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Nacionales E.Herria :: 26/01/2018

Nobody expects the basque revolution

Borroka garaia da!
Las enseñanzas europeas para Euskal Herria son brutales. Los casos de Grecia e Islandia pueden que sean los que con más crudeza realista lo expliquen.

Cuando el proceso de liberación nacional y social vasco iba entrando en un bucle descendente y una nueva fase (que es la actual) de repliegue (la anterior fue en la era franquista antes del surgimiento del hoy extinto MLNV), el mundo entraba en una ofensiva capitalista espantosa que llegaría a denominarse crisis. Queda dilucidar para los y las historiadoras del futuro si en el lugar de toda Europa donde el socialismo revolucionario y un proyecto de ruptura abertzale tenía la mayor fuerza, aun pese a su situación de extremo cerco, fuera una mera coincidencia y casualidad temporal que la coyuntura propicia para sus fines fuera al mismo tiempo la fase de despolitización y desradicalización que ha llevado a que el proceso de liberación nacional y social vasco hoy se encuentre como está.

A 2018 esa crisis capitalista no está resuelta (las “crisis” no se resuelven), sino que dentro de la lógica del capital son elementos acumulables. De esta manera, la situación de los pueblos trabajadores del mundo se ha visto deteriorada en beneficio de la clase burguesa y en los años que nos aguardan no será otra la tónica general la que nos espera. En ese contexto las enseñanzas que nos ha dejado nuestro entorno cercano europeo como Grecia, Catalunya, Islandia, el estado español o el francés entre otros cobran una importancia vital. En primer lugar porque en todos esos procesos de lucha se han dado exactamente los mismos bloqueos aun expresados de forma diferente según sus propias coyunturas, en ninguno de ellos se ha conseguido ninguna victoria (es decir, ningún avance material real), en algunos ha ocurrido todo lo contrario, los avances finalmente los acaba dando la reacción, y se podría decir que existen elementos comunes que lo explican. Y que de su estudio, junto a consideraciones internas del caso vasco, se pueden sacar las conclusiones necesarias que puedan ayudar a cambiar la fase actual de repliegue por una nueva ofensiva revolucionaria en Euskal Herria.

Las enseñanzas europeas para Euskal Herria son brutales. Los casos de Grecia e Islandia pueden que sean los que con más crudeza realista lo expliquen.

El caso islandés

¿Os acordáis de aquella revuelta social de hace unos años en Islandia? Caceroladas, indignación, el pueblo en la calle forzando la caída del gobierno, impulsando un proceso constituyente ciudadano de cambio constitucional, poniendo bajo control a bancos y banqueros… Es posible que muchos lo tengan algo olvidado porque no ha habido muchas noticias desde entonces.

¿Qué ha pasado? Lo que ha pasado es algo digno de estudio milimétrico para toda fuerza de cambio y en mi opinión paradigmático de las limitaciones de la lucha de masas dependiente del institucionalismo y del bucle socialdemócrata donde se ha dado punto por punto casi todas las tendencias negativas que se pueden acumular en una la lucha. Desde la tendencia de las masas explotadas a creerse las promesas, las limitaciones de la protesta sectorial basada exclusivamente en reformas parciales sin alternativa estratégica, la vehiculización parlamentarista burguesa para ahogar cambios debido a la aparición en escena de la burocratización y el reformismo en una lucha ascendente, la tendencia al estancamiento y retroceso de los movimientos populares etc…

Ya no queda nada de la “revolución islandesa”. Ni rastro. Y es que en primer lugar nunca se cuestionó ningún pilar del sistema capitalista. La presión popular consiguió que cayera un gobierno. Posiblemente por estos lares muchos lo llamarían “la caída del régimen” y otros hasta de “la casta”. Pero un régimen es un sistema institucional, es el conjunto de instituciones políticas por medio de las cuales un Estado organiza la manera de ejercer el poder sobre la sociedad. Tanto el régimen como el estado nunca son neutros, y un cambio de gobierno nunca es un cambio de régimen per se.

Caído el ejecutivo fue sustituido por una coalición de izquierda socialdemócrata que prometió aceptar las demandas populares de un proceso popular para redactar una nueva constitución.

Los impedimentos institucionales desde el inicio del proceso constituyente popular no se hicieron esperar ni la falta de respaldo. Incluso presiones y zancadillas del tribunal supremo islandés. Las élites económicas ahogaron también muchos movimientos y “los ciudadanos” se quedaron solos frente al estado. La coalición de izquierdas hizo el resto poniendo piedras en el camino. Y todos esos factores hicieron que no se llegará a aprobar ningún texto así como que el referéndum contará con baja participación y fuera acotado exclusivamente a seis temas parciales que pese a ser propuesto por “ciudadanos” no pudo abstraerse de la hegemonía burguesa en sus contenidos.

Fracasado el proceso constituyente popular, el último día de la legislatura, una diputada que había formado parte del movimiento social, a la desesperada e intentando cumplir promesas incumplidas, incluyó una propuesta constitucional como una enmienda a otra ley que se debía votar. El parlamento a manos de su presidenta y miembro de la Alianza Socialdemócrata, obvió la enmienda. Acabada la legislatura, el partido conservador que por presión popular había sido “derrocado” en las elecciones anteriores volvía a ser la fuerza mayoritaria y alcanzaba el poder parlamentario. Hasta hoy.

No hace falta mencionar que durante todo este proceso el poder institucional “de izquierda” hizo de apagafuegos debilitando al movimientos popular y la protesta impidiendo y condicionando de esta manera la movilización que precisamente fue la que le puso en el poder, repitiéndose así uno de los paradigmas mas repetidos de la izquierda que alcanza el poder institucional dentro de un régimen burgués.

Hoy en Islandia la protesta está totalmente muerta y la población prácticamente asimilada. No se vislumbra alternativa.  Las tácticas de represión y los “antidisturbios” son muy distintos y muy mejorados tras la experiencia pasada teniendo muy bajo control a la hoy minoría disidente en retirada. Los medios de comunicación también han aprendido mucho para que se extienda “la normalidad”. La burbuja inmobiliaria se agranda por momentos, la juventud y la clase obrera siguen en retroceso acumulando deudas a costa de que los sectores acomodados que se vieron tocados han tenido una recuperación. Parece que a nadie ya le interesara cambiar el país. Las familias conocidas como el Pulpo y el Calamar siguen controlándolo todo.

Pero … el problema sigue latente, esperando que las burbujas exploten, que la realidad virtual caiga otra vez y quizás esa próxima vez la izquierda y el movimiento popular aprendan de sus errores, los cuales deberían ser conocidos por esas izquierdas y movimiento popular que en otras partes del mundo quieran cambiarlo todo. Una vez más, intentar poner rostro amable al capitalismo muerde el polvo. En el caso de Islandia, en un visto y no visto.

El caso griego

– El movimiento popular y obrero que durante años aporta conflictividad y desestabilización abriendo puertas para el cambio social, cuando se llegan a puntos de inflexión y las oportunidades son delegadas y gestionadas por la socialdemocracia institucional, se apaga el movimiento popular y obrero y se pierden las oportunidades.

– El posible retorno al falso “estado de bienestar” y la defensa de derechos de la clase trabajadora en plena crisis estructural no solo no ha conseguido ningún resultado, sino que no lo conseguirá. Ni en Grecia ni en toda Europa. Y se irán apilando cada vez más todo tipo de retrocesos hasta que el capital arranque su ciclo de toma de plusvalía en las condiciones favorables que requiere. Y esas condiciones favorables que requiere son las mismas condiciones que requiere el sistema para sustentarse. Por ello mismo sin un cambio sustancial y estructural del sistema no habrá ya recuperación de derechos sociales por muy progresistas que sean los gobiernos. Pues esos derechos sociales fueron conseguidos en un tiempo y contexto económico que en Europa se fue para no volver. Las políticas keynesianas no pueden tener ya recorrido debido a pasos irreversibles y etapas ya quemadas por el capital.

– La estrategia socialdemócrata de reformabilidad del capital sigue siendo errónea tanto en el siglo XIX como en el XXI.

– Debido a esa irreformabilidad, la estrategia de una “UE diferente” o una “UE social” no sería más que la extensión de un “capitalismo amable”. El resultado es que en su esencia el capital no es diferente nunca y lo que se hace diferente es la izquierda para amoldarse a ello.

– La delegación de las decisiones en grupos académicos o tecnócratas alejados de la calle y de la clase obrera dificulta operar el cambio debido a la credulidad de éstos en cuanto a la verdadera esencia de los estados y el capital. Ellos volverán a sus bufetes.

– No es posible ninguna alternativa o cambio social en Europa sin una ruptura con las estructuras que aseguran el poder de las clases dominantes. No es posible una alternativa sin la salida de la UE y la OTAN. De la misma forma que no es posible una salida nacional de un pueblo oprimido sin ruptura con un estado imperialista y capitalista ya constituido. La lógica del capital es siempre preponderante a cualquier democracia burguesa formal y cualquiera de sus gobiernos.

– Nos encontramos en una situación en la que si no se producen cambios radicales políticos y económicos por fuera de la lógica del capitalismo y del entramado burgués no hay espacio para la recuperación de derechos ni mucho menos para reclamar nuevos avances, enquistándonos en un fase resistencialista de “reclamaciones” que es en la que estamos sumidos desde hace décadas en vez de desatar una ofensiva social. Ese resistencialismo y ese keynesianismo es lo que está asentando la pérdida de derechos. Por lo que es fundamental que la clase trabajadora pase a la ofensiva y empiece a construir en otros parámetros no dependientes del capital mediante cambios radicales y acción directa. Si el institucionalismo no acaba de encontrar su función en ese proceso seguirá siendo un elemento inocuo para el capital y al final de anestesia para el pueblo.

– Dado este contexto solo un poder popular y solo un poder obrero pueden ser el ariete que genere el cambio siendo el institucionalismo subsidiario de esos poderes. Revertir el proceso y colocar el institucionalismo delante reduce las oportunidades al mínimo. El transcurrir de los acontecimientos están dando la razón al movimiento revolucionario histórico pero  no se acaba de poner en efectivo y a fondo la tarea de desplegar el poder popular y el poder obrero por lo que el fracaso del institucionalismo socialdemocráta no es excusa válida. Sino la  inexistencia o falta de efectividad del institucionalismo revolucionario subsidiario del poder popular y obrero.

Conclusión

Las condiciones objetivas para una reactivación del proceso revolucionario vasco están dadas. Y aun durante esta fase de repliegue se pueden empezar a apreciar en el movimiento popular, estudiantil, juvenil, internacionalista y feminista los primeros trazos de las semillas que pueden provocar un vuelco a la situación y que estos no van a correr por ningún carril actual existente fruto de la fase de repliegue ni por viejos trazados, sino por una articulación del poder nacional, popular y obrero, por una articulación de la ayuda mutua del pueblo trabajador vasco, por una nueva articulación de la confrontación contra los estados y el capital, por una nueva estructuración de un nuevo socialismo abertzale revolucionario que tiene la base en una lenta pero en activo reactivación de la conciencia nacional de clase principalmente en nuevas generaciones como en algunas veteranas. En la medida que se sepan leer los viejos y nuevos bloqueos y se de rienda suelta al pueblo trabajador vasco de cara a la ruptura con los estados y a la ruptura con la burguesía vasca, los diferentes procesos de normalización del autonomismo, el capital y los estados se pueden ver truncados. Lo que rellene el plano inicial para labrarse las condiciones subjetivas que encienden la mecha será un gran proceso de integración masiva en la militancia revolucionaria poniendo el cascabel al gato. Algo que ocurrirá mas pronto que tarde, pues estos años de repliegue también han servido para pensar.

 

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