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Nacionales E.Herria :: 26/03/2016

Contexto del debate y debate del contexto (VII). Necesario y urgente desmentido

Petri Rekabarren
También el independentismo socialista tiene entre sus errores el de haberse postrado ante líderes que luego le han traicionado

El debate Abian prosigue en medio de sobresaltos a cada cual más estremecedor. Comenzando por el último, el más reciente por ahora, tenemos la afirmación de un conocido militante sobre una reunión entre personas de Sortu y el Consejero de Interior del pasado gobierno de Patxi López: acusación de impacto sísmico, de largo alcance y probablemente definitivo si no es desmentido por la actual dirección de Sortu. Le sigue el conjunto de sondeos y encuestas que auguran otro descalabro electoral de EH Bildu en las próximas elecciones vascongadas, así como el retroceso del ideario independentista entre la población de la CAV, tesis contrarrestada por el estudio de la Fundación Ipar Hegoa sobre la aceptación de un Estado vasco por la población. Dentro de este debemos incluir el desplome de las y los participantes en el debate Abian, que han bajado de más de 9.000 en su inicio a justo 4.783 en la segunda ronda. Y por último, la deriva de la dirección de Sortu hacia el cesarismo interno como método para remendar desgarramientos internos, como el causado por las negociaciones con lo más reaccionario del Estado para llegar a una transacción que evite años de cárcel aceptando la ley española.

1.

Sendoa Jurado García, miembro del movimiento popular Amnistia Ta Askatasuna, pero escribiendo a título personal, afirma en su artículo Sobre verdades y mentiras, de acceso libre en internet, que «dirigentes de Sortu se reunieron con Ares en su época de Consejero del Interior para hablar sobre una lista de personas a las que vinculaban con sabotajes, lista que estos dirigentes utilizaron para condicionar la militancia de las personas que aparecían en ella».

No es una afirmación cualquiera. Conocemos a Sendoa Jurado y pensamos que debe disponer de información contrastada y contrastable para, ahora, hacerla pública. Puede ser que tenga más datos sobre esa reunión, datos incuestionables, y que haya decidido aportarlos más adelante. De lo contrario sería como lanzarse a una piscina sin agua, o peor, sería como una especie de suicidio político y a la vez un demoledor golpe a la credibilidad de Amnistia Ta Askatasuna. Estamos a la espera de que Sortu demuestre que Sendoa Jurado carece de informaciones fiables para demostrar que es cierta su primera afirmación. Cada segundo que se demora Sortu en demostrar que no es verdad esa acusación más aumenta la duda en la militancia y la inquietud por el silencio oficial ante una posible colaboración con las fuerzas represivas españolas.

Este choque de verdades y mentiras es un paso más en el distanciamiento de las posturas contrarias que tensiona cada vez más a la izquierda abertzale. Hay que recordar que fue la llamada «línea oficial» la que con su abrumadora superioridad de medios inició las burocratadas, marrullerías, ocultaciones y silencios a la militancia y filtraciones a la prensa, desprecios, insultos, tensionamientos en la calle contra los marcados como «escisionistas» y calificativos más graves aún, todo lo cual ha llevado a la reciente agresión física ya denunciada en su momento y que solo puede definirse como violencia reaccionaria. La situación irá empeorando en la medida en que la actual dirección de Sortu permanezca muda ante la afirmación de Sendoa Jurado, y en la medida en que EH Bildu de Gasteiz e Iruña condenen los hechos acaecidos en las manifestaciones estudiantiles en justa protesta contra los recortes salvajes de derechos elementales de toda sociedad.

2.

Mientras tanto y como si fuera la corriente subterránea que, desde lo profundo de la crisis estructural del capitalismo, azota como un huracán toda la superficie social, económica y política, se acumulan las agresiones al pueblo trabajador en forma de despidos, cierres de empresas, encarecimiento de la vida, privatizaciones de servicios públicos vitales como sanidad, educación y otros, endurecimiento del imperialismo franco-español, etc.

A pesar de la larga lista de huelgas generales, zonales y locales mantenidas por la izquierda abertzale y otras fuerzas desde 2009, la dirección de Sortu, su aparato «teórico» -Iratzar Fundazioa- y el diario Gara han pasado de puntillas tanto sobre las valiosas lecciones de estas luchas como sobre las nefastas consecuencias de la crisis estructural. Solo recientemente, entrado ya 2016, se ha realizado algo parecido a una «autocrítica» que, sin embargo y por lo leído en el documento Abian, no afecta apenas al método que subyace debajo de esa indiferencia por la realidad objetiva del modo de producción capitalista que sostiene a la formación económico-social y lingüístico-cultural vasca. El desprecio de esta realidad objetiva caracteriza buena parte de la producción «teórica» de la dirección actual de Sortu.

Sin duda, una de las fundamentales razones del descenso a los infiernos actuales de parte de la izquierda abertzale, tras haber rozado con los dedos el cielo del institucionalismo parlamentario, radica en ese desprecio de la esencia capitalista de Euskal Herria. En muy poco tiempo, menos de cuatro años, han aflorado las contradicciones antagónicas inherentes a esa esencia capitalista. En honor de la verdad hay que decir que tales contradicciones estaban activas antes del estallido oficial de la crisis, pero ahora no podemos extendernos en esta cuestión. Lo decisivo es que la dirección de Sortu se ha mostrado incapaz de sospechar siquiera que esa realidad existe.

Pues bien, el poder capitalista tiene un efectivo instrumento de manipulación de la subjetividad mediante lo que llaman «ciencias sociales», la sociología en concreto: los sondeos, encuestas, entrevistas, etc., son planificados y sus resultados son «cocinados» al gusto del pagador. Quienes encargan los estudios utilizan sus resultados como argumentos a su favor de forma directa e indirecta, sembrando la duda y el pesimismo en otras fuerzas, o desorientándolas. Pero cuando las contradicciones de la realidad surgen súbitamente, los sondeos pierden fiabilidad, recuperándola en parte cuando la realidad vuelve a cierto equilibrio relativo e inestable, pero equilibrio transitorio.

En el Estado español las elecciones europeas de 2014 fueron la primera irrupción del reformismo de Podemos, confirmado en las municipales y generales de 2015. La industria de la sociología sufrió un golpe terrible en su pretendida cientificidad. En Hegoalde los efectos electorales de las contradicciones capitalistas se hicieron esperar un poco más por el hecho de que somos un marco nacional de lucha de clases con sus ritmos propios dentro de la ley del desarrollo desigual y combinado, pero era inevitable que salieran y lo han hecho. Hemos desgranado en otras entregas la tendencia a la baja de las movilizaciones y de la conciencia independentista, así que no nos repetimos.

Hace muy poco tiempo hemos conocido los resultados de dos estudios. Según uno de los cuales está retrocediendo mucho la reivindicación de la independencia estatal vasca mientras que aumenta la de la simple autonomía; y según el otro, EH Bildu volverá a bajar en las próximas elecciones autonómicas en la CAV de 21 a 13 parlamentarios, mientras que Podemos sube espectacularmente y PNV retrocede un poco. Son dos problemáticas diferentes pero relacionadas, las opciones por un Estado independiente o por alguna forma de autonomías más o menos avanzada, y las opciones electorales para desarrollar medidas políticas que faciliten los deseos expresados en el primer punto: existe por tanto una relación interna que, según esos estudios, indica un debilitamiento de la izquierda abertzale en una de sus reivindicaciones sustanciales.

Por otra parte, la marcha del debate Abian también muestra un retroceso de participantes. Según datos oficiales, intervinieron «más de 9.000» personas en la primera ronda destinada a recibir aportaciones, sugerencias e ideas. Un grupo redactor estudió esas propuestas y elaboró el documento presentado luego a debate y aprobación en la segunda ronda: se aprecia un descenso significativo hasta quedarse en 4.783 según datos oficiales, que también dicen que el documento oficial ha sido aprobado por el 81%, rechazado por el 8% y con el 11% de abstenciones.

Han podido ser muchas las razones que explican tamaño retroceso de asistentes del inicio a la primera votación, pero resulta muy difícil, casi imposible, interpretar la ausencia de alrededor de un 50% de los primeros asistentes como simples razones de oportunidad, viaje, carencia de tiempo, etc. No hay que descartar esta posibilidad en algunos casos; también hay que pensar en que otra porción estuviera de acuerdo con el documento y confiada en su aceptación mayoritaria. Pero resta otra razón que complementa el cuadro: un sector se ha desilusionado al leer la ponencia y ha desistido de acudir porque no merecería la pena perder el tiempo, dando por hecho que se aceptaría la ponencia oficial. Fuera lo que fuese, habrá que esperar la asistencia posterior.

De todas formas y como contrapunto a lo visto hasta aquí, tenemos en estudio de Ipar Hegoa y Parte Hartuz titulado Imaginando el Estado vasco, según el cual apenas un 20% de la ciudadanía vasca cree que viviría peor con la independencia. Según este estudio, el «empresariado» no ha entrado aún al debate pero quienes sí lo hacen no «expresan grandes temores». El estudio está realizado en base a los resultados de una encuesta a 2.000 personas. No hemos podido estudiar con detalle este informe así que suspendemos nuestro juicio al respecto.

Terminando este punto, debemos responder a dos preguntas que surgen de lo aquí visto: ¿En qué medida el constatado retroceso responde a la indiferencia de la actual dirección de Sortu por la erróneamente llamada «cuestión social», es decir por las contradicciones antagónicas de clase que estructuran la realidad vasca? Y ¿en qué medida puede llenar este vacío la actual dirección de Sortu? Pensamos que esto es imposible no solo después de haber leído la ponencia oficial del debate Abian sino también el documento nº 3 de Sortu sobre «Otra Mirada Económica y Social de Euskal Herria» de marzo de 2016 titulado Independentzia vs paro y precariedad.

Es un documento más propio del reformismo de EH Bildu, con el permiso de Alternatiba que está algo más a la izquierda, que del contenido revolucionario que debiera haber tenido Sortu. Un documento que no bucea en la raíz de la explotación asalariada que está en el origen de la precariedad y el paro, y por tanto en la lucha de clases, que se limita como siempre a cuantificar su magnitud y a proponer alternativas abstractas, no cualitativas, que emplea el término «robo» en el sentido proudhoniano en vez del socialista y marxista, que no cita ninguna vez a la burguesía vasca, salvo error nuestro, y solo a UPN y PNV... como si no existiera esa clase social en nuestra nación.

Un documento que pretende solucionarlo todo con ese modelo de «Estado decente» que no dice nada de nada sobre su contenido de clase, sobre en qué forma de propiedad de los medios de producción se sustenta y defiende, etc. Eso sí, nos da una pista que nos lleva al tercer punto, el del líder que nos salvará de la hecatombe.

3.

Al final del documento de Sortu se recurre a Arnaldo Otegi como aval teórico y político. Este militante nos merece el mismo respeto que cualquier otro u otra que haya sufrido las mismas o similares circunstancias. El azar juega un papel en la historia general, y por ello también en las luchas de liberación nacional de clase, de manera que militantes muy capaces son apartados de la lucha en la calle por la represión, o son asesinados, o caen enfermos, mientras que otros igualmente capaces o menos incluso son llevados por la contingencia histórica a puestos de responsabilidad: nadie es imprescindible y menos cuando la lucha de liberación tiene o debiera tener una dirección colectiva.

El ensalzamiento de la figura de líder de un militante es un mal síntoma, indica o sugiere que algo profundo no funciona en ese movimiento que debiera tener una dirección colectiva. La política burguesa se caracteriza por recurrir a un «Bonaparte», un «césar», por no emplear otros términos más dictatoriales, cuando es urgente poner orden entre las facciones políticas enfrentadas, pugna que hace peligrar la continuidad del mismo. Esta solución verticalista y delegacionista también se practica en el reformismo, y Podemos nos está dando un ejemplo aplastante y a la vez desagradable de ello para cualquier sensibilidad democrática.

Un análisis crítico de la historia muestra que, a medio plazo, todo cesarismo y carisma termina siendo una rémora, un obstáculo para el desarrollo posterior, también en la izquierda. Ninguna persona elevada a la figura de líder ha terminado sin defraudar las expectativas depositadas en ella. Por no citar líderes vivos, ni siquiera Mandela o Gandhi se han librado del juicio de la historia pese a ser «adorados» en vida. Una virtud de la izquierda abertzale ha sido la de reconocer los méritos colectivos de la militancia, de las prisioneras y prisioneros, y en especial de las asesinadas y asesinados por las fuerzas ocupantes, o muertos por causas naturales practicando la militancia que le permitía su edad, pero nunca antes. También el independentismo socialista tiene entre sus errores el de haberse postrado ante líderes que luego le han traicionado.

No queremos decir que ahora vuelva a suceder lo mismo, ni mucho menos. Decimos que no es bueno promocionar líderes con el objetivo de recuperar votos y fuerza electoral; decimos que es necesario crear una nueva dirección colectiva formada por compañeras y compañeros bregados en la militancia de base, legitimados por su práctica, apoyados y ayudados por la experiencia de militantes que no asuman notoriedad mediática.

La actual dirección de Sortu ha fracasado estratégicamente desde hace seis o siete años aunque haya obtenido algunas victorias tácticas ya perdidas por la contraofensiva del sistema y ha practicado asiduamente formas sectarias, burocráticas y oscuras de dirección. No está legitimada para seguir en los puestos que ocupan. Además está aún pendiente, a la hora de concluir este comentario, el esclarecimiento de la supuesta lista presentada al Consejero de Interior.

 

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