20D – Domingo electoral

Este domingo una vez más llegan elecciones. El ritual de la falsa democracia española donde se aparenta que votando se pueden cambiar las cosas, mientras que los verdaderos órganos de dirección se encuentran en otra parte, especialmente en el poder económico que nunca se vota. Unas elecciones que sea cual sea el resultado harán que el estado siga manteniendo Euskal Herria bajo su control y negando un futuro pensado desde y para Euskal Herria. Un sistema hecho a medida para impedir mediante la violencia la autodeterminación vasca.

No fue tradición política del nacionalismo vasco la participación en el tinglado parlamentarista español. De hecho y debido a ello, Luis Arana Goiri abandonó el PNV. A lo largo de los años y hasta hoy el PNV confirmó que le hace mucha falta el congreso español para poner en práctica su política colaboracionista o encadenar en la dependencia a un pueblo, todo por mero interés de clase.

No ha sido tampoco tradición de la izquierda independentista vasca la participación en esta clase de parlamentos españoles. Las arengas de Telesforo Monzón en ese sentido todavía resuenan y entre 1979 y 1982, Periko Solabarria también fue diputado y dos de las cosas que más le gustaba contar era dónde entregó las actas de acreditación (en una cárcel a los presos políticos) y que no pisaba la institución española. En 1989 se presenta HB a las elecciones generales, asesinan a Josu Muguruza, se hizo una intervención y no se volvió a hacer en toda la legislatura. En 1993 se presenta otra vez HB, Idigoras interviene solo dos veces en toda la legislatura, para denunciar la corrupción del estado y la participación en la guerra de Irak. En 1996 familiares de represaliados encabezan las listas de HB y ni siquiera se recogen las acreditaciones. En el 2000 Batasuna legal llama a la abstención, en el 2004 la izquierda abertzale ilegalizada llama a a la opción ilegal, en el 2008 la izquierda abertzale ilegalizada llama a la abstención. En las siguientes tras acatar en la práctica la ley de partidos y configurar una coalición soberanista de izquierda la participación es normalizada.

Sin embargo, todo eso es pasado y no tiene porqué justificar ni dejar de hacerlo la iniciativa del presente o del futuro. Cada elección requiere una interpretación dialéctica de qué hacer y para qué. Y en este caso y teniendo en cuenta la urgente necesidad vital del proyecto de liberación para unilateralmente cortar amarras con el sistema y avanzar en un proceso soberano constituyente, la lógica política indica que presentarse en elecciones españolas y llevar una participación normalizada en sus instituciones no alimenta la desconexión ni entrena las perspectivas adecuadas para un camino de no dependencia. Un camino que debe ser desde lo simbólico a lo material. En esta coyuntura además, donde la izquierda independentista catalana opta por la abstención activa quizás hubiera propiciado una alianza de corte de amarras con el estado entre diversos independentismos de izquierda de las naciones bajo ocupación española y más sectores y poder haber puesto en escena una iniciativa mucho más afilada y con más incidencia.

En cualquier caso, sí, Sabino Cuadra de una manera excelente y por poner otro ejemplo más personas como Onintza, que me gusta mucho,  pueden hacer de altavoz de muchas reivindicaciones, pero se antepone el representante parlamentario al cuerpo político o al sujeto, que delega en el discurso (que por muy bueno que sea siempre se lo lleva el viento) su por ahora incapacidad de generar movimiento material. Por lo que el parlamentarismo a modo de palanca se encuentra sin nada donde meterla. Lo cual hace que quede en evidencia el esquema global institucionalista que nos asola y que entre otras razones está impidiendo salir de la crisis en la que está inmersa no solo el estado español y el capitalismo sino el independentismo y socialismo vasco.

Hasta ahora todo muy teórico lo escrito y se podría añadir muchísimo más y en general no alentador pero ahora voy a escribir también desde el sentimiento: No tengo ganas de votar. Las razones son muchas y darían para largo. Muchas menos ganas además me entran teniendo en cuenta que ese voto se ha usado ilegítimamente como una fuente de legitimación de prácticas políticas mas que dudosas y en algunos casos abiertamente negativas y no hablo del congreso español.

Siempre he pensado que el voto como mínimo hace que exprese en toda su extensión que existe un sector social abertzale y de izquierda grande y extenso. Y creo que eso es  importante. Tampoco creo que “lo que tenga ganas” siempre es decisivo. Hay veces que hay que hacer cosas sin ganas ni ilusión. Aunque es probable que mucha gente piense que eso no es así.

Pero ciertamente todo tiene un límite. No estoy contento con la trayectoria que se está llevando (y con cosas peores que eso) y no por EA, Aralar o Alternatiba. Que se a qué atenerme con esas formaciones.

Voy a votar a EH Bildu al congreso y tras 22 años desde los 18, de un voto escrupuloso y fijo a la izquierda abertzale, a candidaturas ilegalizadas o a lo que haga falta, creo que voy a abstenerme al senado.

Parece como si lo hubiera pensado mucho, y lo cierto es que sí. Aun asi, si alguien puede aportarme razones de peso para poder cambiar esa decisión me gustaría escucharle pues se me cruzan sentimientos, se me separa la cabeza y el corazón. Espero que en un futuro cercano no me ocurra pues tengo esperanza de que se pueda reconducir lo mal conducido.Que seremos mucho más que unas elecciones tras otras. Un pueblo en movimiento, una clase trabajadora en acción y contestataria. Y esa batalla no se dilucida en las urnas sino en las calles, en los corazones y en las mentes.

Baloratu: