Los mafiosos

5 de Abril del 2012. La ertzaintza se ponía cual pelotón de fusilamiento en el callejón donde se encuentra la Herriko taberna en las cercanías de San Mamés en Bilbo, mientras numerosas personas estaban celebrando el triunfo rojiblanco totalmente ajenas a la operación policial que no tenía mayor objetivo que cargar, una vez más, en las inmediaciones de una herriko, pues no sucedía nada.

Dispararon hasta que abrieron un boquete en la cabeza a un joven de 28 años que entró en coma. Del 5 de abril al día 9, mientras Iñigo se debatía entre la vida y la muerte, el silencio de los medios de comunicación vascos y de los medios españoles fue sepulcral. Apenas fue tratado como una pequeña nota de sucesos en segundo plano y eso en el caso de ser tratado. Lo recuerdo vivamente porque el día 9 de abril del 2012 hice una búsqueda en el google “Iñigo Cabacas” y la primera entrada de todo internet de las poquísimas existentes era este mismo blog que estás leyendo ahora, un simple blog por encima de todas y cada una de las fuerzas mediáticas que lo ocultaron o minimizaron. El día 9 moría finalmente Iñigo y del silencio se pasaron a las mentiras.

Desde el primer minuto sabían porqué había un joven a sus pies desangrándose en el suelo e inconsciente. Y también sabían porqué golpeaban a todos los amigos que se acercaban rogando que llamasen a una ambulancia. Risas, insultos y palos. ¿Qué eres la novia perdida?. Eso fue la contestación que dio uno de ellos ante una chica aterrorizada que reunió el valor de acercarse a ellos para pedir ayuda. Después la pegaron como animales.

Cinco días tardó en salir interior a hablar sobre el caso. “Todas las hipótesis están abiertas”. Y es que además lo hicieron cuando minutos antes ya se había filtrado que la autopsia no daba ningún género de duda a que la muerte de Iñigo como así lo habían afirmado los testigos fue a causa de una brutal carga policial contra una masa de gente tranquila e indefensa. Un pelotazo en la cabeza.

Ayer se cumplían cuatro años desde el asesinato de Iñigo.

Ares, EITB, la ertzaintza y el gobierno ilegítimo de López, el del pucherazo del PSOE y PP, el ministro de interior español. El PNV. Todos ellos siguen tranquilamente haciendo sus cosas, ganar dinero y hablarnos de paz. Algunos han sido ascendidos y han ganado puestos. Otros siguen trepando y hacen carrera política en Madrid. El caso es que la muerte de Iñigo ha pasado para el sistema que lo ha causado como si nada y de lo único que se sabe es de la denuncia policial contra los abogados de Iñigo y Naiz con una petición de indemnización por 770.000 euros.

Ayer se cumplían cuatro años desde que arrebataron a Iñigo. Si no se hubiera elevado la protesta la muerte de Iñigo Cabacas Liceranzu hubiera pasado, como así lo hizo en un principio, como una pequeña nota de prensa sin llamar mucho la atención. Si no fuera por una familia que no ha dejado un solo instante pese al sufrimiento, de llevar con honor y dignidad la memoria de su hijo y la denuncia de la injusticia esta sociedad vasca no tendría el derecho ni de llamarse sociedad.

Cuatro años de impunidad total y de intento constante de humillación. Y digo intento, porque tendrían que volver a nacer muchas veces todos aquellos que de una forma u otra son los responsables y no llegarían si quiera a la suela del zapato de los que no tienen nada para defenderse más allá de la verdad frente a todo un sistema mafioso, lleno de mafiosos con corbata en congresos y parlamentos, con placas policiales. Haciendo caja, hablando de paz.  Un sistema para el que la vida de un joven trabajador no vale nada. Menos vale para muchos y muchas de nosotras la farsa a la que ellos llaman democracia. Iñigo gogoan zaitugu!