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Nacionales E.Herria :: 16/02/2019

[Cast/Eusk] ¡8M día de la mujer trabajadora! ¡súmate a la huelga, súmate a la revolución!

Itaia (Emakume sozialisten sarea)
Creemos que las huelgas deben ser planteadas para la confrontación directa entre el proletariado y la burguesía

Castellano

Vuelve a acercarse el 8 de marzo y, junto con la simpatía y la sensación de movilización que genera este día, ya han empezado a alborotarse todos los espacios militantes. Andamos nerviosas, tenemos dudas sobre qué, cómo y con quién hacer, no nos aclaramos aunque debatamos… todo esto ambientado por las distintas discusiones que han tenido eco en Euskal Herria en los últimos años. Aún teniendo claro cuál es el norte, es complicado determinar cómo actuar en días concretos. Por ello, para superar nuestras contradicciones y ausencias, y con intención de tomar partido en este contexto, debemos posicionarnos en cuanto a la huelga feminista. Así, esta entrada es para todas aquellas a las que nos invade la sensación de estar perdidas, para explicar cómo nos posicionamos desde Itaia, con la intención de que sea de ayuda para actuar en pueblos, barrios y centros educativos.

Es sabido que, gracias a los planteamientos que hicimos desde el Movimiento Feminista, el año pasado sacamos a millones de personas de todo el mundo a las calles. Y aunque aquél día desbordó de pasión, la lucha ha sobrevivido dentro de unas pocas personas. Es más, las reivindicaciones que se recuerdan tienen poco que ver con la lucha de la emancipación de las mujeres trabajadoras. El Movimiento Feminista continúa emocionándose con las palabras de Rihanna, tratando de corregir la justicia burguesa de los estados español y francés (y sus representantes vascos) y hablando de cooperativismo vasco para el empoderamiento de las mujeres. A la vista está que cometimos algunos errores. Aunque el 8 de marzo de 2018 nos proporcionó algunos resultados, es necesario aprender del trabajo realizado, por lo que, además de valorar los triunfos, tendremos en cuenta los fallos que cometimos y aplicaremos toda esa experiencia en el planteamiento de este año.

Hoy, en esta primera entrada a raíz del 8 de marzo, querríamos poner sobre la mesa dos lecciones que profundizaremos en las siguientes entradas. Por un lado, que es necesario tomar a la clase trabajadora como sujeto para acabar con la opresión de las mujeres trabajadoras. Es decir, tenemos que alejar la lucha feminista de las desposeías de alianzas interclasistas, e incluirla en la independencia de clase. Por otro lado, para que la huelga feminista sea eficaz, tiene que ser un instrumento para construir el socialismo; dicho de otro modo, tenemos que comprender el 8 de marzo como un día de lucha mediante el cual obtendremos objetivos concretos respecto a una estrategia revolucionaria.

En cuanto al primer punto, es verdad que últimamente varios colectivos del Movimiento Feminista de Euskal Herria nos hemos distanciado de las reivindicaciones del colectivo burgués y nos hemos alineado con nuestra propia clase social. Nos alegramos enormemente por este cambio, puesto que esto responde a la concienciación del carácter de desposeídas de las militantes. Aun así, aunque está destacando la lucha feminista desde perspectiva de clase, se sigue situando a las mujeres trabajadoras de manera parcial, otorgando, para hacer frente a la opresión de género, autonomía organizativa y política absoluta al Movimiento Feminista. Esto se refleja en la actuación de varios colectivos, que han pasado de tomar a la mujer como sujeto universal a tomar a la mujer trabajadora, pero siguen negando la indispensabilidad de la unidad de clase para obtener nuestra libertad.

Queremos terminar con la idea de sororidad universal que está tomando fuerza últimamente en el feminismo. Está claro que lo que nos divide no es nuestra sexualidad, ni la manera en la que cada una entiende su género, ni el tiempo que pasamos en espacios de mujeres. Todos estos son expresiones de nuestros proyectos de vida, no su raíz. Por ello, la razón por la que rompemos con esa supuesta unidad que se sobreentiende a la sororidad no es la diversidad entre feministas, sino la existencia de posturas antagónicas entre las que nos consideramos feministas. La diferencia entre una mujer trabajadora que busca la destrucción de las clases y una mujer burguesa que trata de aumentar su capacidad de explotación no se explica mediante la diversidad, sino mediante una contrariedad fundamental.

Podemos concluir, entonces, que el sujeto y sus aliados y enemigos no se eligen mediante la simpatía o la voluntad, sino que están determinados por nuestra clase social y la posición política que tomamos respecto a ella. Ciertamente, lo determinante es cómo nos alineamos como trabajadoras, a favor de la acción directa para la superación de las clases o a favor de prácticas posmodernas que eternizan nuestra impotencia. Así, esa unidad de todas las mujeres que nos es ajena sólo sirve para aumentar el poder social de la burguesía y destruir la posible organización política de los trabajadores.

Volviendo al caso de Euskal Herria, es conocido el amplio espectro que abarca el Movimiento Feminista, como bien se refleja en los desacuerdos sobre líneas políticas y formas organizativas. Pero en los últimos dos años, como consecuencia de las decisiones tomadas entre unos pocos colectivos, se ha presentado un Movimiento Feminista de Euskal Herria unido. En nombre de esa pretendida unidad se negado la autonomía política y organizativa del resto de espacios feministas. Ante esta situación, nuestra posición es clara: nosotras, siendo parte del Movimiento Feminista de Euskal Herria, no vamos a aceptar que se ponga en duda nuestra legitimidad para actuar el 8 de marzo. Es más, teniendo en cuenta que quien desarrolla su práctica política en contra de su carácter de clase no defiende los intereses de las mujeres trabajadoras, esos colectivos no nos representan.

En cuanto a la segunda de las lecciones que hemos apuntado al inicio, nos gustaría centrarnos en el sentido que deberían tener las huelgas en una estrategia de clase. Por un lado, desde el momento en el que el objetivo de una huelga es llevar a cabo una demanda de las trabajadoras mediante la parada de la producción, las huelgas deben ser luchas a favor de un objetivo concreto. Como todos los aspectos de nuestras vidas son resultado de la lucha de clases, es decir, como vivimos en una lucha de clases constante, las huelgas son un instrumento para hacer frente a la burguesía: en el capitalismo, la capacidad de parar la producción recae en manos de las desposeídas, por lo que negándonos a cumplir esa función plantamos cara a la burguesía. De esta manera, no acudir al centro de trabajo durante una huelga no es una opción o un daño colateral, sino la herramienta que tenemos para ganar en la correlación de fuerzas entre nosotras y la burguesía.

Sin embargo, desde la manera generalizada en la que hoy en día se entiende el 8 de marzo, la huelga se realiza para poner en valor el trabajo de las mujeres. Se reivindica que si nosotras paramos, paramos el mundo, que el trabajo de las mujeres importa y debe de ser valorado. Pero esto nos crea algunas dudas: ¿qué tipo de valorización es la que demandan? ¿Económica? ¿Social? Si es económica, ¿cuál es su propuesta? ¿Cuáles son los objetivos concretos de la huelga? ¿Qué medidas han puesto sobre la mesa? ¿El planteamiento del 8 de marzo posibilita la realización de las metas establecidas? ¿Son esas metas realizables en el capitalismo? O lo que es peor, ¿creen que las metas planteadas son revolucionarias?

Nosotras creemos que las huelgas deben ser planteadas para la confrontación directa entre el proletariado y la burguesía, a saber, que las huelgas deben ser comprendidas como herramientas que tenemos para ejecutar la lucha de clases. Por consiguiente, debemos dejar de utilizar los días de huelga para reivindicaciones abstractas y lucha ideológica para pasar a realizarlas como días de lucha para defender demandas concretas.

Por otro lado, querríamos fijarnos en los objetivos concretos que le adjudicamos a la huelga y su conexión con la totalidad. La cuestión no es sólo que la huelga debe estar diseñada para obtener unos objetivos concretos, pues los objetivos que se le atribuyen a esta herramienta deben realizar una aportación directa a la construcción del socialismo revolucionario. Dicho de otro modo, la única manera de tomar como victorias la realización de objetivos tácticos es que éstos tengan un sentido estratégico. En este aspecto también nos surgen dudas respecto al planteamiento dominante para este 8 de marzo: ¿organizar el trabajo según los intereses del estado o el mercado puede considerarse una victoria? ¿En qué se basa la idea de que los desposeídos somos capaces de someter el estado o el mercado y que podemos incluir a éstos en nuestros intereses? Cuando se habla de colectivización, ¿se habla de asalarización? ¿Qué se entiende por libertad, tener un salario digno?

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, creemos necesaria la organización y la toma de las calles por parte de las desposeídas para hacer frente a la opresión de las mujeres desposeídas. Por ello, desde Itaia hacemos un llamamiento a toda la clase trabajadora de Euskal Herria a trabajar a favor de la organización obrera en el día a día, y a actuar con independencia de clase en la próxima huelga feminista. Es decir, ante la necesidad de desarrollar una actividad cuyo objetivo es la emancipación de las mujeres trabajadoras en pueblos, barrios y centros educativos, llamamos a actuar con responsabilidad ante la tarea de construir espacios de trabajadoras para organizar la huelga del 8 de marzo.

Con esto, nos referimos no sólo a crear nuevos espacios donde hagan falta, sino también a trabajar desde los grupos que ya están en funcionamiento. Porque sabemos que son muchos quienes día a día trabajan a favor de la emancipación de las mujeres trabajadoras: grupos populares de chicas, mujeres organizadas en los campus, gaztetxes, espacios militantes de institutos, asambleas juveniles de pueblos y barrios… De ahí, ante aquellos que se aferran a la sociedad burguesa en nombre de la emancipación de las mujeres, la necesidad imperiosa de actuar desde el Movimiento Feminista que se incluye en la organización obrera este 8 de marzo: porque al metabolismo capitalista sólo se le puede combatir desde la perspectiva de la totalidad, como bien hemos aprendido de la historia.

Teniendo en cuenta este objetivo, nos parece imprescindible que se debata sobre el 8 de marzo en todos los espacios militantes de Euskal Herria. Porque tenemos la necesidad, a la hora de plantear la huelga de este día, pero en general también la lucha feminista, de poner sobre la mesa todos los elementos a valorar e impulsar debates: debates que concluirán en la creación de una estrategia integral y universal pero que, al mismo tiempo, responderán directamente a las condiciones locales. A saber, tomando la organización de la autodefensa de las trabajadoras como eje, tenemos que acotar qué, cómo, con quién… lo haremos: debatiendo entre nosotras, debemos aclarar nuestras ideas. Tenemos que resolver nuestras dudas y empezar a tejer la revolución socialista.

La lucha feminista de las mujeres desposeídas es en sí misma el conflicto a favor del poder político de las trabajadoras, y la lucha socialista revolucionaria incluye el feminismo… por lo que, también en la huelga feminista del 8 de marzo, ¡nos veremos en las calles!

¡Viva la lucha de las mujeres trabajadoras!

JTK!

 Euskera

Berriro ere hurbiltzen ari zaigu matxoaren 8a, eta egun honek sortzen duen atxikimendu zein mobilizazio egoera orokortuarekin batera, aztoratzen hasi zaizkigu espazio militante guztiak. Azken urteetan Euskal Herrian oihartzuna hartu duten eztabaidek girotuta, urduri gabiltza denak, zer egin, nola egin, zeinekin egin… zalantzaz josita gaude, elkarrekin eztabaidatu arren, geure buruak ezin argitu. Iparra garbi izanda ere, egun jakinetan burutu beharrekoa zehaztea korapilatu egiten zaigu. Haatik, dauzkagun gabezia zein kontraesan guztiak gainditzera bidean, eta testuinguruan eragiteko asmoz, greba feministaren harira posizio bat hartzeko betebeharrean ikusi gara. Hala, noraezaren sentsazioak barrena hartu digun guztiontzat da gaurko sarrera hau, Itaiatik egiten dugun apustua azaltzea herri, auzo zein heziguneetan jarduteko lagungarri izango zaizuelakoan.

Jakina da, pasaden urteko Mugimendu Feministako lanketekin mundu zabalean zehar milioika pertsona atera genituela kalera. Bertan, grina nagusitu bazen ere, behin eguna pasata, gutxi batzuengan soilik iraun du borrokak bizirik. Are gehiago, gehiengoak gogoan dituen aldarriak asko urruntzen dira emakume langileon askapen borrokatik. Mugimendu Feministak Rihannaren hitzekin hunkitzen, estatu frantziarreko zein espainiarreko (eta hauen euskal adierazpenetako) justizia burgesa zuzendu nahian eta emakumeon ahalduntzerako euskal kooperatibismoaz hitz egiten jarraitzen du. Zerbaitetan huts egin genuen, beraz. 2018ko martxoaren 8ak bere fruituak eman bazizkigun ere, beharrezkoa deritzogu egindakotik ikasi, eta horrenbestean, ongi egindakoez gain, egin genituen hanka-sartze guztiak ere kontuan hartuta, esperientzia guzti horri aurten bere lekua egiteari.

Gaurkoan, martxoaren 8aren harira aterako dugun lehen sarrera honetan, bi irakaspen mahaigaineratu nahi genituzke: hurrengo asteetan igoko ditugun sarreretan sakonduko ditugunak. Batetik, emakume langileon zapalkuntzarekin amaitzeko ezinbestekoa dela subjektu gisa langile klasea hartzea. Hots, desjabetuon borroka feminista aliantza interklasistetatik urrundu eta klase independentziaren baitan kokatu behar dugula. Bestetik, greba feminista eraginkorra izan dadin, beharrezkoa dela sozialismoa eraikitzeko lanabes izatea, edo bestela esanda, estrategia iraultzaile baten baitan helburu zehatzak eskuratzea ahalbidetuko digun borroka egun gisa ulertu behar dugula martxoak 8a.

Lehen puntuari dagokionean, egia da azken aldian Euskal Herriko Mugimendu Feministako hainbat kolektibo klase burgesaren aldarrietatik urruntzen eta bere klase sozialaren alde lerrokatzen ari garela. Eta biziki pozten gara, honek militanteon desjabetu izaeraren inguruko kontzientziazio bati erantzuten baitio. Aitzitik, borroka feminista klase ikuspuntutik lantzea gailentzen ari bada ere, oro har, emakume langileon egoera partzialtasunaren baitan kokatzen jarraitzen da:zapalkuntza honi aurre egiteko, Mugimendu Feministari autonomia organizatibo eta politiko osoa esleituz. Honen isla da, adibidez, hainbat kolektibok, subjektutzat emakume unibertsala hartzetik emakume langilea hartzera pasa diren arren, geure askatasuna gauzatzeko klase batasunaren ezinbestekotasuna ukatzen dutela.

Azken aldian feminismoaren baitan indartzen ari den ahizpatasun unibertsalaren ideiarekin amaitu nahi dugu. Argi dago gure artean arrakalak sortzen dituena ez direla ez gure hautu sexuala, ez norberaren generoa ulertzeko daukagun era, ezta emakumeon espazioetan pasatzen dugun denbora kopurua ere… guzti hauek dauzkagun bizi proiektuen adierazpenak dira, ez sorburu. Hortaz, sasi-batasun horrekin puskatzeko arrazoia ez da feministon arteko aniztasuna, gure burua feministatzat daukagunon artean dagoen postura antagonisten existentzia, baizik. Hau da, klaseen deuseztapena bilatzen duen emakume langile baten eta esplotatzeko daukan gaitasuna handitzea bilatzen duen emakume burges baten artean dagoen ezberdintasuna ezin da aniztasunaren bidez azaldu, ezpada, bateraezina den funtsezko aurkakotasunaren bidez.

Ondorioz, subjektua eta bidean dauzkagun kide zein etsaiak ez dira begikotasunaren edo borondatearen arabera hautatzen; aitzitik, gure klase sozialak eta honen aurrean hartzen dugun posizio politikoak determinatzen ditu. Alegia, langile izanda, berau gainditzeko jardun zuzenaren alde ala gure inpotentzia egoera betikotzen duten praktika postmodernoen alde lerrokatzea da elementudeterminantea. Horrenbestean, arrotza zaigun emakume guztion arteko batasun horrek genero guztietako burgesen botere soziala handitzeko eta langileon balizko antolakuntza politikoa deuseztatzeko soilik balio du.

Euskal Herriko kasura ekarrita, ezaguna da gure lurretan Mugimendu Feministak daukan espektro zabala: bere ildo eta antolaketa moduen desakordioetan islatzen dena. Azken bi urteetan, baina, mugimenduko eragile batzuek soilik hartutako erabakiaren ondorioz, Euskal Herriko Mugimendu Feminista osoaren batasuna irudikatu da, ustezko adostasun horren izenean, mugimenduko gainontzeko espazio feminista guztioi autonomia politikoz eta organizatiboz jardutea ukatuz. Egoera honen aurrean argia da gure posizioa: gu ere Euskal Herriko Mugimendu Feministaren parte izanik, ez dugu martxoak 8an jarduteko gure zilegitasuna zalantzan jartzea onartuko. Are gehiago, aintzat hartuta bere klase izaerarekin bat-etortzen ez den praktika politikoa garatzen duenak ez dituela emakume langileon interesak defendatzen, eta horrenbestean, gu ez gaituztela eragile horiek ordezkatzen.

Hasieran aipatutako bigarren irakaspenari dagokionean, grebek langile estrategia baten baitan eduki beharreko zentzuari erreparatu nahi genioke. Batetik, greba baten funtsa ekoizpena etetearen bidez, langileon aldarri bat gauzatzea den momentutik, grebek helburu zehatzen aldeko borroka izan behar dute. Izan ere, gure bizien aspektu guztien nolakotasuna klase borrokaren ondorio bada ere, hau da, etengabeko klase borroka batean bizi bagara ere, grebak bugesiari aurre egiteko tresna bat dira: kapitalismoaren baitan ekoizteko gaitasuna desjabetuongan dagoenez, funtzio hori gauzatzeari uko eginez. Hala, greba batean soldatapeko lanera ez joatea ez da aukera edo albo-kalte bat, burgesiarekindaukagun indar-korrelazioan botere-kuotak irabazteko tresna baizik.

Martxoaren 8aren inguruan egun orokortu den ulerkeratik, ordea, greba emakumeon lana balioan jartzeko egiten da. Emakumeok lanik egiten ez badugu, mundua eten egiten dela, emakumeon lanak garrantzia duela eta hau baloratu egin behar dela aldarrikatzen da. Honek, baina, hainbat zalantza sortzen dizkigu: zer nolako balorizazioa bilatzen dute? ekonomikoa? soziala? ekonomikoa izatekotan, ze proposamen daukate? zeintzuk dira grebaren helburu zehatzak? ze neurri mahaiganeratu dute? martxoak 8ko plantemenduak ezarritako xedeen egikaritzeaahalbidetuko du? xede horiek kapitalismoaren baitan gauzagarriak dira? edo okerrago, xede horiek iraultzailetzat dauzkate?

Gauzak hala, grebak langileriaren eta burgesiaren arteko konfrontazio zuzenerako planteatu behar direlakoan gaude, hots, klase borrokan jarduteko daukagun tresna gisa ulertu behar dira grebak. Hala, egun hauek aldarri abstraktuak egiteko eta borroka ideologikorako erabiltzearen ulerkera gainditu, eta aldarri zehatzen defentsa egingo duen borroka egun gisa gauzatzera igaro behar dugu.

Eta bestetik, grebei ezartzen dizkiogun helburu zehatzen eta orokortasunaren artean dagoen konexioari erreparatu nahi diogu. Auzia ez da soilik greba helburu zehatzak erdiestea ahalbidetzeko diseinatua egon behar dela, izan ere, mekanismo horri jarritako helburuek ekarpen zuzena egin behar dio sozialismo iraultzailearen eraikuntzari. Edo bestela esanda, helburu taktikoen gauzapena garaipen politikotzat hartzeko modu bakarra, horiek zentzu estrategikoa edukitzea da. Alderdi honetan ere, hainbat zalantza dauzkagu martxoak 8 honetarako gailendu den planteamenduarekiko: emakume langileon lana estatuarenedo merkatuaren interesen bidez antolatzea garaipen bat al da? zertan oinarritzen da estatua zein merkatua menperatu eta desjabetuon interesen baitan jartzeko gaitasuna dugunaren ideia? kolektibizazioaz hitz egiten denean, asalarizazioaz hitz egiten da? zer ulertzen da askatasun gisa? soldata duina edukitzea?

Esandako guztia kontuan hartuta, emakume desjabetuon zapalkuntzari aurre egiteko beharrezkotzat jotzen dugu desjabetuok antolatu eta kaleak hartzea. Hala, Itaiatik dei egiten diogu Euskal Herriko langileria osoari, bai egunerokoan langileon antolakuntzaren alde lan egitera, baita greba feminista honetan klase independentziaz jardutera ere. Hau da, herri, auzo eta ikastetxeetan emakume langileon askapena helburu izango duen jarduna garatzeko beharraren aurrean, matxoak 8ko grebaren antolakuntzarako langileon espazioak sortzeko beharrari arduraz erantzutera dei egiten dugu.

Honekin, beharrezkoa den tokietan espazio berriak sortzeaz ez ezik, jadanik lanean dabiltzan taldeetatik jarduteaz ere ari gara. Jakin badakigulako, asko direla egunerokoan emakume langileon askatasunaren alde lan egiten dutenak: herrietako neska taldeak, campusetan antolatutako emakumeak, gaztetxeetako eragileak, ikastetxeetako espazio militanteak, herri eta auzoetako gazte asanbladak… Horregatik, heldu den martxoak 8an inoiz baino garrantzitsuagoa daemakumeon askapenaren izenean gizarte burgesari eusten diotenen aurrean, langileon antolakuntzaren baitan kokatzen den Mugimendu Feministatik jardutea: historiak erakutsi digun bezala, metabolismo kapitalistari soilik osotasunaren ikuspuntutik egin dakiokelako aurre.

Horretarako, beharrezkoa deritzogu martxoak 8aren inguruko eztabaida Euskal Herriko espazio militante guztietan ematea. Orokorrean borroka feminista, baina, zehazki, egun honetako greba planteatzeko kontutan eduki behar diren elementu guztiak mahaigaineratzeko eta eztabaidak sustatzeko beharra baitaukagu: emaitzatzat estrategia integral eta unibertsal batean gorpuztea jomuga duten, baina, aldi berean, tokian tokiko baldintzei zuzenki erantzungo dieten ekimenak izango dituztenak. Hots, langileon autodefentsaren antolakuntza ardatz izanda, zer egin, nola egin, zeinekin egin… xedatu behar dugu: elkarrekin eztabaidatuz, geure buruak argitu behar ditugu. Zalantzaz josita egotetik, iraultza sozialista jostera pasa behar dugu.

Emakume desjabetuon borroka feminista izatez da langileon botere politikoaren aldeko gatazka, eta borroka sozialista iraultzaileak bere baitan darama feminismoa… horrenbestean, martxoak 8ko greba feministan ere, kalean ikusiko dugu elkar!

Gora emakume langileon borroka!

JTK!

 

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