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Nacionales E.Herria :: 02/04/2020

La problematica de la vivienda es un mal ahora agravado

Gasteizko Etxebizitza Sindikatua
Frente a la ofensiva burguesa, vivienda de calidad, universal y gratuita

“Quedate en casa” nos implora la burguesía, pero, nuestros compañeros son enviados a diario a su puesto de trabajo sin nada más que un par de consejos sanitarios. Nos hablan de compromisos morales, pero ahora más que nunca el teléfono del enorme ejército de reserva suena, pidiendo sustituciones en residencias o empresas de limpieza. Nos piden solidaridad con una sociedad en “abstracto” mientras vulneran nuestro derecho a huelga y nos imponen servicios del 100%. Nos enseñan lo hermoso que es quedarse en el hogar, los que no han tenido que dormir hacinados en un polideportivo, los que no han tenido que racionar una solo plato del comedor social para todo el día. Nos recomiendan yoga en casa, mindfoolness y tai chi, aquellos que no se muerden las uñas leyendo los titulares de la prensa cual si fueran sus propios epitafios.

“Quedate en casa” nos implora la burguesía; no os preocupéis, la política ya la hacen ellos. La burguesía, con todos sus partidos y sindicatos a sueldo escenifican la restauración de los derechos y libertades suspendidos a golpe de decreto. Como si de un juego de la más compleja aritmética se tratase, los tecnócratas del capital echan cuentas y toman medidas salomónicas. Pero no todo lo que brilla es progresismo.

La problemática de la vivienda es ahora, un mal ahora agravado. En situaciones como esta, la forma más tiránica del capital entra en escena y las condiciones de vida del proletariado se recrudecen. Aumentan las formas de violencia directa y los lazos de dependencia más atroces; la violencia machista, el autoritarismo de los padres y madres sobre sus hijos, la extorsión del casero que se aferra a su pequeña propiedad… Para paliar las serias dificultades que afrontará la clase trabajadora, el gobierno habla de aplazamientos y moratorias, y sólo tímidamente se refiere a las suspensiones. Hace días que se debiera haber tomado una decisión firme en torno a los alquileres, sin embargo, y gracias a la incursión del lobby de especuladores Asval, ésta se aplazará ad calendas graecas. Esta asociación de grandes y pequeños propietarios ejercerá presión para que medidas como la prohibición de la subida de alquileres durante seis meses, queden en papel mojado. Mientras tanto, fondos buitre como Lazora muestran su cara mas filántropa y adelantándose a las decisiones del gobierno, anuncian una moratoria en los pagos de alquileres. Pero no confundamos la piedad con la astucia, y es que en un periodo de crisis como el que viene, estos fondos serán los que soportarán las pérdidas y adquirirán las propiedades de los pequeños propietarios, ahogados por las deudas de los impagos de sus inquilinos.

Pero todas estas medidas – aprobadas o no – difícilmente podrán aplacar los estragos de la crisis y no harán mas que estirarla en el tiempo y profundizar en ella. El Estado ha dirigido 100.000 millones de euros a entidades privadas y 17.000 millones los dirigirá a la “amortiguación social” de la clase trabajadora. Más allá de lo escandaloso del porcentaje, que deja claro que no se trata de una medida salomónica, llama la atención la forma en la que se ha obtenido este dinero. Pues bien, exceptuando las partidas sociales que se han sacado de fondos públicos, la liquidez se ha conseguido a través del crédito privado, ergo, endeudándose. ¿Y cómo pagará el Estado esta enorme deuda? Fácil, será la clase obrera quien pague la deuda contraída por la burguesía, mediante reestructuraciones en ciertos sectores productivos y probablemente, intentando ampliar los márgenes de extracción de plusvalor reorganizando la explotación de la fuerza de trabajo. Dicho de otra manera, este endeudamiento podría derivar en la profundización del proceso de proletarización que afectará a todas las capas de la clase trabajadora, aunque no de igual manera. Y es aquí donde el círculo del discurso burgués se cierra: los millones de euros que dicen ser para mejorar nuestras condiciones inmediatas, saldrán a costa de empeorar nuestras condiciones en el medio plazo. Junto con la crisis sanitaria, se avecina una ofensiva burguesa organizada en todos los frentes, ante la cual el proletariado se encuentra desorganizado, sin programa ni dirección estratégica claras. Frente a la reorganización social, la burguesía se apresura por ser quién ostente el mejor puesto e intenta sustituir los viejos pactos sociales; desgraciadamente, sin una posición organizada fuera de este pacto social, lo consigue mediante amplios consensos.
2. FRENTE A LA OFENSIVA BURGUESA, VIVIENDA GRATUITA, UNIVERSAL Y DE CALIDAD

Frente a esta ofensiva burguesa en ciernes, nosotros reivindicamos vivienda gratuita, universal y de calidad. No como un horizonte idealista que pretenda ablandar corazones, sino como un objetivo estratégico fundamentado en la teoría y el conocimiento de las leyes de funcionamiento del capitalismo. Como sabemos, bajo el despotismo capitalista toda la división del trabajo social es mediada por la compra-venta de mercancías; por lo tanto, la totalidad del modo de producción capitalista se fundamenta en la ley del valor y de la competencia. Además, a pesar de la falsa universalidad burguesa que predica la libertad de venta en el mercado, el acceso al mismo está condicionado por la capacidad adquisitiva (el dinero que se tiene en el bolsillo), la cual está determinada en cada caso por el lugar que se ocupa dentro de la misma división social del trabajo. Dicho de otra forma, la ley del valor y de la competencia tienen total soberanía en el sistema capitalista. Este carácter esencial del capitalismo condiciona y da forma a la cuestión de la vivienda, la cual se presenta en la forma social más pura de éste, es decir, en forma de mercancía. Entendemos entonces que sólo la vivienda universal, gratuita y de calidad puede plantearse frente al capital en contradicción real a la ley del valor y cómo única forma de garantizar la reproducción social de forma igualitaria y universal. Nos explicamos:

Sólo obteniendo la universalidad y gratuidad, la vivienda dejará de ser intercambiada en el mercado, es decir, dejará de ser una mercancía y por lo tanto, dejará de estar regulada, de forma efectiva, por las leyes de la competencia. Pero, además, añadimos que esta vivienda ha de ser “de calidad” y ésta no es una floritura casual. En el sistema capitalista, a nivel de simple hipótesis, podrían darse las condiciones para garantizar vivienda gratuita y universal, pero siempre habría diferencias en la cualidad de ésta. Dependiendo, por ejemplo, del lugar que tiene cada trabajador en la producción, se obtendrían viviendas de mayor o menor calidad y además, la vivienda seguiría siendo parte del salario, aunque de forma indirecta. Dicho de otra forma, el abaratamiento o la simple gratuidad de los bienes necesarios para la reproducción del trabajador conduciría a la devaluación de la fuerza de trabajo, y por ende, a una profundización en la reproducción del sistema capitalista. Por ello, además de exigir la gratuidad y universalidad de los bienes, pretendemos también su calidad, porque es la única forma en la que puede entrar en contradicción con las leyes del valor y de la competencia, que empujan la fuerza-trabajo a venderse a menor precio reproduciendo a escala cada vez mayor la división del trabajo capitalista.

Además, afirmamos que es la única forma de garantizar la reproducción social de forma igualitaria porque sólo la universalidad y la igualdad que se fundarán en las luchas del proletariado son verdaderamente universalizables. De hecho, la igualdad y la universalidad burguesas, es decir, la presunta libertad de toda persona a participar de la riqueza social mediante el mercado, son falsas y parciales, y no hacen mas que reflejar en forma éticamente distorsionada la ley del valor, ocultando así las contradicciones de clase que fundamentan la sociedad capitalista. Al contrario, la universalidad proletaria no reivindica un acceso igual al mercado capitalista, sino un acceso igual a las condiciones de vida como premisas para la libertad colectiva e individual. Por ello, ahora más que nunca, toca reivindicar la vivienda gratuita, universal y de calidad.
3. MEJORAS TÁCTICAS PARA EL PROLETARIADO

Este horizonte estratégico, además, está íntimamente relacionado con la conciencia de clase. La conciencia de clase es el profundo entendimiento del lugar que ocupamos en una sociedad dividida en clases y la comprensión de que la única forma de superación real de las miserias de este sistema, es la organización positiva de la heterogeneidad de la vida, tras un proceso de abolición y sustitución de las formas sociales actuales. Sin embargo, la conciencia de clase no se adquiere a través del momento teórico, sino a través de un proceso dialéctico que conecta constantemente la experiencia de lucha con la necesidad de comprender y superar los límites de la misma. El proletariado, ahora mas que nunca, necesita de experiencia de lucha que lo guíe a conocer per se los límites de la organización. Ha de darse de bruces con el idealismo reformista, ha de errar, comprender lo fallido y sobre todo, ha de organizarse de forma independiente para acometer su gran empresa.

Este proceso de toma de conciencia, que es, sustancialmente, un proceso organizativo, deberá crear las condiciones necesarias para alcanzar el horizonte estratégico mencionado. Parte de estas condiciones se darán mediante la obtención de reformas concretas, cuyo objetivo será mejorar las condiciones de vida del proletariado en lo inmediato, y aumentar su experiencia de lucha. Corremos el riesgo, sin embargo, de confundir el uso de la reforma con la vía del reformismo. No debemos caer en el letargo de quienes pretenden, mediante la acumulación de reformas, tornar un orden de clase violento.

Dicho esto, entendemos que las reivindicaciones concretas son necesarias, deben ser guías para la acción que cobren sentido pleno en las diferentes experiencias de lucha que iniciemos. En demasiadas ocasiones, estas demandas pierden su función táctica y se convierten en sí mismas en un objetivo. Creemos que es tarea de las diferentes organizaciones de clase, abandonar las prácticas populistas y realizar un verdadero ejercicio de pedagogía y argumentación, que haga comprender a las masas trabajadoras las funciones tácticas de estas reivindicaciones. Si no realizamos esta tarea, difícilmente podremos percatarnos de los límites de nuestra acción y nos sumergiremos en un bucle inagotable de denuncia-reforma.

En cuanto al Sindicato de Vivienda de Gasteiz, creemos necesario establecer una tabla mínima de reivindicaciones por las razones anteriormente mencionadas. Además, consideramos que los objetivos establecidos por las diferentes organizaciones que trabajan la problemática de la vivienda en nuestro ámbito geográfico son absolutamente insuficientes; por ser peticiones a mínimos y por obviar la realidad socio-económica del proletariado. Por ello, presentamos ciertas líneas de trabajo concretas, que no son más que guías para las luchas de la fase próxima, por las condiciones de vida del proletariado en cuanto a la vivienda:

– Suspensión de alquileres de propiedades Municipales, en manos de Diputación, del Gobierno Vasco, además de los alquileres gestionados por Alokabide y Etxebide.

– Suspensión del pago de suministros básicos (agua, luz, gas…)

– Reducción de los costes de vida: trasporte público gratuito, abaratamiento de los bienes de primera necesidad y pretensión de su calidad etc.

– Vivienda gratuita y de calidad para personas sin ningún tipo de recursos.

– Regulación en el precio del alquiler en cuanto a pequeños propietarios y entidades privadas
4. AUTODEFENSA PROLETARIA COMO ÚNICA GARANTÍA

Pero esto no es suficiente. Ante la perspectiva de la ofensiva burguesa, a la clase trabajadora sólo le queda acatar sumisamente el nuevo orden social que muy probablemente, vendrá de la mano de un proceso de proletarización que empeorará las condiciones de vida de toda la clase trabajadora y acarreará serias restricciones en cuanto a sus libertades políticas y civiles. Mientras tanto, los progresistas, atados a sus compromisos partidistas celebran haber conseguido el 17% de la deuda; pero lo que hoy sale barato, mañana sale caro.

Nosotros les miramos, impotentes, conscientes de nuestras capacidades organizativas actuales, pero henchidos de convicción y dolor. Ante la barbarie capitalista la solidaridad de clase se abre paso, pero es momento de armar esa espontaneidad de herramientas organizativas y teóricas. Es momento de organizar la autodefensa de clase como única garantía de supervivencia, como forma de poder antagónica e independiente. Tomemos el control de nuestras vidas.

Desde el Sindicato de Vivienda de Gasteiz, seguiremos trabajando en este interminable proceso acumulativo de desarrollo de capacidades por y para la clase trabajadora. Queremos lo imposible para la burguesía – vivienda gratuita, universal y de calidad – y lo único posible para la organización comunista de la vida.

¡Nada es imposible, todo se organiza!

En Gasteiz, 28 de marzo de 2020.

etxebizitzasindikatua@gmail.com

https://etxebizitzasindikatua.blogspot.com/

 

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