Carta abierta a nuestros jefes de eitb.com

Irune, Iñigo, Iñako, Edurne y Lontzo; lo que sigue os lo habéis ganado a pulso, y es fruto de un enorme sentimiento de decepción y rabia. Pero, sobre todo, decepción. Es lo que se consigue cuando se deja literalmente tirados a quienes han trabajado codo a codo contigo durante años. Y lo hemos hecho en un proyecto joven e ilusionante como era eitb.com (habrá que empezar a acostumbrarse al verbo en pasado, ¿no?), un proyecto que creíamos un poco nuestro, dado nuestro grado de implicación. Qué ingenuos hemos sido. Tenéis que estar tronchándoos de risa. Conseguisteis hacernos creer que éramos parte de él y que así diéramos lo mejor de nosotros, tragando con turnos demenciales y cambios de última hora, y todo porque nuestro maldito trabajo nos encanta. Ahora habrá que decir que nos encanta a pesar de vosotros. Apuntaos el tanto.

Durante estos años hemos compartido muchas cosas: cafés, comidas, risas… y hasta hace dos años incluso espacio de trabajo. Hasta que llegó el destierro al sótano. Sí, ese sin ventilación, humedades ni garantías mínimas de seguridad que habéis visitado una o dos veces en vuestra vida como quien va al zoo. Parece ser que ahora nosotros, los animalillos del zoo, molestamos, sois como los niños que se cansan de su mascota, la historia mil veces contada pero no por ello menos dolorosa y despiadada. Ahora toca sacrificarnos a 27. Y al resto Dios dirá, nos quedamos a la espera en nuestro particular corredor de la muerte.

Habéis sido y sois nuestros responsables. También ahora, por mucho que queráis lavaos las manos. Responsables de nuestras tareas, nuestros turnos, así como de nuestra situación actual, de nuestro enorme sentimiento de soledad, de enfado, de decepción. Puede que nuestras palabras os parezcan demasiado duras, no nos importa. Duro es irse a la calle por estar en una lista, por la nefasta y vergonzosa gestión que tu empresa hace del dinero que recibe de EiTB (dinero público, por cierto) y por la desidia y la dejadez de la propia EiTB al respecto. Nos habéis usado y tirado, sin ningún miramiento, sin ningún cargo de conciencia. Qué triste. Y qué rastrero.

Hasta hace bien poco habéis hecho gala de una gran capacidad de comunicación: los mails y llamadas telefónicas eran prácticamente diarios. Qué menos, sois periodistas y profesionales de la comunicación. Pero desde que se anunció el ERE y se supo lo de los 27 despidos parecéis afectados por una especie de rara parálisis: no hay mails, no hay llamadas; vuestro sentido de la comunicación ha quedado anulado. También vuestra conciencia y vuestros escrúpulos. Porque alguna llamada sí que ha habido, tampoco vamos a mentir, pero con malas formas y alguna que otra amenaza. ¿No es así, Iñigo Herce?

Quizá deberíamos recordaros que sois unos auténticos privilegiados. Con vuestros puestazos y sueldazos asegurados, para eso estáis en EiTB, sin ningún miedo a perderlos porque estáis muy bien relacionados y podéis permitiros incluso grandes cagadas por las que otros nos iríamos a la calle sin ningún miramiento. ¿No es así, Lontzo Sainz?

Se suponía que esa situación privilegiada en que estáis, la seguridad laboral de la que disfrutáis, debería daros cierto valor, cierta valentía, a la hora de defender un proyecto (y a un grupo de trabajadores) en los que se supone que creéis y se supone que valoráis al menos por los años y el esfuerzo invertidos, y por la ilusión que habéis puesto en él. Pensar eso ha sido una ingenuidad por nuestra parte. Otra más. Vuestro esfuerzo e ilusión quedan solo para defender vuestros culos y, en parte, es normal. Tantos años cómodamente posados en vuestras poltronas hacen que luego tengan auténtico pánico a cambiar de silla. Qué triste, de verdad. Qué triste que una persona centre toda su atención y su empeño en salvaguardar su culo sin preocuparse de poder caminar con la cabeza alta, el corazón limpio y el alma tranquila. Qué triste.

Anulados por la necesidad de acomodar vuestras posaderas, os importa un pepino todo lo demás. Qué más da lo que M4F haga con el dinero de eitb.com que yo les pago, ¿no es así Irune Bañales? Para qué preocuparme de que M4F use ese dinero (público) para tapar las pérdidas que le ocasionan sus otros clientes mientras mantiene infrapagados a los trabajadores del proyecto eitb.com.. ¿Para qué? Si yo con mi sueldazo y la protección del sacrosanto partido puedo vivir, y de hecho vivo, la mar de tranquila.

Y qué decir de Edurne Ormazabal, tan estresada por su mundanza de la dirección de eitb.com a la dirección comercial de EiTB, que no tiene ni tiempo para dar la cara ante sus trabajadores. Y es que una mudanza es una mudanza. Y más de un puesto directivo a otro. Otra ingenuidad por nuestra parte pensar que contaríamos con su apoyo. Igual es que no nos ve destilar glamour como el de las estrellas del Zinemaldi de Donosti y entonces no merecemos el esfuerzo. Puede que sea nuestro gran pecado.

Siempre hay gente para todo y sabemos incluso que entre vosotros hay quien se queja de que con su puesto de responsabilidad en eitb.com le ha caído un gran marrón, ¿no es así, Iñako Gurrutxaga? No nos hables a nosotros de marrones, anda, que para marrón el que tenemos nosotros, ¿no crees?

Tenemos un sexto nombre en el tintero, el de Iban García Andreu, responsable de informática y sistemas en eitb.com. Lleva apenas unos meses en el puesto, pero se está ganando a pulso unas líneas en este post. Qué grande, Iban. Puestazo sin ni siquiera tener un título universitario. Y es que el señor García Andreu ocupa en EiTB un puesto de ingeniero sin haber terminado la carrera (le quedaron un puñado de asignaturas, pero se conoce que le dio pereza terminar). Total, para qué necesitas una carrera si eres amigo de Mikel Agirre y llevas en el bolsillo el carnet del partido adecuado, el partido por excelencia. Otro que vive bien y muy tranquilo, sin ni siquiera presentarse a las oposiciones. No puede, porque no tiene título.

Os creíamos más profesionales, más íntegros, pero vista vuestra cobardía ahora que pintan bastos, todo ha quedado muy claro: ni rastro de profesionalidad ni integridad, lo importante es que el sillón en el que tenemos nuestro sensible y exigente trasero siga siendo cómodo.

¿Acaso tenéis miedo? ¿A qué? ¿Qué os impide dar un golpe en la mesa ante el plan de recortes de EiTB y defender vuestro proyecto? Ese mismo proyecto que se lleva una parte ínfima del presupuesto de EiTB si lo comparamos con la partida que reciben tele y radio. Ese mismo. ¿No merece si quiera una declaración pública de apoyo?

Nos conocéis por nuestros nombres y apellidos, sabéis de dónde somos todos y cada uno de nosotros, sabéis de nuestra experiencia, de nuestros puntos fuertes y menos fuertes, en muchos casos sabéis hasta el nombre de nuestros hijos, nuestras parejas, incluso algún que otro problema personal. Hemos compartido noches electorales, programas especiales, cafés, descansos, comidas… es decir, todo un día a día. Pero ahora resulta que eso no significa nada. Nos despiden de un plumazo y todo lo anterior cae en el olvido. Habéis salido huyendo, de vacaciones, o agacháis la cabeza en vuestros relucientes cubículos.

Vuestra actitud y vuestra cobardía no tienen excusa. Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver, y vosotros ya no nos veis. Habéis elegido no hacerlo. Cuando hemos pasado cerca con nuestra pancarta habéis preferido mirar vuestras pantallas de ordenador como si no hubiera un mañana, o salir huyendo hacia el baño, víctimas de algún súbito apretón.

Pues nada, que disfrutéis del veranito y vuestras bien pagadas vacaciones. A vuestra vuelta seremos 27 menos y vuestro proyecto estará clínicamente muerto. Pero seguiréis cobrando mucho y bien, que al fin y al cabo es lo que importa.