Denuncian la brutalidad policial de la Ertzaintza durante el desalojo del gaztetxe de Errekalde


Ayer decenas de personas dieron una rueda de prensa enfrente del antiguo gaztetxe Etxarri 2 de Errekalde(Bilbo), que fue desalojado hace unas semanas. En esta comparecencia denunciaron las cargas policiales y la brutalidad policial con la que actuó la Ertzaintza el día antes del desalojo, “fue represión pura, una vez más. Fue una agresión directa a las personas que estábamos ejerciendo nuestro derecho a concentrarnos, a estar presentes” han denunciado. Como prueba de esta represión, han puesto los ejemplos del joven que ha perdido un testículo a raíz del impacto de un proyectil de foam o un joven fue agredido en el interior de una furgoneta y otra persona tuvo que recibir 8 grapas en la cabeza y se le escayoló un brazo tras los porrazos que recibió.
La peor parte se la llevo Iker Arana, el vecino de Irala que ha perdido un testículo. Cuando este tomo la palabra anuncio que presentará una denuncia en el juzgado contra el agente que lo hizo y el responsable del operativo policial: “No pienso quedarme callado. Porque lo que me pasó a mí, podría haberle pasado a cualquiera de los que estaban allí. Y porque si no lo contamos, lo normalizan” afirmo. El principal objetivo de esta denuncia es que se esclarezcan los hechos y se asuman las responsabilidades en que pudieran haber incurrido los ertzainas.
Según relato Iker aquel día estaban entre 30 y 40 personas en las cercanías del gaztetxe, gente del barrio, sin que hubiera “ningún tipo de incidente”. Fue entonces cuando los ertzainas empezaron a apuntarles con sus armas. “Estábamos quietos. Y sin previo aviso, hicieron una carga repentina, breve, completamente desproporcionada. No estábamos haciendo nada, estábamos con la cara descubierta y no hubo ninguna actuación por nuestra parte que justificara alguna carga por parte de la Ertzaintza”, explico. “Lo que ocurrió fue injustificable, gratuito, un abuso de poder completamente fuera de lugar” sentencio.
Por ultimo también recordaron a otras victimas de la violencia policial de la Ertzaintza como el caso de Iñigo Cabacas o lo que sucedió en 1995 con Rosa Zarra, que 30 años después, Lakua ha reconocido que fue víctima de violencia policial.
(Foto:Aritz Loiola)