado o no, porque lo ha podido ver todo el que haya querido y hay numeroso material gráfico y de vídeo, que son movilizaciones similares a las famosas detenciones provocadas de insumisos donde la única violencia existente ha sido la de las diversas policías. Y las lesiones, estas han sido en los participantes de la movilización porque las diversas policías han sufrido ataques en sus porras por espaldas, y en sus dedos por ojos, que quizás también se han dañado al apretar el gatillo del pelotero.
Es tal el grado de miseria y mentira que resulta repugnante. A lo cual hay que añadir poner en manos de unos juzgados con tanta peligrosidad social informes de ese tipo, donde también se criminaliza a una organización juvenil y el significado político de esto. Todo para detener y encarcelar a una joven vasca comprometida con este país. No tenéis vergüenza.
Mantener el orden público en Euskal Herria supondría entre otras cosas detener a la ertzaintza, a sus jefes políticos y clausurar la audiencia nacional, la cual tiene cero legitimidad para juzgar a nadie.
Hoy a las 19:00 en la plaza del mercado de Gernika. Con Jone. Con la juventud vasca perseguida.
Aupa Jone!