3 de marzo
Hoy, como hace 30 años cuando Lluis compuso esta canción, el grito que esta sociedad lanza es de guerra porque siguen matando a sus hijos, a sus jóvenes y mas combativos de todos sus hijos. La guerra une a sus sinrazones la de reclutar a los mas jóvenes para sus filas. Es esa misma guerra que puede venir a buscarte a casa, o dentro de las iglesias, y llevarte sin importarle tu edad.
Hoy, como ayer y anteayer, tal como hace hoy cuatro días, las campanas de Gasteiz, de Iruñea, de Bilbo, de Maule, de Baiona, de Donostia y de Donibane Garazi se unirán a la de todos los muchos pueblos de Euskal Herria y continuaran tañendo a muerte por esos 5 obreros que un día, hace 30 años, mandaron matar por razones de estado o por cualquiera de los otros muchos muertos que continúan llevándose uno a uno.
Quien corto su aliento, "Qui ha tallat l’alè / d’aquests cossos", tan joven, de aquellos cuerpos tan jóvenes nunca tuvo reposo ocupando presidencias y despachos oficiales, cargado de medallas oficiales y homenajeado en festejos oficiales. Quienes dieron la orden y quienes las cumplieron siguen, hoy como ayer, ciegos de odios y sordos de razones.
Asesinos, asesinos de razones, "Assassins, assassins de raons, / assassins de vides », asesinos de vida a mi vuestro reposo no me quita el sueño, me lo quitan las razones que justificaron vuestro "disparar a matar" y las razones "de estado" que las potenciaron y hoy, como hace 30 años o solo hace 4 días, las continúan enarbolando contra este pueblo.
Hoy sonaran campanas a muerte en el escenario de un teatro de Gasteiz y muchos irán a llorar en silencio porque saben, muchos así lo saben, que al final de estas "campanades a mort" volverá a caer el telón sin que aquellos asesinos de ayer o de hoy mismo hayan pagado por ello.
Hoy partirán en paralelo, en muchos pueblos de este Pueblo, muchas manifestaciones gritando que la dispersión continua torturando y asesinando a los suyos, que los queremos en casa y lo hará detrás de esas ikurriñas con crespón negro sin que el Consejero del Interior, seguramente, nos mande sus rojas y negras razones por constituir, nuestros recuerdos y sus homenajes, Apología de un Terrorismo que también hoy como hace treinta años justifica el "disparar a matar".
Sus razones, la de los muertos, de aquel 3 de marzo de 1976 eran las de los obreros condenados a ganarse el pan diario, a pagar la hipoteca mensual de sus pisos piloto o la enseñanza obligatoria de sus hijos por el hecho de nacer y ser obreros.
Las razones, las de los muertos de hoy, en amar a Euskal Herria, el soñar la Paz y querer vivir en Libertad.
Tal vez hoy también el Orfeón Donostiarra, acto final, entone quedo aquella canción con la que muchos crecimos y hoy, como ayer, continuamos sintiendo que encierra tantas razones como metáforas rotas por balas, por leyes, por cárceles, por razones y por terrorismo de estado.
Hegoak ebaki banizkio, neria
izango zen, ez zuen alde egingo.
Bainan horrela ez zen gehigo txoria izango
eta nik txoria nuen maite." (J.A. Artze).
Intxaurrondo (Altza - Euskal Herria)